Lo que no se ha contado todavía del escándalo que enriqueció a Jordi Pujol

    • El periodista y escritor, Pere Ríos cuenta en su último libro lo que todavía no se ha podido contar del escándalo que enriqueció al expresidente de la Generalitat.
    • Entre 1974 y 1980, mientras la entidad se hundía en pérdidas y se descapitalizaba a marchas forzadas, Pujol se embolsó en dividendos ilícitos más de 84 millones de pesetas", refleja Ríos en su libro.
Libro de Pere Ríos
Libro de Pere Ríos

"Banca Catalana fue el primer rescate bancario de la democracia, un procedimiento que se repetiría al cabo de 30 años en el ciclo inexorable de la historia si no se aprende de las lecciones del pasado. Entre 1974 y 1980, mientras la entidad se hundía en pérdidas y se descapitalizaba a marchas forzadas, Pujol se embolsó en dividendos ilícitos más de 84 millones de pesetas", apunta el periodista y escritor Pere Ríos, quien arroja en su último libro titulado 'Banca Catalana: caso abierto' más detalles inéditos del escándalo que enriqueció a Jordi Pujol.

"Buena parte del tribunal miró para otro lado, en lugar de centrarse en el análisis de los informes del Banco de España y del resto de las pruebas aportadas al proceso", escribe Ríos.

Este libro cuenta con entrevistas a los fiscales del caso, Carlos Jiménez Villerjo y José María Mena, así como a los magistrados Margarita Robles, Antonio Doñate, José Manuel Bandrés y Celsa Pico, que formaron parte del tribunal que decidió exculpar a Jordi Pujol.

También han accedido a la investigación el ministro de Justicia de la época, Fernando Ledesma, el abogado defensor de Pujol en aquel proceso, Joan Piqué Vidal; su cuñado y también querellado, Francesc Cabana, el primer secretario del PSC de la época, Raimon Obiols; el periodista de 'El País', Bonifacio de la Cuadra, que publicó la exclusiva sobre la decisión de presentar la querella.

El libro se remonta a 1984 cuando los fiscales Carlos Jiménez Villarejo y José María Mena presentaron una querella por
supuesto desvío de fondos contra varios directivos de Banca Catalana, entre los que se encontraba Jordi Pujol. En concreto, se les acusaba de la compra irregular de valores inmobiliarios, con dinero de la caja 'B', para financiar distintas operaciones gravosas para la entidad, que terminó siendo intervenida en 1982. Los fiscales también sostenían que Pujol y el resto de consejeros se habían repartido más de 105 millones de pesetas en dividendos entre 1974 y 1976, cuando el banco ya tenía importantes pérdidas.

El entonces presidente catalán atribuyó la acción del ministerio fiscal a una "jugada indigna" del PSOE, según el autor, que gobernaba entonces en España, tal como clamó Pujol ante una masiva manifestación de apoyo incondicional organizada de forma no muy espontánea.

Sin embargo, Pere Ríos sostiene en este libro que, pese a sus reiteradas declaraciones en contra, Pujol y sus allegados sí se enriquecieron con Banca Catalana. Y que, de hecho, es ahí, con ese banco supuestamente creado para 'hacer país', donde se comienza a forjar el patrimonio de los Pujol, es decir, cuando arranca una historia que tuvo un punto y aparte explosivo el 25 de julio de 2014, el día en que Jordi Pujol confesó una supuesta herencia de su padre que mantuvo oculta padre durante más de tres décadas a la Hacienda española.El libro en 17 frases

- "Pujol siguió participando y beneficiándose de esas operaciones especulativas y supuestamente ilícitas de Banca Catalana hasta mayo de 1982, cuando hacía ya más de dos años que ejercía como presidente de la Generalitat".

- "A nadie, o casi nadie, le parecían mal aquellas prácticas bancarias que arruinaron a miles de ahorradores, hundiendo a Banca Catalana".

- "Según la mayoría de los magistrados, los hechos de la acusación de la fiscalía no encajaban en ninguno de los delitos del Código Penal, no podían ser delito, aunque pudieran ser ciertos".

- "La exculpación llegó tras más de dos años de un proceso judicial iniciado con la querella presentada por los fiscales Carlos Jiménez Villarejo y José María Mena. En ella se acusaba a Pujol y a otros 24 ex directivos de Banca Catalana de apropiación indebida y falsedad documental por enriquecerse con el dinero de los clientes y por su nefasta gestión al frente la entidad. Los informes del Banco de España evalúan en 19.679 millones de pesetas las pérdidas que sufrió la entidad como consecuencia de la actuación de los querellados. Banca Catalana acabó en quiebra y el rescate costó a las arcas públicas 344.049 millones de pesetas, según la cuantificación que hizo el Tribunal de Cuentas en 1985".

