Lecciones de una pandemia

Leyes que asustan y datos que aturden: los diez errores del Gobierno en la Covid

Durante el último año y medio, el Ejecutivo ha aprobado decretos, ha lanzado campañas en los medios y ha difundido informaciones que han desconcertado a los españoles.

Salvador Illa Carolina Darias
Leyes que asustan y optimismo que infecta: los diez errores del Gobierno en la pandemia.
EFE

Durante un año y medio, desde que se tuvo noticia de que un virus se estaba expandiendo por el mundo, el Gobierno ha aprobado leyes, decretos y órdenes, ha creado campañas a los medios y lanzado informaciones que han desconcertado a los españoles. Esta es una recapitulación de los diez errores más graves durante la pandemia, desde leyes que meten miedo, hasta informaciones desconcertantes o decisiones arriesgadas. Están ordenados del más cercano al más lejano en el tiempo

10. Tramitar un anteproyecto de Ley de Seguridad Nacional que ha asustado a la población. 

El informe del anteproyecto especifica lo que puede hacer el Gobierno en caso de amenaza a la seguridad nacional. Entre otras cosas, “proceder a la requisa temporal de todo tipo de bienes, a la intervención u ocupación provisional de los que sean necesarios o a la suspensión de todo tipo de actividades”. Una persona mayor de edad “estará obligada a la realización de las prestaciones personales que exijan las autoridades competentes, siguiendo las directrices del Consejo de Seguridad Nacional o de la autoridad funcional, sin derecho a indemnización”, según el borrador. La prensa más conservadora lo calificó de un texto propio de régimen dictatorial o del chavismo.

9. No prepararse ante el fin de curso de los jóvenes y el inicio de las vacaciones. 

Cuando acabó el estado de alarma el 9 de mayo pasado, el Gobierno dijo que las CCAA podían adoptar nuevas restricciones apoyándose en la Ley de la Salud de 1986. Sin embargo, las gobiernos autonómicos no han tenido instrumentos jurídicos para hacerlo de modo que a finales de junio no pudieron evitar que se movilizaran miles de jóvenes en fiestas, viajes de fin de curso, ocio nocturno y botellones. El resultado ha sido que esta semana la incidencia acumulada en los jóvenes entre 20 y 29 años ha alcanzado los 1.047 casos. Sin embargo, esta vez es diferente. "La quinta ola, la juvenil, tiene una cantidad ingente de contagios en jóvenes, que no presentan gravedad, y entre eso y la vacunación la letalidad ha bajado al 0,3%", dice Ángel Martínez Roldán, estadístico y matemático que realiza diariamente tablas con todas las cifras del coronavirus.

8. No prever el golpe internacional a la imagen de España cuando empezaba la temporada turística. 

Aunque los casos graves no son ni mucho menos como en otras olas, pues la presión hospitalaria y de pacientes UCI es muy baja, la prensa internacional ha recogido con alarma esta ola de contagios y eso ha influido en que otros países europeos estén desaconsejando viajar a España. Ya se están registrado cancelaciones en hoteles en las zonas más turísticas de nuestro país que, por estas fechas, viven principalmente del turismo extranjero. El turismo del verano está al borde del abismo.

7. Confiar que las altas tasas de vacunación amortiguarían los contagios.

España sin duda, es uno de los países donde más rápidamente avanzan las vacunaciones, y ya ha superado a EEUU. Más de la mitad de la población ha recibido por lo menos una dosis. Pero la gente de menos de 30 años apenas ha recibido vacunas, se están convirtiendo en los portadores del virus y lo están extendiendo. Hay varias dudas que plantea Martínez Roldán: ¿Cuánto duran las vacunas?; ¿Contra qué variantes protegen?; ¿Cuánto duran los anticuerpos de los que ya han pasado la enfermedad? A pesar de que muchos son asintomáticos o sufren efectos de baja intensidad, lo están transmitiendo a personas no vacunadas menores de 50 años (sus familiares), o mayores de 60 años que solo han recibido una dosis o incluso las dos dosis. Los científicos han demostrado que son necesarias dos dosis (excepto en la de Janssen) para la inmunidad completa. Pero incluso así, hay un riesgo de transmisión a los mayores porque vacunarse no es inmunizarse.

