Las cuentas de ETA: Le costó al País Vasco un 18,3% del PIB y gastó 161,2 millones de euros para el terror

    • Por culpa del terrorismo se ha producido unapérdida del 18,3% del PIB vasco, es decir, de unos 96,9 millones de euros.
    • El rescate más alto pagado por un secuestro de ETA, el de Emiliano Revilla, ascendió a 20,5 millones de euros.
Una pintada a favor de ETA (archivo).
Una pintada a favor de ETA (archivo).

La historia de ETA está marcada de sangre, chantaje y extorsiones. Pero también de cuentas ocultas con mucho, mucho dinero.

ETA ha amasado desde 1973 (cuando cobró su primer rescate) hasta 2011 (cuando canceló su llamado impuesto revolucionario) una inmensa fortuna. La cuantía es muy difícil de calcular, pero la documentación incautada a ETA, la información policial y algunos testimonios permiten hablar de más de 161,2 millones de euros para financiar el terror.

Con ellos, la banda pagó sueldos a sus terroristas, compró armas y explosivos y mató a 857 personas. Para hacerse una idea: Al Qaeda, la responsable de uno de los mayores atentados de la historia, el 11-S, maneja apenas 100 millones de euros.

El Centro de Ética Aplicada de la Universidad de Deusto, en Bilbao, está llevando a cabo el estudio más completo hasta la fecha sobre las cuentas de los criminales.

Así, han llegado a la conclusión que, con los atracos, la primera vía con que se financiaron las distintas ramas de ETA entre 1977 y 1986, los terroristas ingresaron 19,2 millones de euros.

Con los secuestros, entre 1973 y 1996, captaron de 101 a 104 millones, además de otros 700.000 euros recaudados gracias a los secuestros exprés que ETA perpetró a partir del año 2000.

En tercer lugar, el llamado 'impuesto revolucionario' afectó a entre 10.000 y 15.000 personas. De ellas, cedieron al chantaje entre 5% y el 6% en Navarra, Álava y Vizcaya, y hasta el 13% en Guipúzcoa y reportó beneficios a ETA de 21 millones de euros entre 1980 y 1986 y de otros 9 millones en su última década, entre 2001 y 2011. Además, entre 1987 y 2000, según el catedrático de Economía Mikel Buesa, se tiene constancia de gananacias de unos 7,3 millones de euros, aunque la cifra real sea probablemente mucho mayor.Atracos en bancos de hasta 130 millones de pesetas

De esta forma, los atracos fueron la principal vía de financiación hasta mediados de los 80. Solo en 1979 lograron reunir casi 250 millones de pesetas. La organización terrorista vasca cometió 47 atracos de enero a octubre de ese año, uno de los más sonados en julio, cuando robaron 130 millones de pesetas del Banco Herrero de Oviedo.

En cuanto ETA tiene dinero, gracias a un atraco, asesina. El 7 de junio de 1968 mató al guardia civil José Pardines con dinero que previamente había obtenido de un robo.

A mediados de los 80 abandonó los atracos por ser demasiado arriesgados y los secuestros se convirtieron en la vía más lucrativa de su historia.79 secuestrados, 12 de ellos asesinados

A lo largo de su historia, ETA ha secuestado a 79 personas, la mayoría empresarios. Doce de los secuestrados fueron asesinados, 14 recibieron disparos en las piernas y las fuerzas de seguridad liberaron a seis. A partir del 2000, los terroristas comenzaron a practicar 'secuestros express'. La mayoría de ellos no fueron denunciados, por lo que se desconoce la cifra exacta de personas que sufrieron este tipo de chantaje.

De esta manera, el secuestro más largo fue el del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, liberado por la Guardia Civil tras permanecer 532 días en un zulo en Mondragón, Guipúzcoa (1 julio 1997).

Nueve días después ETA secuestró al concejal del PP en Ermua (Vizcaya) Miguel Ángel Blanco y le asesinó al cumplirse el plazo de 48 horas que había dado para que el Gobierno accediera a reagrupar a sus presos.

Por otro lado, el ginecólogo Julio Iglesias Puga, padre del cantante Julio Iglesias, fue el primer secuestrado sin ninguna vinculación política o con poderes económicos. Fue raptado el 30 de diciembre del 1981 y liberado 19 días después por las fuerzas de seguridad.

Además, José María Aldaya sufrió el secuestro más largo para un empresario, al estar desde el 8 de mayo de 1995 al 14 de abril de 1996. Emiliano Revilla, propietario de Chorizos Revilla, también sufrió un largo cautiverio al estar 249 días en poder de ETA. Fue liberado tras pagar el rescate más elevado de la historia: de 16,4 a 20,5 millones de euros actuales.

