Las empresas refuerzan su apuesta por la sostenibilidad tras la cita de Glasgow

A pesar de que la pasada cumbre del clima de Glasgow, COP 26, se cerró entre "luces y sombras", el establecimiento de unas reglas del juego concretas que permitan medir la apuesta por el medio ambiente de las grandes empresas y los Estados, junto con el convencimiento de todos los actores mundiales de que hay que rebajar las emisiones contaminantes en 2050, suponen un escenario que demuestra que la apuesta por la sostenibilidad en todos los órdenes de la vida ha venido para quedarse, es parte del espíritu de las nuevas generaciones jóvenes y avanzará más deprisa de lo que parece a partir de ahora. Esas fueron las principales conclusiones del último foro sobre 'Cambio climático. Un reto conjunto' organizado por La Información, con la colaboración de Naturgy, en el que participaron expertos de la talla de Antonio Burgueño, director de Sostenibilidad, Calidad, Innovación y RSC de FCC Construcción; Alberto Castilla, socio responsable de Sostenibilidad de EY; Ana Gascón Ramos, miembro de la Junta de DIRSE (Asociación Española de Directivos de Responsabilidad Social) y directora de la Estrategia de Envases para Europa en Coca-Cola; y Nieves Cifuentes, responsable del área de Medio Ambiente y Sostenibilidad de Naturgy.

Los expertos coincidieron en que la cumbre sobre el cambio climático COP26, que se celebró del 31 de octubre al 12 de noviembre pasados en la ciudad escocesa de Glasgow, arrojó “luces y sombras”, por los importantes logros conseguidos y la falta de algunos acuerdos globales. Nieves Cifuentes, de Naturgy, puso el acento en que “no hemos abandonado el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a un grado y medio, lo cual es bastante relevante”. Y destacó que “por fin se ha cerrado el libro de reglas de juego del Acuerdo de París, lo que aporta una mayor seguridad” y es muy importante para las empresas.

Estas reglas por las que se regirá el funcionamiento del Acuerdo de París permitirán medir, en un marco de transparencia común, los esfuerzos de lucha contra el cambio climático, adaptación a sus impactos y financiación que se han comprometido a hacer los países. Cifuentes resaltó, además, que “más allá de los acuerdos gubernamentales, las empresas y la sociedad van tomando un papel cada vez más relevante y, en este sentido, el sector privado ha desempeñado en la COP26 un papel fundamental”.

Para Antonio Burgueño, de FCC Construcción, la cumbre se puede valorar como “un rotundo éxito y un rotundo fracaso”, porque como en cada cumbre de este tipo “conseguimos grandes avances y nos llevamos grandes desilusiones”. En cuanto a los primeros, remarcó también “el haber cerrado el libro de reglas del acuerdo de París”, así como que por fin se ha hablado de “eliminar” los combustibles fósiles, aunque este verbo se haya cambiado después por “reducir”, si bien “tampoco tenemos una hoja de ruta para esta reducción”.

A pesar de los escasos acuerdos globales, Burgueño hizo un balance positivo de los esfuerzos y avances hacia la sostenibilidad que se están dando por parte de países, ciudades y empresas de todo el mundo. “China quiere ser neutra en emisiones en 2060 y Europa en 2050; Estados Unidos no se quiere meter en la reducción del carbón, pero sí en la de metano y ha firmado con Europa que lo reducirá en un 30%; y, por otra parte, más de mil ciudades se han comprometido a reducir sus emisiones a la mitad en 2030”.

