Los 501 días de Pablo en la UE, entre los 50 diputados más activos

    • "Vuelvo a mi país para que no haya gente como ustedes en mi gobierno", dice en su despedida.
    • Iglesias ha evitado condenar situaciones como la de Venezuela, pero sí ha sido durísimo contra el imperialismo de EEUU y el neoliberalismo.
Pablo Iglesias, líder de Podemos, en la plaza Syntagma de Atenas el 18 de septiembre
Pablo Iglesias, líder de Podemos, en la plaza Syntagma de Atenas el 18 de septiembre

"Vuelvo a mi país para que no siga habiendo gente como ustedes en el Gobierno". Los 501 días de Pablo Iglesias en el Europarlamento han dado para mucho. El líder de Podemos ha tenido tiempo para atizar al "imperialismo", al "militarismo" y al "neoliberaslimo", sin embargo Maduro sí se ha librado de la ira del líder de Podemos.

En este tiempo, Pablo Iglesias se ha mostrado muy activo, con una participación del 93% en las votaciones parlamentarias, y con un 72% de asistencia a las sesiones. El líder de Podemos se ha mostrado como uno de los 50 diputados más activos del total de 751 que componen la cámara comunitaria. Un lugar donde muestra un lenguaje más de 'trinchera' que en España, apostando por criticas pobladas de términos como "imperislismo", "neoliberal" o "militarista".

Por ejemplo, en el marco de esta crisis migratoria, Pablo Iglesias se ha mostrado especialmente virulento. De esta manera, a principios de octubre se refería como "basura"a los que se referían a los refugiados como "plaga" o "invasión" o a los que mezclan "inmigración y terrorismo, o inmigración y seguridad".

Iglesias se mostró a favor de algunas medidas presupuestarias en el marco de la crisis de los refugiados. De esta manera, voto a favor de la destinación de recursos especiales, a mediados de este mes, "aunque una parte [de esta partida presupuestaria] se destinará a iniciativas secundarias, control de fronteras y de retorno". En este sentido, el líder de Podemos también se mostró contrario a mecanismos especiales de identificación de inmigrantes, accediendo al Sistema de Información de Visados (VIS), por su "efecto estigmatizador".La vuelta del "imperialismo"

Pablo Iglesias se mostró muy disgustado con la visita de Felipe VI al Europarlamento y acusó al monarca y su familia "de tener una enorme amistad con la familia real de Arabia Saudí, uno de los países campeones en la aplicación de la pena de muerte. En este sentido, se instó a la UE a revisar "la política comercial" con los países que no respetan los derechos humanos. Eso sí, evitando hablar de la 'política comercial' que liga la emisión de su 'Fort Apache' con la iraní Hispan TV.

Al igual que con Irán, el talón de Aquiles ha sido Venezuela. Allítambién ha evitado condenar sin paliativos los sucesos acaecidos en el país latinoamericano. Podemos se ha ausentado o abstenido a condenas de la situación siempre que se han visto en el Europarlamento.

A la retórica contra el neoliberalimo se une la del "imperialismo": "Al final parece que a la URSS nos la va a traer, otra vez, la OTAN, igual que nos trajo a los fundamentalistas.¿Se acuerdan, Señorías, de cuando Rambo comatía con Bin Laden en Afganistán?". Asimismo, Podemos también se abstuvo en condenar la situación en Irak y Siria, porque no se tenía en cuenta "que una de las causas del conflicto tiene que ver con las injerencias por parte de potencias occidentales, especialmente la intervención de EEUU en Irak".

Pablo Iglesias se abstuvo igualmente en la petición de retirada de inmunidad del eurodiputado húngaro Bela Kovacs, sospechoso de espionaje a favor de Rusia, alegando que "la suspensión de inmunidad no puede equipararse a un juicio político".Trinchera europea, discurso nacional

El líder de Podemos se ha mostrado muy belicista en cuestiones ligadas al medio ambiente, atacando el fracking o los informes favorables a la energía nuclear. Critica la política de compra venta de emisiones de gases, a la que acusa de "burbuja". También ha criticado la clonación animal y los transgénicos.

Iglesias no ha dudado en utilizar la tribuna europea para atacar políticas nacionales. De esta manera, en una resolución en la que se votaba un informe sobre "una asistencia sanitaria más segura en Europa", atacó directamente la gestión 'popular' en España. "Los que degradan la sanidad no solamente degradan la democracia, sino que degradan también el proyecto europeo", agrego.

En este sentido, el líder de Podemos también se basó en criterios partidistas para votar en contra, por ejemplo, en la elección del nuevo responsable del Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas, en la que "a pesar de su perfil profesional suficiente, se ha votado en contra por su ligazón por el Partido Popular austríaco".

Igualmente, durante la crisis griega, hizo un llamamiento a los socialistas europeos para que se cambiasen de trinchera y se uniesen a su postura. "Vuelvo a apelar, en esta Cámara, a la familia socialista. Den el paso. Pásense al bando que defiende los derechos sociales y abandonen, de una vez, esa maldita gran coalición que nos está llevando al desastre. Defender hoy al pueblo griego y a su Gobierno es defender la dignidad de Europa", indicó.

Una retórica que no se ha repetido muchas veces en España, donde en la travesía al centro se ha ido perdiendo palabras 'peligrosas'. Podemos ha lanzado un mensaje de izquierdas en Europa, cuando en España se ha presentado como una fuerza "de los de abajo contra los de arriba". A la vista de su pérdida progresiva de apoyos, queda por ver cuál será su discurso de cara al 20-D.

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