Los británicos votan hoy en las elecciones más reñidas de los últimos 36 años

  • Un tercer candidato fuerte, Nick Clegg, se ha colado en la tradicional pugna bipartidista de laboristas y conservadores por el poder. Aunque el tory David Cameron continúa al frente de todas las encuestas, su ventaja puede ser insuficiente para formar un Gobierno en mayoría. De acuerdo con los últimos sondeos, las elecciones del Reino Unido podrían quedarse sin un ganador claro en la jornada de votación y habrían de pactar con otro partido para gobernar.

Las últimas encuestas dan de media un 35 por ciento de los votos al conservador David Cameron, seis puntos por encima de los laboristas (29%). Además el globo del 'efecto Clegg' parece haberse desinflado en la última semana de la carrera electoral y le deja con un 26 por ciento en intención de voto, aunque a sólo tres puntos del partido de Gordon Brown.

Si se tratara de España, con estas cifras habría pocas dudas sobre quién formaría gobierno y quién sería el jefe del Ejecutivo. Sin embargo, el sistema electoral británico no es proporcional sino 'mayoritario' y nada estará decidido hasta el último momento (que es probable que no sea hoy).

El sistema mayoritario significa que los ciudadanos no votan una lista cerrada de un partido, sino que tienen que dar su confianza únicamente a su candidato preferido en su circunscripción y sólo el representante que más votos obtenga en cada distrito electoral tendrá un escaño en la Cámara de los Comunes; el famoso sistema de'el primero que llega, gana' (first past the post). Los que defienden este sistema dicen que la ventaja es que es cercano y transparente y se preserva una relación directa entre un diputado y su circunscripción.

El politólogo británico Dennis Kavanagh argumenta en el libro 'Politics UK' que los sistemas proporcionales 2013como el español- 'se adoptan a menudo en sociedades divididas para proveer una forma de confortar y dar seguridad a las minorías'. Por el contrario, los sistemas electorales como el británico 'proveen un gobierno más estable, con un [solo] partido' al que después se pueden pedir cuentas 2013no así en una coalición-, según este analista.

A más porcentaje de votos, no necesariamente más escaños

Kavanagh admite que la 'desproporcionalidad' del sistema británico muchas veces se traduce en que el partido que tiene la mayor parte de los escaños con un voto minoritario.

Tradicionalmente, el sistema británico -también aplicado en EEUU, Canadá y la India- ha favorecido al Partido Laborista, pues suelen tener el voto más concentrado en un mismo distrito electoral y así se aseguran los escaños. Aunque los conservadores y liberaldemócratas obtengan un alto porcentaje de votos en toda la geografía, de nada les sirve si no obtienen la mayoría en muchos distritos.

En las elecciones de 2005, los laboristas obtuvieron un 35,2 por ciento de los votos y 356 escaños. Los conservadores obtuvieron sólo tres puntos menos (32,3%) y sin embargo, al no conseguir ganar en suficientes circunscripciones, sólo se llevaron 197 asientos de la Cámara de los Comunes. Los liberaldemócratas por su parte obtuvieron un 22 por ciento de los votos y 62 escaños.

En los comicios de hoy, ningún partido obtendrá la mayoría absoluta necesaria (326 escaños) para formar directamente un gobierno, de acuerdo con la calculadora de escaños de la BBC y las últimas encuestas. Es más, según esta calculadora, los laboristas obtendrían dos asientos más que los conservadores a pesar de obtener un 6 por ciento menos de los votos. Aún así estaría muy lejos de alcanzar la mayoría absoluta.

El sistema electoral ha sido también objeto de debate en la presente campaña electoral. Incluso ha motivado que dos influyentes periódicos de los calificados por los británicos 'de calidad' (quality papers) pidieran el voto para los liberaldemócratas, que en su programa electoral incluyen una reforma de este sistema. No es algo nuevo, sino un tema que lleva en boca de los británicos muchos años, pero con el ascenso de la popularidad de Nick Clegg muchos ven en estas elecciones la primera oportunidad real de que se adopte un sistema de votación proporcional.

Los tories necesitarán acuerdos con terceros, aunque no se descarta ninguna opción

Si hoy ningún partido obtiene la mayoría absoluta, lo más probable según la mayoría de los analistas es que David Cameron forme un gobierno en minoría con acuerdos puntuales de los moderados Unionistas del Ulster o de los liberaldemócratas. Aunque también cabe la posibilidad de que se forme un gobierno de coalición, el propio Cameron ya ha descartado esa opción públicamente.

Aún así el experto en política internacional, José María Peredo, opina que lo más probable -si Cameron no obtiene la mayoría absoluta- es que se produzca un 'escenario a la alemana', donde la CDU de Angela Merkel ha formado coalición con los liberales del FDP. Según este profesor de la Universidad Europea de Madrid, será seguramente 'una victoria sin mayoría absoluta del Partido Conservador que alcanzará un acuerdo con Clegg, incluso una coalición de gobierno'.

'Pueden ser acuerdos puntuales, no necesariamente una coalición de gobierno. Queda por ver hasta qué punto los liberales les pueden exigir o no. Podría ser como lo que pasa en el País Vasco, donde el gobierno [del socialista Patxi López] se sostiene por el apoyo del PP', ejemplifica el experto electoral internacional Eduardo Trillo.

Pero no descarta que Nick Clegg pueda llegar a ser primer ministro: 'Si [los liberaldemócratas] consiguen ser la bisagra, porque ninguno de los dos partidos [mayoritarios] consiga la mayoría absoluta necesaria, Clegg puede llegar a ser primer ministro'. Aunque Peredo tampoco descarta que el líder liberaldemócrata pueda llegar al número 10 de Downing Street si acuerda una coalición de gobierno con los laboristas, considera que lo lógico sería que David Cameron fuera el primer ministro, pues 'habiendo una mayoría clara, como parece, de Cameron, sería ir en contra de la voluntad mayoritaria'.

Si las urnas confirman una situación de un 'Parlamento colgado' ('hung Parliament') sin mayoría absoluta de ningún partido, empezará una negociación de las tres principales fuerzas. No existe una fecha límite para llegar a un acuerdo, pero el 25 de mayo está previsto el tradicional 'discurso de la Reina' en el que se exponen las prioridades de la nueva legislatura, para lo que resultaría necesario tener ya un nuevo Ejecutivo.

En 1974 se vivió una situación similar

Conservadores y laboristas se habían venido alternando en el poder obteniendo mayorías absolutas respectivamente en las últimas décadas. Fue hace ya 36 años cuando los británicos vivieron unas elecciones tan ajustadas como las de hoy.

Aquella vez el conservador y primer ministro Edward Heath logró un 37,9 por ciento de los votos, con los laboristas de Harold Wilson pisándoles los talones con un 37,2 por ciento del favor de los ciudadanos. De hecho, el porcentaje fue tan ajustado, que con el sistema mayoritario británico los laboristas obtuvieron cuatro escaños más que los conservadores.

El líder conservador intentó entonces cerrar un acuerdo con los unionistas de Irlanda del Norte y los liberales. Pero no accedió a la petición de éstos para realizar una reforma electoral como quiere Nick Clegg también ahora y finalmente fue el laborista Wilson quien consiguió ponerse al frente del Ejecutivo.

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