Los datos de inmigración desmienten la "emergencia" de la que habla el Gobierno

    • El ministerio difunde su balance anual solo dos horas después de que lainformacion.com le hubiese insistido en el retraso de tres meses en su publicación.
    • El informe refleja un aumento de apenas 800 inmigrantes con respecto a 2012. Las ONG consideran que el Ejecutivo intenta justificar las "devoluciones en caliente" con cifras irreales.

El año pasado fue el 24 de enero, y sobre esa fecha, entre mediados y finales de mes, suele hacerse en cada ejercicio. Pero este año, el Gobierno llevaba meses dilatando la presentación de su balance anual sobre inmigración ilegal, en un contexto, en cambio, en que se ha urgido más que nunca disponer de datos precisos sobre la presión migratoria en el país.

Una portavoz del ministerio de Interior aseguraba esta mañana a este periódico que los datos estaban "al caer", aunque sin justificar el retraso de tres meses acumulado en su publicación. Desde el departamento apuntaban a un "se están ultimando detalles" como única razón para que hasta el momento no se tuviesen cifras cerradas.

La creciente presión, también manifestada por las ONG, parece haber tenido su efecto. Apenas dos horas después de esa llamada, el ministerio respondía publicando los datos. Según el balance del Gobierno, 4.235 inmigrantes entraron el año pasado a través de Ceuta y Melilla, un 50% más que en 2012, al tiempo que se redujo en un 15% la llegada a través de Canarias. Por esta vía, que últimamente pasa inadvertida mientras la atención se focaliza en Ceuta y Melilla, entraron 3.237 sin papeles. En total, 7.472 irregulares, frente a los 6.645 registrados el año anterior.

"Las cifras no justifican el discurso", dice Carlos Arce, coordinador de Inmigración de la Asociación Pro-Drechos Humanos de Andalucía. "Hablamos de que ha subido en Ceuta y Melilla, pero es que si analizamos los datos, ha bajado en otros lugares.Las vías de entrada van cambiando año a año".

Según sus registros, 7550 irregulares accedieron en 2013 a territorio español, 4.345 a través de Ceuta y Melilla,incluso 115 más que los apuntados por el ministerio.

El retraso no había pasado inadvertido a las organizaciones que trabajan en materia migratoria, ya críticas con la imprecisión de las cifras manejadas en los últimos meses por el Ejecutivo. Algunas mostraban su sospecha porque el departamento de Fernández Díaz estuviese intentando maquillar los datos para ajustarlos a la "situación de emergencia" manifestada en repetidas ocasiones por el Gobierno.

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La versión oficial ha insistido en colocar la presión migratoria en niveles insostenibles, especialmente tras la tragedia del Tarajal el pasado 6 de febrero, cuando 14 irregulares fallecieron intentando acceder a nado a Ceuta, o los últimos intentos masivos, algunos de más de mil personas, en ambas ciudades autónomas. El ministro reclamó entonces 45 millones a la UE para hacer frente a la gestión de las fronteras.
Los datos cerrados, afirman las organizaciones, vienen a corroborar que la presión no es tal.

"El Gobierno está lanzando en su discurso unas cifras que no corresponden directamente a la realidad, no se puede decir de otra manera", dice Arce, "Se ha hablado de 40.000 personas esperando para saltar en la zona sur de Marruecos, otras 40.000 en Mauritania... nos parece que ni nuestras cifras ni las que presenta Frontex, que seguramente ya conocerán también, avalan ni mucho menos este tipo de datos. Ni siquiera las que presentó el año pasado el Gobierno marroquí cuando abrió el proceso de regularización. Aunque eran también cifras muy poco precisas, se habló de entre 10 y 20.000 personas, muy lejos de las apuntadas por el ministro".

Las asociaciones rechazan la idea de "invasión" que se intenta trasladar y apuntan a que los registros no son ni mucho menos superiores a otros años. Sólo en 2006, 39.000 personas entraron a través de Canarias.

Por eso, si el año pasado el Gobierno se jactaba de haber reducido la entrada de irregulares por el trabajo de los agentes en la frontera ("un 51'7% menos en el periodo comprendido entre 2006 y 2012) o en la vigilancia marítima de las costas ("más de un 90% con respecto a 2006), este año lo que se destaca es la presión sobre Ceuta y Melilla.

"Intentan interpretar los datos a su manera, quieren meter miedo, dar una sensación de invasión que no es real", dice José Palazón, responsable de Prodein, "quieren justificar por todos los medios lo que están haciendo"Denuncian más "devoluciones en caliente"

Palazón habla de las "devoluciones en caliente". La última documentada por su asociación, el pasado jueves, cuando medio centenar de sin papeles lograron acceder al techo del edificio de aduanas del Barrio Chino, situado a unos 40 metros del límite fronterizo de Melilla.

La ONG ha difundido un video en el que se muestra la violencia con la que los agentes expulsan a los irregulares, que se encuentran ya en territorio español. Una devolución que vulneraría la Ley de Extranjería que establece que para devolver a un irregular interceptado en zona fronteriza es necesario proceder a su identificación y determinar, en su caso, si puede acogerse al Estatuto del Refugiado.

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"Los chavales lograron saltar la valla y estuvieron allí esperando. Subió un policía, dos, tres, cuatro, para hablar con ellos, pero cuando ya hubo un número suficiente empezaron a bajarlos y a deportarlos, incluso a los heridos, arrastrándolos ", afirma Palazón, "no los identificaron, no pudieron pedir asilo y los heridos no fueron socorridos en el hospital. Los sacaron de forma violenta, sin pies ni cabeza".

Los agentes aseguran que la orden llegó directamente de Madrid, mientras que el secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, negó ese mismo día en el Senado que se tratase de "devoluciones en caliente", justificando un "rechazo en frontera" para "preservar la vida y la integridad física" de los que intentaban acceder.Una estrategia informativa

Las organizaciones advierten además de una nueva estrategia en la frontera. Los agentes han relajado la presión sobre los periodistas que allí trabajan, y ya no ponen tantas reticencias a que se tomen imágenes de los saltos. "Antes era imposible para los periodistas marroquíes poder tomar imágenes de lo que pasaba. Era totalmente inaccesible. Ahora, en cambio, en este último salto, los medios marroquíes han podido acceder sin problemas, y distribuirlas. Existe una total coordinación entre los gobiernos español y marroqui´. Quieren mostrar lo que hacen, saben que es ilegal, pero intentan justificarlo y mostrarlo públicamente para que la gente se acostumbre", dice Palazón.

"Es una estrategia de normalización", opina Arce, "necesitan avalar las formas excepcionales de actuar ante una sensación de invasión, preparar el terreno por si dentro de unas semanas se propone una reforma de la ley de extranjería que avale las devoluciones en caliente".

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