Las penas del "juicio del siglo" en Brasil deberán ejecutarse antes de julio

  • El presidente del Tribunal Supremo de Brasil, Joaquim Barbosa, previó hoy que las penas del "juicio del siglo", que condenó a 25 políticos y empresarios por corruptelas en el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, se ejecutarán antes del 1 de julio próximo.

Brasilia, 28 feb.- El presidente del Tribunal Supremo de Brasil, Joaquim Barbosa, previó hoy que las penas del "juicio del siglo", que condenó a 25 políticos y empresarios por corruptelas en el primer mandato de Luiz Inácio Lula da Silva, se ejecutarán antes del 1 de julio próximo.

"Las órdenes de prisión deben expedirse antes de esa fecha", dijo Barbosa en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, aunque aclaró que eso depende del cumplimiento de los últimos pasos del proceso.

El llamado "juicio del siglo" se desarrolló durante el segundo semestre del año pasado y se refirió a una vasta red de corrupción que el Partido de los Trabajadores (PT, en el poder) estructuró una vez que Lula ganó sus primeras elecciones, en 2002.

Según consideró probado la corte, la red operó hasta mediados de 2005 y sirvió para financiar campañas políticas en forma ilegal y "comprar" a dirigentes de otros cuatro partidos a fin de construir la mayoría parlamentaria que Lula no había logrado en las urnas.

Para que se ejecuten las penas, que sumaron cerca de 280 años de cárcel, el tribunal aún debe publicar las sentencias, lo cual se prevé para el mes próximo.

Luego, las defensas podrán presentar sus últimos recursos, que serán juzgados antes de julio por el Supremo, el cual sólo entonces decidirá los sitios de reclusión, explicó Barbosa.

Las condenas varían entre los 40 años de cárcel aplicados al publicista Marcos Valerio Fernandes y los 2 años que recibió el exdiputado José Borba, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB).

Entre los 25 condenados figuran relevantes dirigentes del PT, como el exministro de la Presidencia José Dirceu, el expresidente del partido José Genoino, el antiguo tesorero Delubio Soares y el actual diputado Joao Paulo Cunha.

Aunque las penas fueron consideradas "duras" por algunos sectores de la sociedad, Barbosa sostuvo que para la magnitud del caso, que supuso el desvío de unos 100 millones de reales (50 millones de dólares al cambio de hoy) de dinero público, en realidad fueron "bajísimas".

Aclaró además que, por diversos beneficios legales, la mayoría de las penas se reducirán con el tiempo y ninguna de ellas llegará a cumplirse en su totalidad.

Barbosa declaró, a título personal, que esos beneficios son la expresión de un sistema penal "débil", que "favorece al reo", acaba "beneficiando a los corruptos" y lleva a que el sistema penal no tenga el "efecto debido".

Todo eso, según el presidente del Supremo, refuerza la "sensación de impunidad" que existe en Brasil en relación a los políticos que incurren en actos de corrupción, aunque admitió que el "juicio del siglo" ha "señalado un camino" en la dirección contraria.

"Seguramente muchos jueces se sentirán más animados ahora" cuando deban procesar a algún político, indicó Barbosa, quien aclaró, sin embargo, que eso no acabará con las "incoherencias" del proceso penal en el país.

El "juicio del siglo", que tuvo a Barbosa en el papel de juez instructor, le valió al magistrado una inmensa popularidad entre los brasileños, al punto de que máscaras con su rostro fueron las más vendidas y se vieron en todo el país durante los últimos carnavales.

Según el juez, hubo en ello un mensaje político, que nada tiene que ver con su popularidad o carisma personal.

"Es un fenómeno que ocurre en otros países", el cual atribuyó a que "la sociedad está cansada de los políticos profesionales", dijo Barbosa.

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