Alberto Castilla, de EY, advirtió de que “en la medida en que vayamos siendo capaces de fijar los objetivos y cumplirlos estaremos avanzando como sociedad”. Y, en ese sentido, coincidió también en que en la COP26 “ha habido luces y sombras”, pero puso el énfasis en “los avances que se han producido” y en “la fijación de objetivos ambiciosos y la construcción de un consenso que será la hoja de ruta”. Pero, asimismo, advirtió sobre la importancia de la velocidad a la que se realicen los cambios: “Hay un gap entre lo que somos capaces de asumir y lo que requiere la ciencia, por lo que el éxito de la sociedad dependerá de que generemos un consenso cada vez más cercano a ésta”. No obstante, se mostró optimista, porque “se han producido avances muy significativos que nos van a permitir correr más y reducir ese gap”.

Ana Gascón, de Coca-Cola, mostró también una sensación “agridulce” ante los resultados de la COP26, aunque reconoció que “se ha avanzado en muchos temas”. Entre los más relevantes, dijo que “ahora nos vamos a encaminar todos hacia el objetivo de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 grados, mientras que el escenario de hacerlo a 2 grados que todavía quedaba abierto en el acuerdo de París desaparece”. Además, puso en valor también la eliminación gradual de los combustibles fósiles y la mejora del sistema de gobernanza, el reporting y la transparencia. “Ahora tenemos más clara la hoja de ruta hacia 2030 y, además, cada cierto tiempo los estados tendrán que rendir cuentas” sobre sus actuaciones en sostenibilidad.

Mercados de carbono

Otro de los temas cruciales de la COP26 ha sido el establecimiento de las bases para el uso de los mercados de carbono como mecanismo para reducir y compensar las emisiones de gases de efecto invernadero, un tema que quedaba pendiente del Acuerdo de París. Según aseguró Cifuentes (Naturgy), “estos mercados son una herramienta fundamental para conseguir reducir las emisiones y ya hemos visto que en Europa han funcionado bien; ahora se ha hablado de cómo se van a poder interconectar y realizar la compensación”. Estas reglas de juego serán vitales “para que las empresas cumplamos nuestros compromisos de neutralidad en 2050”.

Burgueño (FCC Construcción) ensalzó la positiva evolución normativa de España haciendo un repaso a la legislación. “Cuando en 2020 se publicó la Ley Europea del Clima, nosotros sacamos a continuación la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, apretamos el acelerador y fuimos más allá de los objetivos establecidos por la UE; y cuando luego salieron nuevos objetivos más ambiciosos, ya nos encontrábamos perfectamente posicionados”. Por ejemplo, “cuando en la ley europea se hablaba de un 40% en la reducción de emisiones para el 2030, nosotros ya estábamos preparados para ello”. De cualquier manera, “aunque hemos dado los primeros pasos antes que otros, todavía nos queda mucho por avanzar; y si para el 2050 queremos ser neutros en carbono sería razonable que en el 2030 hayamos hecho al menos la mitad del recorrido”.

Alberto Castilla se mostró optimista sobre los avances que se han producido en España, aunque también advirtió que “queda mucho camino por recorrer”. Y añadió que, según un análisis de EY realizado sobre 1.100 compañías de todo el mundo, “las grandes empresas españolas se encuentran entre las más avanzadas” en sostenibilidad. El problema es que existe “una gran diferencia entre ellas y el resto del tejido empresarial de nuestro país”. En este aspecto, añadió que la transición energética no solo constituye una buena oportunidad para reducir la dependencia energética sino también para aumentar la competitividad y la vertebración del territorio.

Ana Gascón (Coca-Cola) afirmó que en España “estamos a la altura de lo que se espera de nosotros, aunque aún tenemos mucho que recorrer”. Y añadió que las universidades de Yale y Columbia, en su informe de 2020 sobre las economías mejor preparadas, nos sitúan en el puesto 14 entre 180 de todo el mundo; y, con respecto a los demás países europeos, estamos en la posición 10”. “Es verdad que hay países que están mejor que nosotros, como Noruega, Reino Unido y Suecia, pero es que llevan apostando por las renovables y la electrificación del transporte durante mucho tiempo”. Por otra parte, Gascón apuntó que “nuestro sector empresarial está muy comprometido con el cambio climático: el 40% de las compañías del Ibex 35 tiene compromiso de neutralidad de carbono en 2030 y 2040”.

