Las mujeres deplazadas por la guerra se unen para reclamar sus derechos en Perú

    • Los deplazados internos no tienen derecho a las reparaciones de guerra ofrecidas por el gobierno peruano.
    • Diversas ONG asesoran a las mujeres para que su unan en asociaciones y puedan reclamar dinero a las instituciones.
Un documental relata la masacre de Lucanamarca, cometida por Sendero Luminoso
Un documental relata la masacre de Lucanamarca, cometida por Sendero Luminoso

De 1980 al año 2000, Perú se vio asolado por un conflicto armado interno entre Sendero Luminoso (un movimiento de corte maoísta liderado por Abimael Guzmán, también conocido como el Partido Comunista de Perú) y las fuerzas armadas estatales peruanas. El conflicto, cuyo núcleo estuvo en la región andina de Ayacucho, se saldó con aproximadamente unos 69.280 víctimas entre muertos y desaparecidos, según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) peruana (2003).

Sin embargo, no quedaron reconocidos como víctimas directas del conflicto aproximadamente medio millar de desplazados internos, que se vieron obligados a abandonar sus hogares huyendo de la violencia. En su mayoría, los desplazados son campesinos quechua-hablantes que buscaron refugio asentándose a las afueras de los núcleos urbanos. "En pocos casos se han tenido en cuenta las dificultades que los desplazados han tenido a la hora de participar en la esfera laboral y política, tanto a nivel local como a nivel nacional. Además, sobre todo en grande núcleos como Lima, los disturbios entre los desplazados y la población que ya vivía allí, son frecuentes", explica Juncal Fernández-Garayzabal, experta en tema.Especial vulnerabilidad de las mujeres

"En el caso de las mujeres la situación fue incluso más complicada. El rol tradicional de la mujer como ama de casa cambió radicalmente con el inicio del conflicto armado interno: la desaparición (en muchos casos forzada) e incluso la muerte de los maridos las llevó a adoptar el rol de cabeza de familia, repartiendo su tiempo entre el cuidado del hogar y la búsqueda de familiares desaparecidos. Entretanto, los crímenes de guerra cometidos contra ellas, como por ejemplo las violaciones sexuales sistemáticas, incrementaban su vulnerabilidad y dificultaban su proceso adaptativo a las nuevas circunstancias contextuales", desarrollo esta doctoranda en Cooperación Internacional en una ponencia ante Naciones Unidas.

Si bien el desplazamiento se presentaba como último recurso, cabe destacar que a los desplazados internos les ha sido denegado el derecho a reclamar las reparaciones de guerra ofrecidas por el gobierno peruano. Puesto que el desplazamiento interno en Perú ha quedado recogido únicamente como una violación de los derechos colectivos, la mayoría de las mujeres desplazadas ha escogido agruparse en asociaciones de desplazados con el fin de hacer prevalecer sus derechos en varios ámbitos, desde el derecho básico de vivienda digna hasta la participación política a través de la incidencia. "Viven en barrios marginales, no tienen agua, ni luz. Necesitan constituirse como asociación para pedir ayuda al Gobierno, es necesario hacer presión de grupo. Necesitan un número determinado de miembros. Cuando lo consiguen, escriben informes y reclamaciones, los llevan al gobierno, los aprueban y va una comisión de verificación a comprobar si lo que dicen es cierto. Todos los miembros presentes, como falte alguno, el Gobierno les deniega la petición. Las trabas que les ponen en el proceso son constantes", denuncióFernández-Garayzabalante la ONU en su trabajo "Las mujeres desplazadas internas de Ayacucho: su rol clave en la consolidación de la paz y en la reconstrucción social"Crean asociaciones de desplazados

Organismos como el Centro Loyola de Ayacucho trabajan activamente en la asesoría legal para estas asociaciones. Sin embargo, como explica la experta, no es una situación sencilla ya que la mayoría desconfía profundamente de los que no son andinos, pues los confunden con miembros del ejército o del propio sendero luminoso.

"El hecho de que la mayoría de los componentes de estas organizaciones sean mujeres radica precisamente del cambio de roles de género que produjo el conflicto armado en la sociedad. Sin embargo, también pone de manifiesto las deficiencias del proceso de reconstrucción de paz en el país andino. La lenta incorporación de las mujeres campesinas quechua-hablantes en los procesos políticos diarios revela que en Perú se han olvidado los derechos y obligaciones de un sector social determinado. El hecho de que el proceso de paz no haya sido plenamente inclusivo ha traído como consecuencia una reconstrucción social poco efectiva tanto en la sociedad ayacuchana como en Perú como país", continúa.

"Un país que olvida su historia está condenado a repetirla", reza el eslogan de la CVR (2003). "No obstante, Perú parece haber olvidado que fueron precisamente las diferencias sociales y la situación desfavorecida de los campesinos peruanos las que desencadenaron la ideología senderista de Guzmán", concluye Juncal Fernández-Garayzabal

Mostrar comentarios