- "En amplios sectores de la sociedad caló el mensaje tantas veces reiterado de que el caso Banca Catalana fue una acción premeditada para socavar la incipiente autonomía".

- "Jordi Pujol se enriqueció durante la época que fue consejero ejecutivo de Banca Catalana, del 22 de mayo de 1974 al 14 de octubre de 1976, si bien no se le aceptó la renuncia en ese cargo hasta el 3 de abril de 1977".

- "Jordi Pujol, su hermana Maria y la madre de ambos abonaron en 1982 un total de 22 millones de pesetas en concepto de impuesto de sucesiones al recibir la herencia del padre Florenci. Esa renta actualizada equivaldría hoy a 511.302
euros. El pago de ese impuesto, además, no supuso ningún desembolso a los familiares de Pujol, porque se pagó con la venta de unas acciones de Banca Catalana a una sociedad instrumental del grupo que era muy deficitaria y a la que la entidad le concedió un
préstamo para cerrar la operación".

- "El Ejecutivo de Felipe González estaba preocupado por la actuación de los dos fiscales del caso; nunca imaginó que llegarían tan lejos, ni que Pujol acabaría entre los querellados".

- "El viernes 11 de junio de 1982, una información confidencial de la agencia Europa Press, que reprodujo TVE en Cataluña, advertía de los 'rumores sobre una posible suspensión de pagos de una entidad crediticia catalana'. No se citaba Banca Catalana, pero
los directivos de la entidad y la propia Generalitat desmintieron la noticia a la agencia Efe".

- "Carlos Jiménez Villarejo y José María Mena colgaron la toga de fiscal hace un tiempo, pero siguen convencidos de que los directivos de Banca Catalana, con Jordi Pujol al frente, cometieron delito por cómo administraron la entidad y se enriquecieron con el dinero de los accionistas".

- "Los fondos desviados a la caja 'B' de Banca Catalana entre los años 1974 y 1981 alcanzaron los 83.715 millones de pesetas".

- "Los querellados crearon 27 sociedades instrumentales para canalizar el dinero desviado a la caja 'B', con la compra de valores mobiliarios, también de espaldas a los accionistas de Banca Catalana y del Banco de España".

- "En la larga relación de las empresas beneficiarias de los créditos ficticios figuran tres sociedades administradas por Jordi Pujol: Laboratorios Martín Cuatrecasas, Chasyr 1879 SA y Túneles y Autopistas de Barcelona (Tabasa). También se otorgaron créditos a otra sociedad constituida por Pujol y otro querellado, Plastac SA, así como a la empresa Dracma SA, constituida y administrada por Florenci Pujol i Brugat, padre del expresidente de la Generalitat".

- "Jordi Pujol y tres hermanos de su esposa figuran en la relación de clientes que cancelaron anticipadamente los depósitos suscritos en la entidad".

- "Sorprende que una operación totalmente privada de Jordi Pujol y su familia, como es el pago del impuesto de sucesiones, figure en los archivos de una Banca Catalana con la que, en teoría, no guardaba ya ninguna relación accionarial en 1986".

- "En resumen, y salvo que las proporciones heredadas por cada uno de los tres herederos se repartiera de forma muy diferente a la calculada (por tercios entre los tres o 50 % para cónyuge y 25 % para cada hijo), el importe de la herencia de Florenci Pujol que declaró su esposa y sus hijos Jordi y Maria podría estar en torno a los 107 millones de pesetas. Hay que insistir en que esa cantidad corresponde al mes de septiembre de 1980 y equivaldría a 643.082 euros de entonces. Si se actualizara esa renta correspondería ahora a 3.166.535 euros".

- "Con esa donación a Fundació Catalana, Jordi Pujol completó la apariencia de que se desprendía de manera altruista de las acciones que le quedaban de Banca Catalana SA. Por eso hizo constar en la escritura notarial que el valor total de las acciones era de 187.698.000 pesetas (113.745.000 correspondientes a la serie A y 74.953.000 a la serie B). Lo cierto, sin embargo, es que el valor real de las acciones era prácticamente nulo, porque la entidad estaba al borde de la quiebra y su cotización de los títulos se mantenía de manera artificiosa y ocultando el grave déficit".

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