Transición energética

Los expertos pusieron sobre la mesa la importancia de la transición energética en la lucha contra el cambio climático. La responsable de Naturgy apuntó que “la clave es visualizarla como una oportunidad y ponerla en el centro del modelo de negocio y de las reflexiones estratégicas”. Hay que tener en cuenta que “el energético es un sector fundamental, ya que tres cuartas partes de las emisiones proceden del mismo, incluyendo el transporte”. Y en España “llevamos años haciendo los deberes, ya que somos el sector que más ha reducido las emisiones y estamos a la mitad de las de 2005”. Además, “debemos tener claro hacia dónde vamos para satisfacer las expectativas de los 'stakeholders', llevar a cabo una buena gobernanza y asegurarnos de que la transición energética será justa y social, sin dejar a nadie atrás”.

El directivo de FCC Construcción afirmó que “la sociedad y los clientes nos demandan que hagamos las cosas bien”, y esta nueva cultura de responsabilidad social no solo compete a las compañías grandes, sino también “a todas las demás empresas que nos acompañan en nuestro recorrido”. Mientras que el socio de EY advirtió que el terreno de juego cambiará radicalmente en el futuro, porque podrá cuantificarse la sostenibilidad de cada empresa y, por ejemplo, “una entidad financiera dará créditos a precio distinto en función del grado de descarbonización”.

Por su parte, la responsable de Coca-Cola aseveró que “hace 10 años hubo un antes y un después en las estrategias de sostenibilidad de las empresas y ahora todos las conocen y se interesan por ellas”. Así mismo, resaltó el rol del director de sostenibilidad y del de responsabilidad corporativa y la necesidad de contar con especialistas en análisis de los impactos ambientales y sociales en su cadena de valor. Además, “los mercados de capitales van a ser cada vez más exigentes en este tema, tanto para invertir en nosotros como para prestarnos dinero; y la concienciación de los clientes hacia modelos de negocios responsables es creciente y hay estudios que indican que en 2030 el 50% de la población será ecoactiva”.

Renovables

Las energías renovables son un elemento fundamental para conseguir los objetivos de descarbonización. Nieves Cifuentes explicó que “ya hemos conseguido hacer la electricidad renovable, y la eólica y la fotovoltaica constituyen la manera más barata y sostenible de producirla”, aunque hoy en día el almacenamiento “es un problema porque las baterías no son capaces de hacerlo a escala industrial”. En Naturgy opinan que la electrificación no será suficiente, pero apuntan a la alternativa de los gases renovables. Antonio Burgueño abogó por un esfuerzo en investigación para solucionar el problema del almacenamiento y planteó la solución utilizada en la construcción: “Centrales hidroeléctricas reversibles”.

Por su parte, Alberto Castilla animó a invertir en renovables, redes y eficiencia energética. Y Ana Gascón recordó el fuerte compromiso de Coca-Cola con el uso de la electricidad verde y la reducción de combustibles fósiles. “Nuestra visión en Europa es que en 2030 no se utilice ningún material fósil en la producción de nuestras botellas y que el 70% u 80% proceda de material reciclado”.

Finalmente, los expertos proyectaron su visión al cabo de una década. Gascón apuntó que el futuro pasa por “más colaboración público-privada, y entre todos los grupos de interés que estamos implicados en hacer frente al cambio climático”. Castilla afirmó que “dentro de 10 años tendremos muchas más herramientas que ahora y sabremos a golpe de clic cuánto contamina cualquier producto del supermercado”. Burgueño puso el acento en la necesidad de “una gran transformación para seguir viviendo sobre la tierra”; y Cifuentes visualizó un panorama energético “con una generación 100% renovable, proyectos de hidrógeno y redes interconectadas e inteligentes de electricidad y gas”.

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