Legislativas históricas en Birmania con la opositora Suu Kyi como favorita

  • Millones de birmanos votaron este domingo en las primeras elecciones legislativas libres en 25 años, que podrían llevar al poder a la líder opositora y Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi.

Los colegios electorales cerraron a las 16H00 locales locales (09H30 GMT), dijo el vicedirector de la comisión electoral, Thant Zin Aung.

Según las primeras indicaciones, la participación fue de "alrededor del 80%" sobre más de 30 millones de votantes habilitados, que esperaron pacientemente haciendo cola ante los locales de votación.

Los primeros resultados preliminares podrían anunciarse el lunes por la mañana, aunque los definitivos podrían conocerse dentro de varios días, en este paupérrimo país del sudeste asiático, con una administración ineficaz y sin tradición democrática.

"Esperen los resultados en sus casas. Y cuando lleguen quiero que los acepten con tranquilidad" declaró Aung San Suu Kyi, llamada "Madre Suu" por muchos birmanos, en un mensaje que leyó ante la sede de su partido.

Toda la atención mediática del día se centró en Suu Kyi, Nobel de la paz, que pasó más de 15 años bajo arresto domiciliario.

Este domingo, a sus 70 años, votó por segunda vez en su país. Vestida de rojo, el color de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND), Suu Kyi depositó su papeleta por la mañana temprano en una escuela del centro de Rangún, rodeada de cientos de periodistas de todo el mundo.

Aclamada por sus partidarios al grito de "victoria", Aung San Suu Kyi se marchó sin hacer declaraciones rumbo a su circunscripción electoral de Kawhmu, a varias horas de Rangún, donde espera renovar su escaño de diputada conseguido en las legislativas parciales de 2012, saldadas con una abrumadora victoria de la LND.

Lejos de la atención mediática que rodea a Suu Kyi, el presidente Thein Sein votó en Naypyidaw, la capital administrativa. Su partido, el USDP, integrado por exgenerales, es el principal rival de la LND.

Tras el cierre de los colegios electorales, Alexander Graf Lambsdorff, jefe de la misión de observadores europeos, aseguró "no haber observado señales de fraude". Pero "el proceso no ha terminado", añadió, refiriéndose al recuento o al transporte de las urnas.

La tensión, salpicada de entusiasmo y preocupación, era máxima ya que la LND es la gran favorita de las elecciones y podría gobernar por primera vez tras décadas de represión.

Durante las últimas elecciones consideradas libres, en 1990, la junta dejó participar y ganar a la LND. Pero los resultados no fueron reconocidos y Aung San Suu Kyi, entonces en arresto domiciliario, no pudo votar. En 2010, su formación llamó a boicotear los comicios.

La cita electoral desarrollada este domingo es considerada una prueba del éxito de la transición democrática iniciada hace cuatro años con la autodisolución de la junta militar, que gobernaba el país con mano de hierro desde 1962.

"No hay ninguna razón por parte nuestra para no aceptar" el resultado de los comicios, dijo el jefe del ejército, Min Aung Hlaing.

Durante la jornada electoral, muchos manifestaron su amor a "madre Suu", cuyos retratos presiden muchos hogares al lado del de su padre, el general Aung San, un héroe de la independencia de esta excolonia británica, asesinado en 1947.

La ausencia de sondeos dificulta sin embargo determinar su verdadero nivel de popularidad en el país. En total, más de 90 partidos optan a obtener un escaño en el parlamento. Y una de las incógnitas sigue siendo la elección del presidente, que la cámara deberá escoger dentro de algunos meses.

Aung San Suu Kyi, a quien la Constitución heredada de la junta le impide acceder a la presidencia, ha advertido que estará "por encima del presidente" si vence su partido. La Constitución impide ser presidente a quien tenga hijos de nacionalidad extranjera y ella tiene dos hijos británicos.

Además, la tarea de formar un gobierno podría complicársele a la LND, ya que el ejército conserva un 25% de los escaños del parlamento para militares no escogidos en las urnas, tradicionales aliados del USDP.

Por otra parte, es grande la incertidumbre sobre la reacción del poder.

El ejército y el presidente saliente, un exmilitar, prometieron que respetarían el resultado de las urnas, aunque al mismo tiempo difundieron vídeos en la televisión pública advirtiendo contra cualquier intento de revolución inspirada en la "primavera árabe".

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