6. Anunciar el fin de las mascarillas en la calle cuando se inicia la temporada de más movilidad social: el verano. 

El presidente dijo que el 26 de junio de 2021 los españoles ya podrían caminar por la calle sin llevar mascarillas. Confiaba en que en agosto se alcanzaría lo que se llama la "inmunidad de grupo" (70% de la población vacunada o con anticuerpos). El resultado es que la mayor parte de la gente, sobre todo la gente mayor, no ha hecho caso y sale a la calle con mascarillas. La sensación general es que esta guerra contra el virus no ha terminado. Miles de jóvenes se tomaron esta medida (ir sin mascarillas por la calle) al pie de la letra y ni siquiera respetan la distancia social, lo cual está llevando a la quinta ola de contagios. "Parar los contagios es imposible en la situación actual de descontrol y contagio masivo y comunitario", dice Martínez Roldán. "Se ha visto una insolidaridad de los más sanos (jóvenes y adultos irresponsables) frente a los más vulnerables".

5. Cometer con la manifestación del Orgullo Gay el mismo error que con el 8-M. 

La delegación del Gobierno en Madrid autorizó la manifestación del Día del Orgullo Gay en la capital el sábado 3 de julio de 2021. Las condiciones eran que no se permitían carrozas ni escenario, pero las imágenes que trasmitieron los medios y las redes sociales fue que había numerosos grupos de personas sin mascarillas, y que en otras plazas de Madrid hubo aforos máximos sin distancia social. La Policía tuvo que desalojar un 'macrobotellón' sin mascarilla en la plaza de Chueca de Madrid. Los epidemiólogos ya avisan de que las consecuencias se notarán a mediados de este mes de julio.

4. Anunciar el fin del estado de alarma (9 de mayo) sin hacer una campaña contundente para prevenir a la población de que eso no significaba el fin de la pandemia.

 Solo se eliminó el toque de queda nocturno y los cierres perimetrales. Pero continuaba la obligación de llevar mascarillas y la distancia social. La población más joven lo entendió como el fin de la pandemia. Se multiplicaron las concentraciones callejeras y los botellones por todo el país. Ante las cámaras de televisión, los jóvenes se quitaban las mascarillas a las 00.00 de la noche del sábado al domingo al grito de: “¡Libertad, libertad!”. Un medio afirmó: “Parecía Nochevieja”.

3. Hacer una campaña publicitaria con temerario optimismo en medios de comunicación en mayo de 2020 con el lema "Salimos más fuertes". 

En ese momento había 27.000 muertos. Ahora ya son más de 80.000 fallecidos oficialmente (más de 130.000 según otras estadísticas). También fue un error anunciar con demasiado optimismo el 10 de junio de 2020 que "hemos vencido el virus" (Pedro Sánchez en el Congreso). Ha sido uno de los mayores errores de comunicación del Gobierno. La segunda ola llegó a su pico en noviembre de 2020, la tercera ola (la peor en contagios) en enero de 2021, la cuarta en abril y ahora el país está sufriendo la quinta ola. Desde el anuncio de la campaña "Salimos más fuertes" hasta hoy, el número de muertos se ha triplicado.

2. Reaccionar tarde ante la primera ola. 

Los expertos afirman que si se hubieran adelantado dos semanas las medidas de restricción como el toque de queda o la distancia social, se habrían evitado muchos contagios y muchas muertes. Fue un error de cálculo que cometieron otros gobiernos europeos. En el caso de España, además, el Gobierno permitió durante la semana del 2 al 8 de marzo de 2020 toda clase de concentraciones y manifestaciones: partidos de baloncesto, de fútbol, ferias del estudiante, conciertos, mítines políticos y las grandes manifestaciones del Día de la Mujer en el 8 de marzo. Quince días después se estaban alcanzando picos de contagios y muertes.

1. Marear a los españoles con prohibiciones e informaciones. 

Ha quedado para Wikipedia la frase de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, que dijo en enero de 2020: "España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado". También quedarán para la historia las contradicciones de las autoridades sanitarias diciendo a la población al principio que no hacían falta mascarillas. Simón dijo en febrero de 2020: “No es necesario que la población utilice mascarillas”. Luego recomendó su uso. Más tarde añadió que unas eran inadecuadas para la población en general (las FPP2), y luego cambiaba de criterio diciendo que las mejores eran las quirúrgicas. Al final, el Gobierno las impuso mediante un orden publicada en el BOE.

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