El tema del pago de los rescastes ha sido complicado. Si la víctima pagaba, se convertía en culpable de un delito de colaboración con banda armada. Aunque ha habido casos que han llegado a los tribunales, todos los encausados por ceder al chantaje han terminado libres por dos eximentes: estado de necesidad y miedo insuperable.Impuesto revolucionario: 30 meses de agonía

Por último, el llamado 'impuesto revolucionario' ha sido una de las formas de financiación más comunes de ETA. La víctima recibía hasta cinco cartas, cada vez más agresivas, llamadas en plena noche, paquetes con animales muertos... El proceso podía prolongarse 30 meses.

En su primera misiva, ETA intentaba convencer al amenazado. En la segunda, le recordaba su deuda y le advertía de que tenía un plazo para pagar o "se convertirá automáticamente en objetivo potencial". En la tercera, le anunciaba que sus bienes y él pasaban a ser "objetivo operativo". En la última, añadía intereses de demora, a menudo un 5% anual.

El precedente de este chantaje de ETA se remonta a los donativos voluntarios de empresarios nacionalistas que los terroristas pedían en los años 60, pero apenas recaudaban dinero porque por entonces las amenazas aún no se materializaban.

En la primera mitad de los 70 es cuando el etarra Xabier Zumalde inaugura el 'impuesto revolucionario'. Zumalde envió las primeras cartas a pequeños empresarios de Oñate, Bergara y Mondragón. Les exigía pagar anualmente unas 200.000 pesetas, 2.000 por cada trabajador de sus plantillas (unos 133 euros).

"Le pedimos su cotización y Ud. se hizo el sordo. Le rogamos se ponga en contacto con nosotros o nos veremos obligados a tomar represalias reales. La lucha es cara, unos ponen la vida (y) otros deben poner lo que pueden. Usted sabe de eso", señalaban las cartas que enviaban cuando no se recibían los pagos.Asesinados por no querer pagar

Ese verano de 1975, ETA político-militar nombró por primera vez el 'impuesto revolucionario' en un Zutabe, es decir, una especie de boletín interno. "La oligarquía tiene un punto débil, los propios capitalistas. Incluso el mayor de los potentados, con todos sus millones a cuestas, es tan vulnerable como cualquier hombre del pueblo", explicaban.

Pronto, empezaron a matar a quienes no abonaban la 'cuenta'. El primero fue José Luis Legasa Ubiría. Su cadáver fue el mensaje de ETA a los empresarios: pague por su seguridad. El último empresario al que ETA mató fue el constructor Ignacio Uria Mendizábal, hace sólo siete años.

Además, poco a poco los terroristas fueron perfeccionando la gestión de sus extorsiones. Un ejemplo: en 1993, después de varias operaciones policiales, los etarras crearon bases de datos informáticas y un código alfanumérico que servía para tener controlado todo el proceso del chantaje: la dirección, la cantidad exigida, el responsable que gestiona el caso...

Por otro lado, también establecieron acuerdos con empresas para que pagaran cuotas anuales en plazos largos de, por ejemplo, 10 años y extienden el chantaje a empresas de toda la geografía española.

Las últimas cartas de ETA se enviaron en 2011 para informar de que los 'impuestos', vigentes incluso en las treguas, por fin se acababan. Lo que nunca ha llegado a acabar del todo es la llamada "microextorsión": las campañas a favor de los presos, subvenciones a actividades relacionadas con el euskera, las huchas en herriko tabernas...

Sin embargo, no solo ETA se enriqueció con esta extorsión. Los mediadores han sido también una figura clave. De esta manera, hubo quienes actuaron "de buena fe", personas cercanas a la familia que tenían algún contacto en ETA, hubo "cómplices", gente de la izquierda abertzale que veían en el cobro una manera de colaborar con los terroristas, y hubo "comisionistas", gente que hizo mucho dinero prestando dinero para los pagos e incluso realizando de intermediario.¿Y el impacto en la economía vasca?

El pago del 'impuesto revolucionario' no perjudicó unicamente a quienes recibieron la temida carta. En un artículo publicado en 2003 en la American Economic Review, Alberto Abadie (Universidad de Harvard) y Javier Gardeazabal (Universidad del País Vasco) afirman que los vascos son un 10% más pobres por culpa del terrorismo.

Por su parte, Mikel Buesa habla de una pérdida del 18,3% del PIB vasco, 96,9 millones de euros, añadido a una pérdida de población potencial de 700.000 personas entre exiliados, descendientes que ya no han nacido en el País Vasco y personas que no se han establecido allí por miedo al terrorismo.

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