Las renovables dejan las riendas en manos del consumidor

  • La conexión de la energía solar de los hogares a la red y el despliegue del coche eléctrico favorecerán el autoconsumo y la venta de electricidad de los particulares.
Sara Acosta

La revolución en los hábitos de consumo de la energía eléctrica está cada día más cerca. Con la propiedad compartida de huertos solares ya en marcha, el Gobierno contempla la aprobación de una nueva normativa por la que las placas solares de los hogares se conectarán a la red. Para las asociaciones de energía solar fotovoltaica, que han trabajado en la elaboración de algunos detalles técnicos, la medida supone un paso fundamental, ya que cambia las reglas del juego y convierte al consumidor en productor y en vendedor de energía eléctrica.

Hasta ahora, la engorrosa burocracia puede elevar la conexión de los hogares a la red hasta casi un año. Además, los costes que genera hacen que no resulte una opción atractiva para el propietario de placas sobre el tejado de su casa. Con la nueva medida, estos trámites se diluirían, aunque aún no se conoce el calendario ni los nuevos plazos en el que las eléctricas deberán integrar en la red a estos nuevos productores.

“El acceso de los particulares a la red supondría que podrían prescindir de las compañías eléctricas. Se fomentará el autoconsumo y la venta de la electricidad sobrante al sistema”. Esto es lo que ya puede hacerse a través de la propiedad compartida de los huertos solares.

La proximidad entre el punto de conexión y de consumo bajaría los precios, haciendo más rentable producir y vender desde un hogar que pagar los costes por el transporte de la electricidad desde el punto de conexión y de consumo, como sucede ahora.

Sin embargo, no todas las voces comparten el entusiasmo del sector, en plena batalla con el Ministerio de Industria por el rumor de que la reducción de las primas, que han inflado la fotovoltaica, se aplicaría con efecto retroactivo. Tras el espaldarazo de la Bolsa y la decisión de algunas compañías como T-Solar de dar marcha atrás en sus planes de salida a Bolsa, Industria habría congelado la medida.

“Lo que el consumidor necesita es libertad”, explica Jordi Miralles, presidente de la Fundación Tierra, con sede en Barcelona. Por ello, esta organización cree que el nuevo decreto que se perfila es un error. “Nadie querrá ponerse en manos de la burocracia y de la Comisión Nacional de la Energía para vender su electricidad sobrante”, añade. Lo idóneo sería, añade, crear una tarifa fija, por la que el consumidor ahorre en la factura eléctrica gracias a su autoconsumo. De lo contrario, “estamos tratando a los particulares como a empresas”.

El futuro despliegue del coche eléctrico también favorecerá que los propietarios de los coches puedan vender a la red el excedente de electricidad tras haber recargado su coche, durante la noche, en las horas de menor demanda. En un futuro no tan lejano, podremos ver a través de la pantalla del coche o del móvil, el índice de precios de la energía y operar desde el salpicadero. ¿Querrán los consumidores convertirse en pequeños empresarios eléctricos?

Mostrar comentarios