Las falsificaciones mueven en España 991 millones, con 5 millones de clientes

  • Casi cinco millones de personas compraron el año pasado en España productos falsificados en mercadillos, rastros y "top mantas", además de en internet, sobre todo prendas de vestir, perfumes, cosméticos, complementos y calzado, por un valor total de 991 millones de euros.

Las Palmas de Gran Canaria, 7 jun.- Casi cinco millones de personas compraron el año pasado en España productos falsificados en mercadillos, rastros y "top mantas", además de en internet, sobre todo prendas de vestir, perfumes, cosméticos, complementos y calzado, por un valor total de 991 millones de euros.

Estos datos han sido recogidos en el primer informe nacional sobre la actitud del consumidor frente a las falsificaciones, presentado hoy por la directora general de la Oficina Española de Patentes y Marcas, Patricia García-Escudero, en Las Palmas de Gran Canaria dentro de la jornada "El fenómeno de las falsificaciones".

Según ha expuesto García-Escudero, este estudio, elaborado por el Consejo Superior de Cámaras sobre una muestra de 1.004 ciudadanos de ambos sexos revela que el pasado año 4,5 millones de personas compraron algún tipo de producto falsificado en este país y que el 87 % de ellos conocía a alguien que lo había hecho con anterioridad.

El perfil del comprador de falsificaciones en España es el de un consumidor de entre 18 y 29 años, residente en municipios de más de 500.000 habitantes, con un bajo grado de fidelidad a las marcas y poco concienciado con las consecuencias negativas de estas prácticas fraudulentas, de las que hace uso por el menor coste que implican.

Entre los motivos que llevan al consumo de falsificaciones figuran, según este estudio, la utilidad similar al producto original, la curiosidad, la calidad parecida al producto plagiado y las modas.

A su vez, los tipos de productos que más suelen imitarse son artículos de vestir, de perfumería y cosmética, marroquinería y complementos, deportivos, calzado, relojes, joyas y bisutería, equipos audiovisuales, fotográficos y ordenadores, productos de limpieza y tabaco.

Patricia García-Escudero ha destacado la responsabilidad que tienen los ayuntamientos en el control de lo que se vende en los mercadillos y rastros, a los que conceden las licencias, ya que estos emplazamientos constituyen los principales puntos de venta de falsificaciones, seguidos de comercios, internet y, en menor medida, supermercados y grandes superficies.

El estudio señala que los españoles compran falsificaciones un promedio de cinco veces al año y que casi un 30 % de los consumidores reconoce que es probable que vuelva a adquirir algún producto no original, una realidad que contrasta con la opinión que tienen los encuestados sobre los efectos negativos de estas prácticas fraudulentas.

Y es que el 81,1 % de los consumidores de falsificaciones considera que estas imitaciones reducen la recaudación de las administraciones públicas, el 72,4 % opina que crean problemas económicos a las pymes, el 72 % estima que reducen la innovación y destruyen puestos de trabajo, el 55,5 % cree que atentan contra la salud de los consumidores y el 47,8 % opina que es una actividad relacionada con el crimen organizado.

Al igual que el subsecretario del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, Enrique Hernández Bento, el presidente de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca (Andema), José Luis Bonet, ha recordado que, según el estudio sobre el impacto de las marcas en la economía y la sociedad española elaborado por la Universidad de Alicante, en 2010 las empresas con marca generaron en el país 6,1 millones de puestos de trabajo, el 33 % del total.

Además, a este tipo de empresas se atribuyó entonces el 40 % del PIB nacional, el 46 % del total de los ingresos tributarios, el 45 % de las exportaciones, el 60 % del negocio generado por el sector comercial, el 55 % del gasto nacional en I+D y más del 75 % de la inversión en publicidad.

Bonet ha afirmado que el consumidor debe ser consciente de lo importante que es no comprar falsificaciones y ha advertido de que "uno de los motores que mueven nuestra sociedad es la comercialización con marca", de ahí que, "destruirla" sea, a su juicio, "poner en cuestión nuestra propia forma de vida".

El presidente de Andema ha animado a los agentes implicados en la lucha contra el fraude a "redoblar" la colaboración mutua. EFE

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