Las petroleras mejoran resultados entre críticas por no reducir sus emisiones

El principal estudio internacional que evalúa su compromiso con al reducción del CO2 advierte que solo 13 de las 100 primeras compañías del sector tiene algún plan de transición energética en marcha.

Sede de Repsol
Sede de Repsol
REPSOL - Archivo

Termina julio y con él llega la presentación de resultados de las principales compañías. A diferencia de 2020, en éste las energéticas han tenido unos resultados especialmente favorables. La incipiente recuperación económica ha permitido a las petroleras recuperarse en bolsa y obtener unos beneficios que ayudan a enjuagar sus cuentas, después de muchos meses de lágrimas sobre los parqués europeos.

Repsol ha logrado captar una revalorización de un 25% con respecto a comienzos de año, además de ganar 1.235 millones de euros durante el primer semestre. Por su parte, Cepsa, la segunda petrolera en España por número de gasolineras, logró un beneficio de 337 millones entre enero y junio. Los mismos resultados positivos se trasladan al mercado internacional, donde Shell se ha atribuido un beneficio de 7.656 millones de euros o Exxon Mobil, que ha batido récords tras recortar costes por valor de 1.000 millones y anotarse unos beneficios netos de 4,690 millones de dólares durante el mismo periodo de tiempo.

Todos estos datos, unidos al aumento de la demanda y el bloqueo en los acuerdos para aumentar el bombeo por parte de la OPEP, están permitiendo que las petroleras encaren el futuro con optimismo, a la vez que ponen una vela a la recuperación económica que, en el caso de España, no termina de superar obstáculos, debido al empeoramiento de datos derivados de la pandemia.

Sin embargo, el compromiso de las petroleras con el cambio climático y los Acuerdos de París están lejos de presentar unos resultados tan positivos como los económicos. CDP, una organización sin ánimo de lucro cuyo objetivo es suministrar información a inversores, mercados, ciudades, Estados y regiones para que valoren sus impactos ambientales, ha elaborado un estudio en el que alerta de que, al ritmo actual, las compañías relacionadas con la explotación de hidrocarburos evitarán que se alcance el objetivo máximo de calentamiento de 1,5º para el planeta previsto para 2050.

El estudio, bajo el paraguas de la World Benchmarking Alliance (WBA), pasa por ser el más completo realizado hasta la fecha. El documento señala que “sin una acción inmediata y decisiva” el sector será el responsable de este incumplimiento. Nos encontramos ante el primer análisis que evalúa a la industria en el escenario global de reducción de emisiones y es también pionero en cuanto a la evaluación de empresas de petróleo y gas utilizando el criterio de emisiones netas cero de la Agencia Internacional de la Energía para el escenario 2050. El documento evalúa un total de 100 empresas internacionales y muestra que, según las actuales tasas de producción, las empresas consumirán el presupuesto de carbono asignado al sector en 2037, es decir, 13 años antes del límite establecido para mitad de siglo.

El análisis es especialmente crítico con la exploración de nuevos yacimientos. Los investigadores de CDP y WBA se alarman al encontrar que “ninguna de las 100 empresas se ha comprometido a detener la exploración”. Otros aspectos del estudio hacen especial hincapié en la actitud de las petroleras. Así, de 2014 a 2019 las grandes empresas petroleras nacionales (conocidas como NOC) aumentaron la producción de petróleo o gas, en lugar de reducirlo. De las 100 empresas estudiadas sólo 13 tienen planes de transición energética bajos en carbono que se extienden al menos por un período de 20 años. Los datos son especialmente negativos para Europa, ya que 10 de las principales empresas del ranking son europeas, como Neste, Engie, BP, Repsol, Total, Galp o Shell.

CDP también advierte de que el petróleo y gas extraídos por las 100 empresas evaluadas consumirán casi el 80% del presupuesto de CO2 restante para todos los sectores y todas las actividades humanas. A nivel mundial, las siete grandes petroleras (BP, Chevron, ConocoPhillips, Eni, ExxonMobil, Shell y Total Energies) representan el 13% de este consumo de carbono. Los datos mostrarían que “los objetivos y estrategias opacos, poco ambiciosos o inexistentes de los mayores contribuyentes al cambio climático muestran que el sector no está aceptando su parte de responsabilidad por las emisiones globales”. Una responsabilidad que se ve agravada al presentar beneficios que podrían destinarse a aumentar su esfuerzo en la contribución por la descarbonización del planeta.

A modo de ejemplo, algunos tipos de emisiones de las empresas mencionadas superan a las de países enteros, como las de Exxon Mobil, que, en su grado 3, fueron mayores que las de Canadá. Mención aparte tiene la saudí Aramco que en 2019 superó la suma de las emisiones de grado 1, 2 y 3 de Alemania, Francia, Italia y España juntas. Con respecto a la información proporcionada por las empresas la situación tampoco es alentadora. “La mayoría de las empresas comparten sólo datos parciales en los grados 1 y 2”. Tan solo un tercio de las empresas, incluidas Galp, Repsol y Equinor, comparten información sobre las emisiones de grado 3: un punto para la compañía presidida por Antonio Brufau en el estudio de WBA.

Sobre el informe, Nicolette Bartlett, directora ejecutiva de CDP, destacó que “el progreso de la industria en todo el mundo es lamentablemente inadecuado”. Para la responsable de la ONG, “si queremos cumplir con el escenario de 1,5ºC de la AIE, tendremos que realizar una transición total, alejada de la producción de hidrocarburos, y una transformación inherente de los modelos comerciales basados en combustibles fósiles”. Un deseo que difícilmente se cumplirá si la senda de la descarbonización no cambia de rumbo.

A modo de recomendación, WBA incita a las 100 empresas “a ejercer un liderazgo más fuerte, más inversión y mayor transparencia para escalar la enorme brecha de ambición y desempeño que existe en el sector”. Tras la presentación del informe se anuncia una nueva etapa en la que se pondrá la lupa en el destino de los beneficios acumulados por las empresas durante 2021 para saber exactamente cuál es su grado de compromiso con la lucha contra el cambio climático. En otras palabras, habrá que saber cuanto dinero de los beneficios presentados durante la semana se destinarán efectivamente a la reducción de la huella de carbono. Una batalla que, atendiendo a los datos del informe, probablemente esté perdida mucho antes de 2050.

Mostrar comentarios