Los colonos judíos en Cisjordania cuentan los días para volver a construir en territorio ocupado

  • Colonia de Ariel (Cisjordania).- En vísperas de que el domingo concluya la moratoria a la construcción en los asentamientos judíos de Cisjordania adoptada por Israel, los colonos cuentan los días para volver a edificar a velocidad de crucero.

Los colonos judíos en Cisjordania cuentan los días para volver a construir en territorio ocupado
Los colonos judíos en Cisjordania cuentan los días para volver a construir en territorio ocupado

Colonia de Ariel (Cisjordania).- En vísperas de que el domingo concluya la moratoria a la construcción en los asentamientos judíos de Cisjordania adoptada por Israel, los colonos cuentan los días para volver a edificar a velocidad de crucero.

De acuerdo a un informe del grupo pacifista israelí "Shalom Ajshav" (Paz Ahora), al menos dos mil viviendas están a la espera de recibir luz verde para ser levantadas una vez que venza el plazo de diez meses decretado por el Gobierno de Israel.

Los palestinos han amenazado con retirarse de la mesa de negociación si Israel reanuda la edificación en el territorio ocupado, al considerar que las colonias judías socavan cualquier perspectiva de paz y la viabilidad de un Estado independiente.

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha asegurado que no extenderá la moratoria, pero que tampoco tiene intención de construir "miles de casas" en suelo cisjordano.

Los líderes de los colonos están ansiosos por recuperar el "tiempo perdido" y amenazan con hacer caer al Ejecutivo en caso de que Netanyahu amplíe el plazo más allá de lo inicialmente prometido.

El Consejo de Asentamientos Judíos en Samaria y Judea (nombres bíblicos para Cisjordania), conocido por su acrónimo en hebreo, Yesha, está embarcado en una campaña para que el Gobierno cumpla sus compromisos bajo el lema de "una promesa es una promesa".

"Si Netanyahu prorroga la moratoria, su Ejecutivo no durará por mucho tiempo, pues contamos con una mayoría que nos apoya dentro de la coalición de gobierno", vaticinó en declaraciones a Efe el presidente del Consejo de Yesha, Daniel Dayán.

Residente en el asentamiento de Maalé Shomrón y oriundo de Buenos Aries, Dayán dice representar a la mayoría de los cerca de 300.000 israelíes repartidos en unas 150 comunidades por toda Cisjordania.

Asegura que "la cuestión de la construcción ha adquirido dimensiones míticas", y sin dar cifras insiste en que son varios millares el número de casas que comenzarán a construirse en cuanto reciban carta blanca.

Coincide con él Israel Meimad, de 63 años y tres décadas residiendo en la colonia de Shiló, emplazada sobre una colina junto a la que se han descubierto restos arqueológicos relacionados con la creencia de que allí estuvo el Arca Sagrada, según describe el Antiguo Testamento.

Tocado con una kipá bordada que delata su pertenencia al sionismo religioso, habla de la construcción en los asentamientos como de una mera cuestión burocrática con la que se obtiene o no una firma.

"Para mí, nada de lo que hace un judío en la Tierra de Israel es ilegal", dice y revela con cierto orgullo que en el asentamiento se han construido cuatro viviendas en los últimos meses que violan claramente la moratoria, además de 18 previamente cimentadas.

Aunque conoce con detalle el nombre de cada poblado palestino que se divisa desde su casa, Meimad cree que no existe razón para el establecimiento de un Estado palestino.

"Los árabes tienen el resto de los países de la zona para vivir. Todo lo que pedimos es que dejen de matarnos", sentencia.

Varios kilómetros al noreste se encuentra Ariel, un asentamiento done viven 19.000 personas y considerado una ciudad con barrios residenciales, modernos polideportivos, industrias e incluso un centro académico que aspira a adquirir el rango de universidad.

El joven Reuven Franks trabaja en su Municipalidad con inmigrantes llegados principalmente del mundo anglosajón.

Tiene una visión del mundo secular y afirma que reside en uno de los denominados "bloques del consenso" que Israel aspira a retener en un eventual acuerdo de paz, a pesar de que en el caso de Ariel se adentre unos 15 kilómetros en el territorio capturado en 1967.

Ese consenso ha empezado a resquebrajarse con el rechazo de decenas de actores -apoyados por 150 académicos- a participar en un teatro recién inaugurado en esa ciudad a fin de devolver al debate público el término "ocupación".

"Dicen que somos un asentamiento, pero para mí es una buena ciudad donde se puede criar a tus hijos", asevera Franks.

EEUU presiona a Israel para que extienda tres meses más la moratoria para no torpedear las negociaciones e incluso los palestinos estarían dispuestos a aceptar un cese de facto en la construcción, aún sin anuncios oficiales.

Pero a los residentes en los asentamientos sólo les interesa que su Gobierno no ceda ni un ápice de terreno ante los palestinos.

Daniela Brik

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