Los barones con poder abandonan a Sánchez y exigen presupuestos ya

  • Ni Susana Díaz, ni Ximo Puig, ni Francina Armengol acudieron al Comité Federal del PSOE donde Sánchez exige acción a Rajoy o que deje paso.
Sánchez, sin oposición en el Comité Federal
Sánchez, sin oposición en el Comité Federal

Ni Susana Díaz (Andalucía), ni Ximo Puig (Valencia), ni Francina Armengol (Baleares) acudieron al Comité Federal del PSOE para aplaudir el nuevo reglamento que desarrolla los estatutos de la formación y que dará más poder a la Ejecutiva de Pedro Sánchez y a la militancia. Tres de los nombres que aún encajarían en el término barones del PSOE tenían la agenda demasiado ocupada como para acudir a escuchar a su secretario general. El documento, de 151 páginas y 558 artículos, no ha recibido grandes cambios respecto al borrador que aprobó la propia ejecutiva el pasado lunes.

La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, consciente de que los focos se centrarían en su no presencia ya había dicho eso de que Sánchez tenía "todo el apoyo" y la tendría ahí "cuando me necesite". Pero tenía un compromiso anterior: una gala benéfica en Mengíbar (Jaén) en favor de niños con algún tipo de discapacidad. La lideresa, dejó caer que lo que le gustaría es que el PSOE fuera cuanto antes una alternativa de Gobierno (dejando entrever que a día de hoy no parece serlo) y que en eso Pedro podía contar con ella. Semanas atrás se había producido el esperado reencuentro entre ambos, frío como la temperatura que azotaba España por culpa del temporal ¿Ésta es la foto del deshielo entre ustedes?, preguntaban los periodistas. "Esa será la foto de Frozen, aquí en Sevilla no suele haber temperaturas tan bajas", contestó Susana Díaz. ¿Siguen las espadas en alto? le insistieron "Me lo pregunta en serio" señalaba.

Presupuestos ya

Pero los barones del PSOE, al igual que los del PP hace escasa fechas, tienen claro lo que quieren: presupuestos ya, y un acuerdo en el modelo de financiación cuanto antes. La realidad empieza a estrangular las cuentas. De hecho, entre las autonomías populares más beligerantes del PP a la hora de pedir que se apruebe un nuevo modelo de financiación están Madrid, Murcia o Castilla y León, que han llegado a alinearse con los territorios donde gobierna el PSOE (sobre todo Comunidad Valenciana y Baleares, dos de los ausentes) a la hora de reclamar mayor celeridad en el proceso.

Sánchez, así, se ha visto obligado a centrar gran parte de su discurso en la falta de presupuestos  en una "España que no avanza", que está "paralizada" y ha culpado de ello al Gobierno al que ve como un "lastre". El líder del PSOE ha dibujado un Gobierno "sin pulso", sin "señales de vida" y en "guerra fría" con Cs, su socio de investidura, el mismo día que su secretario de Organización, José Luis Ábalos, apuesta en una entrevista en El Mundo por que Rajoy convoque elecciones si no sale de esa parálisis. Será el mensaje de futuro del PSOE.

De hecho Sánchez ya ha señalado que la "principal y primera obligación" del Gobierno es aprobar los presupuestos porque "sin presupuestos no hay nada que gobernar" y  ha exigido que el Gobierno presente un anteproyecto de ley de Presupuestos Generales del Estado para dar confianza a los actores económicos, seguridad a la ciudadanía y credibilidad y estabilidad a la vida política de este país. El líder del PSOE ha subrayado que un Gobierno sin presupuestos es "tan útil como un coche sin gasolina" y ha recordado al Ejecutivo que "vivir de la prórroga es prorrogar los problemas de la gente, consolidar los recortes de la derecha al Estado de bienestar de estos años y no rendir cuentas ni ante el Parlamento ni la ciudadanía ". Por ello ha criticado que el Gobierno amenace con la segunda prórroga consecutiva de los presupuestos e, incluso, diga estar dispuesto a llegar a 2020 "con la tercera prórroga". O lo que es lo mismo, el ejemplo de que el Gobierno "elude de nuevo sus responsabilidades ante las instituciones".

Un Comité Federal sin objeciones

Volviendo al Comité, ninguna de las federaciones presentó serias objeciones al texto elaborado por el equipo de Sánchez, pero tampoco entusiasma en los territorios gobernados por los socialistas, dado que refuerza la autoridad de la Ejecutiva Federal, cuyo criterio prevalecerá frente al de las direcciones regionales. Pedro Sánchez no quiere más golpes de Estado y moldea al partido a su convenciencia, consciente de que su fortaleza son los militantes (a los que debe el puesto). El Comité fue como la seda, al estilo de Rajoy, que también se vanagloria de que no escucha críticas dentro de su partido. Sánchez, pese a las destacadas ausencias, tuvo a su lado a pesos pesados como los dirigentes de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y Aragón, Javier Lambán, así como el primer secretario del PSC, Miquel Iceta. De Cataluña, por cierto, ni una palabra. Pedro, consciente de que el efecto Iceta se quedó en baile, prefiere olvidar las esperanzas frustradas. Page, uno de los hombres fuertes del partido, dejó claro que el PSOE debe olvidar disputas internas y unirse para convertirse en alternativa.

