Los candidatos iraníes utilizan la imagen de los históricos ayatolás

  • Una nebulosa de grupos y candidatos difíciles de diferenciar han iniciado en los últimos días, previos a las legislativas del próximo viernes en Irán, una tímida campaña en la que han echado mano de las siluetas de los históricos ayatolás, para atraer al electorado.

Chema Ortiz

Teherán, 29 feb.- Una nebulosa de grupos y candidatos difíciles de diferenciar han iniciado en los últimos días, previos a las legislativas del próximo viernes en Irán, una tímida campaña en la que han echado mano de las siluetas de los históricos ayatolás, para atraer al electorado.

A dos días de los comicios, los novenos en los 33 años de la República Islámica, los medios de comunicación iraníes ofrecen una información general de una campaña que comenzó el pasado 23 de febrero pero que hasta hoy no había comenzado a notarse tibiamente en las calles.

Este miércoles, en algunas avenidas de Teherán, en grandes carteles reservados para la propaganda electoral, ya se ven fotos y breves historiales de los candidatos, algunas de tendencias definidas y otras de aspirantes de distintas líneas.

Por primera vez también los diarios de Teherán ofrecen hoy una mayor atención a los comicios.

Una encuesta citada por la agencia local Mehr señala que la participación prevista en Teherán es del 30 por ciento, aunque este medio, considerado cercano a los reformistas islámicos, espera que el viernes se llegue a un 40 por ciento en la capital, cuya zona metropolitana se calcula que tiene casi 14 millones de habitantes.

El mismo medio indica que en el conjunto del país, con unos 76 millones de habitantes de los que 48,2 millones mayores de 16 años están convocados a votar, la participación llegaría al 57 por ciento, teniendo en cuenta que suele ser considerablemente mayor la asistencia a las urnas en las pequeñas ciudades y el medio rural.

Además, Mehr indica que hay un 15 por ciento de potenciales votantes indecisos sobre si acudir a las urnas, en un país con un 71 por ciento de población urbana y un 29 por ciento rural, según datos oficiales.

Un periodista local, que pidió que no se revelara su identidad, dijo a Efe que la mayoría de la población "percibe las elecciones como una lucha dentro de las distintas facciones del régimen islámico, que tiene poco que ver con los intereses de la sociedad en general", centrada sobre todo en las fuertes subidas de precios.

Tanto esa fuente como diplomáticos acreditados en Teherán coincidieron en que quienes irán a votar en la capital serán, sobre todo, funcionarios y empleados de empresas públicas, además de personas que precisen de un certificado de votación para trámites burocráticos.

En el medio rural, donde la relación con los candidatos es más directa y la religiosidad, a la que aluden todas las campañas, más profunda, es previsible, en consecuencia, que la asistencia a las urnas sea más abundante.

Uno de los periódicos que más espacio dedica hoy a los comicios es Sarg, con la mitad de su portada ocupada por el anuncio de una agrupación de candidatos, de tendencias diversas, tanto principalistas como reformistas y laboralistas, que se presentan con sus fotos y encuadrados por las imágenes de líderes religiosos.

En el anuncio, como en otros, se ven las siluetas del ayatolá Ruhola Jomeini, fundador de la República Islámica en 1979, su sucesor y actual líder supremo, ayatolá Ali Jameneí, y también del histórico líder religioso constitucionalista de principios del siglo XX ayatolá Seyed Hasan Modarres, maestro de Jomeini.

Precisamente este tipo de propaganda, que alude al liderazgo religioso, ha sido criticada por algunos destacados clérigos del régimen musulmán chií, que han aconsejado a los candidatos que hagan campañas más centradas en sus ofertas de labor parlamentaria y menos destinadas a mostrar su adhesión al poder clerical.

Sin embargo, con los reformistas casi descartados, esa es la batalla entre los más radicales defensores del régimen islámico, los principalistas leales a Jameneí, y sus rivales del entorno de Ahmadineyad, tachados de desviacionistas y de poner en duda la primacía religiosa en el sistema.

Ante la falta de diferencia ideológica y programa, el aglutinante para pedir la asistencia a las urnas es la lucha contra el enemigo exterior y tanto los dirigentes religiosos como los laicos, todos encabezados por Jameneí, han señalado que una participación masiva será un "nuevo golpe a la 'arrogancia'", como llaman a EEUU e Israel.

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