Jerusalén, 13 dic.- El ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman, anunció que seguirá de momento en el cargo pese a su inculpación hoy por abuso de confianza y fraude, si bien matizó que tomará una "decisión final" tras consultar con sus abogados y medir la influencia en sus votantes.
En declaraciones televisadas desde Tel Aviv tras anunciarse las acusaciones, Lieberman quitó importancia a las inculpaciones, destacó que no está legalmente obligado a dimitir y reveló que ha pedido al Parlamento que le retire la inmunidad parlamentaria para que el proceso "transcurra lo más rápido posible".
Su equipo legal, agregó, está "estudiando el material" del dictamen, que se materializará en los próximos treinta días.
El jefe de la diplomacia israelí recordó que cuando en 2009 prometió renunciar de inmediato si resultaba inculpado se refería al "dossier grande" de empresas-tapadera de blanqueo de dinero, que hoy ha sido cerrado, y no al caso por el que se le inculpa abuso de confianza y fraude a seis semanas de la celebración de elecciones legislativas.
De aparente buen humor, Lieberman bromeó sobre la presencia de numerosos periodistas en la sala antes de lanzarse a explicar los detalles del dossier en el que el fiscal general del Estado, Yehuda Weinstein, le atribuye presunta culpabilidad.
El caso está sustentado en la confesión de uno de sus ex asesores legales, Zeev Ben-Arie, condenado a cuatro meses de servicios sociales por pasarle documentación de forma ilegal cuando ejercía como embajador en Bielorrusia en 2008.
El texto contenía una petición de asistencia técnica por parte del Ministerio israelí de Justicia a su equivalente en Minsk en la que se detallaban las sospechas que se ciernen contra Lieberman y los asuntos en los que se precisaba colaboración, así como números de cuentas bancarias y nombres de personas que entrevistar.
Hoy, Lieberman insistió en que desechó la carta sin leerla: "En cuanto entendí lo que era, le dije 'déjate de tonterías', la tiré al inodoro y tiré de la cadena". También negó haber ayudado a Ben Arie en su carrera.
"Desde 1996 hasta ahora no ha habido un solo día en el que no haya sido sospechoso. Es una única investigación continuada, sobre temas distintos, pero una misma investigación", dijo sugiriendo la existencia de una caza de brujas legal en su contra.
Lieberman matizó no obstante que, de resultar finalmente condenado, pagará "con alegría el precio que haga falta".
Poco antes, el primer ministro Benjamín Netanyahu había manifestado de "deseo" de que "pruebe su inocencia".
"Creo en el sistema judicial de Israel y lo respeto. El derecho de defensa que da a todos los ciudadanos de Israel también le es conferido al ministro Lieberman", indicó en un breve comunicado.
Netanyahu y Lieberman concurren a las elecciones como números uno y dos de Likud Beitenu, una lista conjunta de sus respectivos partidos (el derechista Likud y el ultranacionalista Israel Beitenu) que, según los sondeos, obtendría una cómoda victoria en los comicios del 22 de enero.
Los principales partidos de oposición hubieran querido escuchar la palabra "dimisión".
La líder laborista, Shelly Yajimovich, escribió en su cuenta de Facebook que "legal, pública, moral y normativamente, Avigdor Lieberman no puede permanecer en su puesto un solo minuto más", mientras que la presidenta de la formación de izquierdas Meretz, Zahava Gal On, quiere llevar la cuestión al Supremo.
En el centro, la ex titular de Exteriores y cabeza de la lista de Hatnuá, Tzipi Livni, exhortó a Lieberman a seguir el ejemplo de los ministros que renunciaron tras una inculpación y el líder de Yesh Atid, Yair Lapid, lamentó que éste vaya a seguir "sirviendo en el Gobierno y representando a Israel en el mundo".
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