Sí defendió con brío Sánchez el nuevo Reglamento de Estatutos que  ponen el dedo en la llaga en algunas de sus venganzas... servidas en frío. Las nuevas normas introducen como principal novedad la obligación de consultar a las bases, con carácter vinculante, los acuerdos poselectorales del PSOE para formar gobiernos con otros partidos o para investir a un candidato que no sea socialista. De haber estado estos cambios en vigor antes, habría quedado en manos de los afiliados del PSOE la decisión sobre el sentido del voto del Grupo Parlamentario Socialista en la investidura de Mariano Rajoy en 2016, que salió adelante gracias a la abstención del PSOE. Pedro Sánchez dimitió antes y renunció a su escaño precisamente para no participar de esa votación.

La Ejecutiva Federal podrá convocar las consultas que considere conveniente, vinculantes o meramente consultivas, sobre otras cuestiones trascendentes, al tiempo que se arroga la capacidad de vetar las que propongan las federaciones. Es decir, que estas pierden mucho peso. No solo eso, y ahí va la segunda 'venganza'. El reglamento incorpora asimismo otro instrumento que permitirá a Sánchez blindarse frente al Comité Federal, a pesar de que la composición actual de este órgano le favorece, con una mayoría de afines a su liderazgo. La nueva norma señala que sólo los militantes podrán hacer caer a un secretario general, puesto que son los afiliados los que lo eligen. Aunque una mayoría del Comité Federal podrá iniciar el proceso para revocar a un líder, éste no cesará hasta que los militantes así lo decidan en una consulta. Sánchez no tendrá que volver a colocar urnas tras cortinas en medio del caos.

Más poder a los militantes, aunque no siempre

El militante gana poder con este reglamento, sí, pero no al nivel de lo prometido en el 39 Congreso de junio pasado que eligió a la actual cúpula del partido, encabezada por Sánchez. Aunque los afiliados podrán votar propuestas de candidatos para la composición de las listas electorales, los órganos de dirección seguirán teniendo la capacidad de modificarlas, aunque deberán justificar esos cambios. Es decir, que el control de las listas, vital en el partido para mantener las filas prietas estará en manos de Pedro Sánchez.

Los simpatizantes también podrán participar en primarias junto a los militantes para elegir a los candidatos a las presidencias autonómicas y a las alcaldías de más de 50.000 habitantes, pero sólo si lo pide la Ejecutiva autonómica, y Ferraz lo aprueba, o por decisión directa de la Ejecutiva Federal. Es decir, puertas abiertas, pero menos.

Primarias, pero no siempre

Las primarias se instauran de manera general para elegir candidatos en aquellos sitios donde no gobiernan los socialistas, mientras que se ponen condiciones muy exigentes para forzarlas en el caso de que un presidente autonómico o alcalde socialista aspire a la reelección. O lo que es lo mismo, con el poder no se juega. La Ejecutiva Federal se reserva la posibilidad de suspender las primarias autonómicas o municipales, incluso aun habiendo sido convocadas, cuando las circunstancias políticas o el interés general del partido así lo aconsejen. Cuando lo diga la cúpula, que el PSOE ya sabe lo que es tener candidatos votados por las bases que acaban cayendo en medio de la vorágine del partido. Borrell sigue en el recuerdo. Eso sí, el PSOE eliminará la barrera de los avales en sus primarias y obligará a los candidatos a dejar en suspenso sus cargos orgánicos mientras dura la competición. Otro dedo en la llaga: Susana Díaz no podría haber sido presidenta de la Junta y candidata. Ni podrá serlo a la vez.

Pedro Sánchez pone al PSOE como ejemplo de regeneración

El secretario general del PSOE ha presumido de que los socialistas dan un "paso de gigante en la regeneración democrática", frente a otros partidos que "se financian irregularmente o que apoyan a los que se financian irregularmente". Sánchez ha aludido así al PP y Cs en su discurso ante el Comité Federal, en el que ha proclamado que con las nuevas normas el PSOE es el "partido más democrático, participativo y democrático del país". Tras proclamar que desde hoy el PSOE es más que nunca el "partido de la militancia", el secretario general se ha mostrado convencido de que "un PSOE de sus militantes es un PSOE cercano a sus votantes". Las encuestas por ahora están ahí. Y los presupuestos, sin aprobar. 

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