Ledo Ivo "quería cruzar a pie el Guadalquivir; cosas de poetas", dice su hijo

  • El poeta brasileño Ledo Ivo, que ha fallecido esta madrugada en Sevilla a los 88 años de edad, "quería cruzar el Guadalquivir andando por uno de sus puentes; cosas de poetas", ha dicho esta tarde a Efe su hijo, el pintor Gonzalo Ivo, de 54 años, con cuya familia estaba de viaje por España.

Sevilla, 23 dic.- El poeta brasileño Ledo Ivo, que ha fallecido esta madrugada en Sevilla a los 88 años de edad, "quería cruzar el Guadalquivir andando por uno de sus puentes; cosas de poetas", ha dicho esta tarde a Efe su hijo, el pintor Gonzalo Ivo, de 54 años, con cuya familia estaba de viaje por España.

Según Gonzalo Ivo, quien ayer acompañó a su padre en todo momento y en cuyos brazos expiró después de salir a cenar y llegar al hotel, el viejo poeta dijo sentirse mal, por lo que llamaron al médico y le sentaron en una silla de ruedas, para finalmente morir a las dos de la madrugada.

Gonzalo Ivo ha asegurado que le incinerarán en Sevilla, "lo antes posible", y que llevarán sus cenizas a Brasil porque su padre "no quería una muerte carnavalizada ni una muerte episcopal, sino una muerte sencilla y franciscana".

Hace ocho días Ledo Ivo llegó a Madrid, en compañía de sus nietos Leonardo y Antónia, de su hijo Gonzalo y de la esposa de éste, Denyse, y desde el jueves estaban en Sevilla, donde tenían previsto permanecer hasta el día de Navidad para regresar a Madrid.

"Él sabía que el fin estaba próximo y quería ver a algunos amigos en Madrid como Juan Carlos Mestre y Martín López-Vega, también quería pisar las tierras de Góngora y de Quevedo; siempre tuvo una gran ligazón con España", ha explicado su hijo Gonzalo.

Ledo Ivo visitó Sevilla por primera vez en 1954 cuando, después de la Guerra Mundial, pasó tres años en Francia con su mujer, y desde entonces no había regresado a la capital andaluza, aunque sí había hecho numerosos viajes a España y visitado Córdoba en varias ocasiones.

"Era un viaje sentimental. Ayer en la Catedral estuvo varias horas: estaba feliz y contento. Quedó deslumbrado con el Alcázar y, al pasear por sus jardines, exclamó: '¡Entonces existe el paraíso; esto es el paraíso!'", según ha recordado Gonzalo.

Según su hijo, Ledo Ivo "era un hombre alegre ante la vida; era muy vital, por eso vivió tanto, pero un día llega la hora...", según ha dicho su hijo, muy emocionado.

"Ayer comimos pescado en Triana y bebimos albariño. Mi padre era un hombre de vida, de comida , de poesía y de alegría", ha asegurado Gonzalo, después de dedicar el día a los trámites necesarios para incinerar el cadáver de su padre, en una jornada que ha definido como "un día surrealista", tras los días felices de este "viaje sentimental" que había planeado junto a su padre.

"Mi padre tenía un deseo muy claro: no quería ninguna burocracia, no quería verse formando parte de ningún desfile", ha reiterado Gonzalo Ivo sobre la decisión de incinerar el cuerpo de su padre, que ha consultado con sus dos hermanas, Patricia y María da Graca.

Gonzalo, que reside en París desde hace doce años, ha visitado también con su padre el Museo de Bellas de Sevilla, para disfrutar de su colección de zurbaranes, y para hoy tenían previsto visitar el Centro Velázquez, en el edificio barroco de los Venerables, en el sevillano Barrio de Santa Cruz.

Ledo Ivo, que iba a cumplir 89 años el 18 de febrero, era admirador de la literatura española, particularmente de Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez y Rosalía de Castro, y mantenía amistad con escritores y poetas como Antonio Pereira y Antonio Gamoneda.

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