Los animales que no son abandonados... durante todo el año

  • Fundaciones y asociaciones privadas y organismos públicos se dedican a conservar y proteger por toda la geografía española a especies animales en peligro de extinción. Las intenciones son proteger la fauna ya existente y recuperar el valor paisajístico de algunas regiones del país.
Uno de los animales del Centro de Recuperación de Animales Silvestres
Uno de los animales del Centro de Recuperación de Animales Silvestres
Comunidad de Madrid
José Manuel Blanco

Prácticamente en silencio, numerosas personas trabajan cada día para intentar que numerosas especies animales dejen de estar consideradas en peligro de extinción. La protección de la fauna española es una tarea gratificante, de satisfacción personal para muchos y de conservación de uno de los ecosistemas más valorados de todo el planeta. ¿Cuáles son algunas de estas acciones, que se extienden a lo largo y ancho del país?

1. La repoblación del quebrantahuesos en Andalucía

Ubicada en Jaén, la fundación privada Gypaetus se encarga de promover planes de actuación para la repoblación del quebrantahuesos en el sur de España. En cuatro años ha liberado 19 crías nacidas en cautividad, de las que sólo han muerto cuatro, por culpa de la acción humana (venenos, intoxicación por plomo).

El quebrantahuesos se extinguió de Andalucía en 1986, de ahí que la consejería de Medio Ambiente de la Junta decidiera, a finales de esa década, comenzar un proyecto de reintroducción de la especie en las sierras de la región.

Gypaetus tuvo que esperar hasta 2006 para liberar al primer quebrantahuesos, en la sierra jiennense de Segura (luego vendría la de Las Ventas). En 2010 soltaron el primer ejemplar fuera de la provincia, en Granada.

Sergio Couto, técnico de la fundación, explica que los proyectos de reintroducción buscan en primer lugar detectar los problemas por los que el quebrantahuesos se extinguió o está en peligro y a partir de ahí comenzar a actuar. Después, desarrollan jornadas de educación social con ganaderos y vecinos del lugar para concienciar sobre la necesidad de la introducción de la especie amenazada.

Para este técnico, la repoblación del quebrantahuesos tiene un triple valor. En primer lugar, el deseo de volver a ver la sierra como una vez fue. En segundo, el turístico: el técnico afirma que son muchos los españoles que viajan a Jaén por el interés ornitológico y paisajístico. Y por último, el económico y ecológico: desde la fundación se ha concienciado a los ganaderos de que las aves carroñeras como el quebrantahuesos pueden retirar los cadáveres de sus animales de forma natural al comérselos, y así ellos pueden evitar pagar las altas tasas impuestas para la recogida de los cuerpos.

2. La cabra montés es la estrella en Madrid

Hace unos días, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, inauguró el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS). Este "hospital", de cinco mil metros cuadrados, cuida de los animales que le llevan los miembros del SEPRONA (la Guardia Civil de la naturaleza) y todos aquellos madrileños que no sepan qué hacer con un animal con el que se acaban de encontrar.

La intención es que, una vez se recuperen, puedan volver a la naturaleza. Allí llegan también los animales requisados en Barajas y se elaboran programas para proteger los anfibios españoles o para evitar que especies no autóctonas se propaguen por los campos.

Con más de 200 animales en cuidados, José Lara, jefe de área de conservación de flora y fauna de la Comunidad de Madrid, destaca que "el programa estrella" del centro es la protección de la cabra montés, para que ésta se siga reproduciendo en la región.

3. El oso pardo y el urogallo se protegen mejorándoles su hábitat

El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) calcula que en tierras asturianas quedan 400 ejemplares de urogallo y 140 de oso pardo. Uno de sus principales planes de actuación actúa para conservar y fomentar la reproducción de estas especies. Para ello, han plantado arbustos de arándano y abedules, donde estos animales se nutren y se refugian, y han desbrozado de matorrales los montes para que los animales tengan más fácil encontrar los alimentos.

4. Fomentando la reproducción de 16 especies en Valencia

La capital levantina abrió en el cauce del río Turia el Bioparc Valencia, un parque zoológico que se extiende por 100.000 metros cuadrados, equivalentes a 10 campos de fútbol. El centro participa en el Programa Europeo de Reproducción de Especies Amenazadas (EEP) cuidando y acogiendo a 16 especies animales en peligro. El grupo más destacable es el de los gorilas de costa: Valencia acoge a dos machos (uno de ellos, Kimbo, nació en 2009) y cuatro hembras. Además, el centro atiende a ejemplares de elefantes africanos, rinocerontes blancos o jirafas de Rothschild.

5. Jane Goodall deja su huella en Alicante

67.750 metros cuadrados de la localidad alicantina de Villalta acogen un centro de estudio de primates y mamíferos pequeños (como mapaches y mofetas) de la asociación APP Primadomus, un proyecto respaldado por la afamada primatóloga Jane Goodall.

Los animales que les llegan provienen de circos, comercios ilegales, particulares o de parques zoológicos donde vivían en condiciones deplorables. Los trabajadores recogen y cuidan a estos ejemplares y los reubican en grupos de su especie; una vez que se han adaptado a vivir "en sociedad" son conducidos a un zoológico, una reserva o un parque natural. Además, la APP Primadomus realiza campañas de sensibilización.

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