Las víctimas de ETA en San Juan de los Panetes piden memoria y dignidad

  • Tal día como hoy, hace 25 años, ETA se cobró la vida de dos personas y causó heridas a otras 25 en un atentado con coche bomba que explotó al paso de un furgón militar en Zaragoza, junto a la iglesia de San Juan de los Panetes, y hoy los familiares de las víctimas han honrado su memoria pidiendo "verdad, dignidad y justicia".

Zaragoza, 30 ene.- Tal día como hoy, hace 25 años, ETA se cobró la vida de dos personas y causó heridas a otras 25 en un atentado con coche bomba que explotó al paso de un furgón militar en Zaragoza, junto a la iglesia de San Juan de los Panetes, y hoy los familiares de las víctimas han honrado su memoria pidiendo "verdad, dignidad y justicia".

A las 8.10 horas del 30 de enero de 1987, la explosión de un artefacto colocado por ETA al paso de un autobús de la Academia General Militar costó la vida al comandante militar Manuel Rivera Sánchez y al conductor civil Ángel Ramos Saavedra, y causó heridas a otras 25 personas.

La Asociación de Víctimas del Terrorismo ha organizado hoy un acto de homenaje a las víctimas, a éstas y a otras que ETA ha dejado en Aragón durante su trayectoria de asesinatos, y ha depositado un ramo de flores en el preciso lugar donde explotó el coche-bomba, que estaba cargado con cincuenta kilos de goma-2 y cincuenta de metralla.

Se han leído los nombres de las víctima de aquel atentado y de otras víctimas de la banda terrorista fallecidas el 30 de enero de otros años: José Francisco Artola, asesinado en Azuola (Guipúzcoa) en 1979; José Ignacio Pérez Álvarez, en Galdácano (Vizcaya) en 1990; Eugenio Olaciregui, en San Sebastián en 1997, y el matrimonio formado por Alberto Jiménez Becerril y Ascensión García, en Sevilla en 1998.

Ana López, delegada de la AVT en Aragón, ha insistido, durante su intervención tras el minuto de silencio guardado en homenaje a las víctimas, que es necesario que se sepan los nombres y apellidos de las víctimas, su historia anónima, pero también quiénes son los victimarios. "Hay que recordar quién murió y quién les mató", ha enfatizado.

También ha pedido "justicia con mayúsculas" y que no exista para los asesinos "impunidad de ningún tipo".

María Jesús Gómez, esposa del entonces sargento José Marco Jalle, que resultó gravemente herido en ese atentado, se lamenta amargamente, pero resignada, del olvido al que eran sometidas las víctimas de ETA en los años 80, "prácticamente al día siguiente de los atentados". "Nunca hemos estado arropados", ha asegurado a los medios de comunicación.

Además, se muestra escéptica con el anuncio del cese de la actividad de ETA porque, recuerda, "ni han entregado las armas, ni han mostrado arrepentimiento, ni se han entregado a la justicia.

Entre el centenar de personas que han acudido al homenaje, al que ha seguido una misa en la misma iglesia de San Juan de los Panetes, estaba el recién nombrado delegado del Gobierno en Aragón, Gustavo Alcalde, quien asumió la presidencia del PP de Aragón en mayo de 2001 cuando ETA asesinó en Zaragoza al máximo dirigente de los populares aragoneses, Manuel Giménez Abad.

Además de a los dos militares de San Juan de los Panetes y a Giménez Abad, ETA ha asesinado en Aragón a otras trece personas: once en el atentado en la casa cuartel de la Guardia Civil en diciembre de 1987 y a dos guardias civiles en Sallent de Gállego (Huesca) en agosto de 2000.

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