Los conservadores españoles en el centro de la crónica de tribunales por la corrupción

  • El partido conservador en el poder en España ha vuelto a protagonizar este lunes la crónica judicial con una nueva detención y un testimonio sobre una presunta destrucción de pruebas, mientras el Partido Socialista intenta crear una gran alianza para desplazarlo del poder.

En Madrid, José Manuel Moreno, responsable informático del Partido Popular (PP) reconoció ante una jueza que, tras recibir una orden, destruyó los discos duros utilizados por un antiguo tesorero del partido, Luis Bárcenas, investigado en varios casos y que habrían podido contener información incómoda, según una fuente judicial.

Admitió que hizo "35 borrados de los discos duros, los rayó, rompió y tiró a la basura", pero afirmó que estaban vacíos.

Simultáneamente, la guardia civil detuvo brevemente en Valencia (este) a otra figura del partido, Alfonso Grau, exvicealcalde de la ciudad, donde el PP cuenta con varias decenas de cargos investigados.

Mientras tanto, el PP de la región de Madrid estará dirigido provisionalmente por una gestora, debido a que las investigaciones a que están siendo sometidos varios de sus miembros llevaron a la dimisión de la presidenta regional Esperanza Aguirre.

El PP pagó caro estos casos en las elecciones legislativas del 20 de diciembre, en las que perdió su mayoría absoluta, consiguiendo un 27,8% de los sufragios.

Aunque fue la fuerza más votada, por delante de los socialistas, Podemos (izquierda radical) y el partido liberal Ciudadanos, el PP no está en posición de formar gobierno, ya que ninguna de las otras tres fuerzas están dispuetas a ayudarlo, principalmente a causa de estos escándalos.

Incluso Ciudadanos, más cerca ideológicamente, no le apoya.

Este lunes, su líder, Albert Rivera, denunció que lo que está sucediendo "es propio de un sistema mafioso". "No pienso contar con un partido político para gobernar que es incapaz de limpiar", dijo a la radio Cadena Ser.

Incluso en el seno del PP empiezan a surgir voces que piden "una purga", como la que deseó su joven portavoz Pablo Casado, que dijo este lunes estar "hasta las narices".

Por su parte, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, cercano al jefe del gobierno, Mariano Rajoy, defendió a éste y criticó la oportunidad de la justicia, mostrando su sorpresa por "una proliferación de iniciativas judiciales" contra el PP, cuando España está "en un momento tan sensible como éste", en que intenta dotarse de un nuevo gobierno.

Encargado por el Rey de intentar formar un ejecutivo, el Partido Socialista negocia a la vez con Ciudadanos y con Podemos y pequeños partidos de izquierda para elaborar un programa de gobierno.

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