López de Uralde llega a Madrid haciendo el símbolo de la victoria y entre gritos de "libertad"

Madrid.- Ataviado con una camiseta con el lema "Greenpeace, activista climático", flanqueado por sus hijos y con los brazos en alto como símbolo de victoria, Juan López de Uralde llegaba hoy a Barajas donde decenas de personas le esperaban al grito de "libertad" y "los políticos hablan y los líderes actúan".

Sobre las 19.30 horas aterrizaba en el aeropuerto madrileño el avión que traía al director ejecutivo de Greenpeace en España desde Copenhague, donde ha pasado 20 días en prisión preventiva junto a otros tres compañeros de la organización por colarse en la cena de gala que la Reina Margarita dio a los Jefes de Estado y Gobierno que participaban en la Cumbre del Cambio Climático.

Tras atravesar la alfombra roja que sus amigos y familiares le habían puesto en la terminal 4, fundirse en múltiples abrazos y brindar con cava por su liberación, López de Uralde aseguró que está orgulloso de lo que ha hecho y que lo volvería a hacer.

Y es que ha recordado que "el problema del cambio climático continúa, la Cumbre terminó sin acuerdo y el tiempo se acaba" y ha resaltado que estos son los motivos que les llevaron a aprovechar la presencia de 120 líderes mundiales para hacerles llegar el mensaje de que "hay que actuar ya".

El responsable de Greenpeace aseguró que la organización ecologista siempre "asume las responsabilidades de lo que hace", pero defendió el derecho de la sociedad civil a expresarse y dijo que los gobiernos tienen que aceptar este tipo de protestas, mientras denunciaba que la respuesta de las autoridades danesas no ha sido proporcional al acto.

"Fue una acción espectacular, pero pacifica. La hicimos pública a las pocas horas en youtube y pedimos que se actúe con nosotros con proporcionalidad", ha recalcado.

Los cuatro activistas de Greenpeace están en libertad con cargos por entrada en propiedad pública y falsificación de documentos, entre otras causas, y a la espera de que la acusación se concrete.

Para López de Uralde lo más duro durante los 20 días de cárcel ha sido la incomunicación, aunque ha dicho que a pesar de la poca información que tenían del exterior, "en la prisión se notaba el apoyo en España", lo que, ha revelado, "ponía celosos a mis compañeros".

El responsable de Greenpeace cree que ha sido este apoyo y la presión popular lo que ha conseguido su liberación, ya que ha dicho que las autoridades danesas querían "mantenernos en la cárcel" y ha denunciado que sólo fueron interrogados el día antes de ponerlos en libertad.

"Eso, a pesar de que Greenpeace se personó en la comisaria y expuso su voluntad de colaborar" para explicar los detalles de la acción, puntualizó, mientras reiteraba que "si tuviera la misma oportunidad otra vez, lo volvería a hacer".