Lavilla rememora el día en que libertad y democracia cobraron valor en España

  • Madrid.- El presidente del Congreso durante la tarde del 23-F, Landelino Lavilla, ha recordado hoy las horas del golpe de Estado en las que los diputados dieron verdadero valor a la libertad y la democracia, entonces en peligro, y la respuesta del pueblo español como garante y "firme guardián" de esos principios.

Madrid.- El presidente del Congreso durante la tarde del 23-F, Landelino Lavilla, ha recordado hoy las horas del golpe de Estado en las que los diputados dieron verdadero valor a la libertad y la democracia, entonces en peligro, y la respuesta del pueblo español como garante y "firme guardián" de esos principios.

Lavilla ha subido a la tribuna de oradores del Congreso al cumplirse treinta años de aquel 23-F y se ha remontado a aquella tarde para evocar un "episodio negro" de la historia de España y, también, de la historia personal de los diputados que estaban en el hemiciclo, muchos de los cuales han vuelto hoy a sus puestos.

Se vivieron momentos de zozobra, "horas de paciencia variable y de resignación también variable, pero que, sin duda, enriquecieron nuestra propia estimación de la libertad y de la democracia", ha subrayado.

A su juicio, aquella tarde y aquella noche se fortalecieron los vínculos que unían a todos los parlamentarios y a la gran mayoría del pueblo español, que apostaba por un futuro de progreso basado en un sistema constitucional y una convivencia pacífica.

El 25 de febrero de 1981 Lavilla retomó la sesión parlamentaria interrumpida por los golpistas y hoy ha recordado el clima "enfervorizado" de la Cámara y ha vuelto a elogiar la dignidad y temple de todos los diputados.

Ha rechazado así a quienes, "quizá con pretensiones literarias", han querido zaherir a los parlamentarios cuestionando su comportamiento, cuando "no fueron los ofendidos, sino los ofensores, quienes dieron aquel deplorable espectáculo de aquella tarde".

Los aplausos han interrumpido su emocionado discurso, en el que ha rememorado el que pronunció dos días después del golpe y, después, el 9 de diciembre de 1981, primer año en el que se conmemoró el aniversario de la Constitución.

Si en otras ocasiones el pueblo español pudo ser "espectador indiferente del acontecer político o dócil seguidor de iniciativas sin futuro", en 1981 se convirtió en el "sereno garante de la liberta y firme guardián de la democracia", ha repetido.

Lavilla, quien ha agradecido el respeto que sintió de todos cuando su autoridad como presidente del Congreso era "pisoteada por las gentes armadas" que habían interrumpido en el hemiciclo, ha abogado por celebrar el único éxito de aquellos días, la respuesta ciudadana al golpe.

"Podemos y debemos celebrar el hecho de que la voluntad del pueblo no fuera truncada ni la aspiración común de concordia y respeto fuera perturbada".

En 1981, ha insistido, los valores constitucionales, las instituciones democráticas y la firme voluntad del pueblo de vivir en paz se convirtieron para siempre en una barrera frente a aquellos incapaces de aprender las lecciones de la historia, frente a quienes quisieron entonces o pueden querer ahora "domeñar la voluntad de todos con violencia y sin razón".

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