Los australianos se preparan para entregar el Gobierno a los conservadores

  • A una semana de los comicios, los australianos se preparan para entregar el Gobierno de la nación a los conservadores después de seis años de políticas laboristas, según los sondeos de intención de voto publicados hoy.

Sídney (Australia), 31 ago.- A una semana de los comicios, los australianos se preparan para entregar el Gobierno de la nación a los conservadores después de seis años de políticas laboristas, según los sondeos de intención de voto publicados hoy.

La encuesta de Newspoll divulgada en The Weekend Australian vaticina una derrota "casi segura" del primer ministro, Kevin Rudd, del Partido Laborista, con un 47 por ciento a favor frente al 53 por ciento de partidarios de los conservadores.

El trabajo llevado a cabo por Galaxy para The Townsville Bulletin agranda la distancia con un 57 por ciento en favor de la Coalición Liberal-Nacional, dirigida por Tony Abbott.

En cualquier caso, ni Rudd ni Abbott dieron este sábado la campaña por cerrada y coincidieron en que la lucha es más reñida de lo que mostraban los sondeos.

El primer ministro repitió al electorado en la ciudad Darwin, en el norte del país, su principal mensaje electoral, que votar al laborismo es optar por la creación de trabajos y el desarrollo económico y que votar a los conservadores es apoyar despidos y recortes.

"Abbott acabará con esos puestos de trabajo, colegios y hospitales que había para nuestro futuro", dijo Rudd, según la cadena ABC.

El analista Tony McCall escribió en el diario "The Examiner" que "a falta de un semana y con el Gobierno perdiendo en las encuestas, todo indica que esta campaña se va a poner muy fea y excesivamente populista".

Aunque Rudd aparece en las encuestas con la fuerza suficiente para conservar su escaño parlamentario, otros ministros de su Gabinete van a sufrir los próximos días, como el responsable del Tesoro, Chris Bowen, según la muestra efectuada para Australian Financial Review.

"Vamos a presenciar muchos golpes bajos esta última semana. Y eso que hemos sido testigos de una campaña de sucias calumnias contra nuestros candidatos y miembros, incluso contra policías intachables como Ray King en Sídney", comentó Abbott a los periodistas hoy en Townsville, según la emisora ABC.

"Es despreciable como el Tesorero (Chris Bowen) de esta nación (...) vierte calumnias sin fundamento contra grandes funcionarios de Nueva Gales del Sur", afirmó el líder conservado.

"El Partido Laborista actual no sabe qué hacer en el Gobierno pero es brillante en política y eso es lo que vamos a ver en abundancia esta última semana", insistía Abbott en otro momento.

La campaña electora arrancó el 5 de agosto, al día siguiente de que Rudd anunciase que había adelantado las elecciones una semana, al 7 de septiembre.

La coalición conservadora sacaba entonces una ventaja del 52 a 48 a los laboristas, pero Rudd estaba considerado el candidato favorito de los australianos encuestados con una sustancial ventaja sobre Abbott y contaba además con otra baza importante, la buena situación económica del país.

Las luchas internas del Partido Laborista australiano y políticas polémicas, como las llevadas a cabo con los miles de emigrantes ilegales que intentan llegar cada año a Australia para pedir asilo, han llevado a la formación gobernante a donde se encuentra en estos momentos.

Rudd, que gobernó entre 2007 y 2010, arrebató a Julia Gillard el liderazgo del laborismo australiano y con él la jefatura del Gobierno el pasado junio en una votación interna del partido porque, según sus partidarios, la formación se dirigía hacia una derrota segura en la urnas.

En 1995, el laborista Paul Keating ganó las elecciones generales celebradas ese año y retuvo el cargo de primer ministro al derrotar, contra todo pronóstico, al conservador John Hewson, quien partía como claro favorito en los sondeos de intención de voto.

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