Las milicias, una fuerza indispensable para el régimen sirio

  • Con más de 150.000 hombres entrenados y armados, las milicias sirias se han convertido en una fuerza esencial del régimen de Bashar Al Asad, cuyo ejército ha quedado reducido a la mitad tras cuatro años de guerra.

"Hay más de 25 milicias importantes, de varios tamaños diferentes, que combaten al lado del ejército", dijo a la AFP una fuente de seguridad que estima que en conjunto suman entre 150.000 y 200.000 combatientes.

La más importante de ellas son las Fuerzas de Defensa Nacional (FDN), que cuenta con 90.000 hombres de todas las confesiones agrupados bajo el mando del general de brigada Hawach Mohamad.

Este grupo fue creado en 2012 tras la derrota sufrida por el ejército en las provincias de Damasco, Homs (centro) y Alepo (norte).

Para Asef Hamdoush, un joven de 28 años que dejó sus estudios para unirse a la milicia, la falta de efectivos en el ejército fue una de las razones para alistarse.

"No había suficientes jóvenes para hacer frente a los rebeldes que estaban cometiendo masacres en la provincia de Latakia (oeste)", un importante feudo del régimen de al Asad.

"No teníamos opción, luchar o morir", afirmó.

Su amigo Karim, de 31 años, se unió por motivos más prosaicos.

"Perdí mi trabajo, ya no tenía otros medios para sobrevivir que tomar las armas", confesó.

Los milicianos reciben un salario mensual de entre 100 y 300 dólares, mientras que los soldados conscriptos reciben un sueldo de unos 10 dólares.

"Esto es lo que empuja a muchos a huir del ejército y a inscribirse en la FDN" explicó a la AFP el abogado Alaa Ibrahim. "Es por esto que el ejército prohibió a los soldados que se unan a estos grupos y estipuló que combatir en las milicias no exime de hacer el servicio militar".

La mayoría de los milicianos se alista para quedarse cerca de su lugar de origen, en vez de ser enviados lejos para combatir.

"La presencia de grupos paramilitares no implica que el ejército esté colapsado, sino que la carga se ha vuelto tan pesada que necesita apoyo", explicó una fuente de la oficina de seguridad nacional siria.

Los expertos militares occidentales estiman que el ejército, que antes del inicio del conflicto tenía unos 300.000 efectivos, perdió la mitad de los hombres por los combates, las deserciones e insumisiones.

Recientemente al Asad destacó la importancia de estos "voluntarios", sin los cuales "el ejército no podría haber resistido cuatro años y medio de una guerra tan dura".

"Todos estos grupos paramilitares dependen de la misma dirección central, que está en contacto con la oficina de seguridad nacional, que depende de la presidencia", explicó una fuente oficial.

Además de las milicias cercanas a formaciones políticas, también hay grupos que se conforman en torno a pertenencias tribales o religiosas: alauitas en el litoral, drusos en la costa de Sueida (sur) y cristianos en Hasaké (noreste).

A estos contingentes se suman los grupos llegados desde Irán, Líbano, entre los que destaca Hezbolá, y también de Irak y Afganistán.

"Todas las milicias reciben órdenes de la dirección del ejército sirio", explicó un alto responsable de seguridad. "Los combatientes son asignados a lugares específicos y reciben una prima si aceptan misiones difíciles, lo que no ocurre en el caso de los soldados" agregó el funcionario.

En el barrio chiita al Amin en Damasco, un mural de fotos recuerda a seis jóvenes que murieron en combate en Alepo.

Las milicias siguen órdenes del ejército, aunque mantienen su independencia a nivel administrativo, gestionan su sistema de entrenamiento y su organización, agregó el responsable.

La mayoría son entrenados por el ejército sirio, pero otros también reciben formación de Irán y de Hezbolá. Una parte de las milicias está financiada por el Estado, y otra por Irán.

Sin embargo, la presencia de los milicianos también genera tensión en el ejército, ya que los grupos paramilitares están exentos de responder ante tribunales militares si comenten algún abuso.

La rivalidad entre militares y milicianos es palpable. "Los grupos armados dicen apoyar al ejército, pero a menudo nos impiden ganar y manchan nuestra reputación cometiendo abusos", afirma Fadi, un soldado de 24 años.

"Sabemos bien que solo luchan en algunos lugares", afirma y señala que los grupos a menudo hacen ostentación de las armas en lugares públicos "donde no hay ni batallas".

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