Los 'camisas rojas' convocan a los manifestantes a "el campo de batalla final"

Uno de los dirigentes del opositor Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura (UDD) de Tailandia, Nattawut Saikua, ha descartado la posibilidad de volver a dialogar con el Gobierno y ha hecho hoy un llamamiento a los 'camisas rojas' para que se unan en el distrito comercial de Rachaprasong, en Bangkok, para preparar "el campo de batalla final".

Hasta el momento, los opositores tailandeses habían establecido dos bases distintas como centros de sus protestas, con las que pretenden forzar la dimisión del Ejecutivo tailandés y provocar la convocatoria de elecciones. En declaraciones ante los medios, Nattawut instó a todos aquellos que se mantenían en las proximidades del palacio de Gobierno a que se trasladen al distrito comercial con el resto de manifestantes.

"Vamos a combinar nuestra fuerza con el propósito de aumentar nuestra seguridad y prevenir que el Gobierno pueda utilizar la fuerza para dispersarnos", señaló Nattawut. "Utilizaremos las zonas de Rachaprasong como el campo de batalla final para derrocar al Gobierno. No habrá más negociaciones ni más conversaciones", añadió.

Horas antes, los líderes del UDD habían suspendido una marcha que tenía como destino la base militar en la que el primer ministro tailandés, Abhisit Vejjajiva, se ha estado refugiando desde el inicio de las protestas. Los dirigentes opositores habían dicho que la cancelación de la marcha se debía a que querían aprovechar la festividad del Songkran, el año nuevo tailandés, para estudiar las medidas con las que culminar sus protestas y obligar a que Abhisit renuncie a su cargo y convoque elecciones.

Por otro lado, tras informar de la muerte de un soldado y de un opositor, las autoridades tailandesas elevaron a 23 el número de víctimas por los disturbios mantenidos el pasado sábado entre efectivos del Ejército y los manifestantes. El Gobierno ha advertido que perseguirá a los "terroristas" que utilizaron armas de fuego durante los disturbios del fin de semana, en los que 800 personas resultaron heridas.