Los empleados de Fibrocementos aplauden la condena a Uralita pero no recurrirán

  • Alicante.- La Asociación de Enfermos del Amianto de la extinta fábrica de Fibrocementos en San Vicente del Raspeig aplaude de la condena a Uralita por la exposición al polvo de amianto en la planta de Cerdanyola y Ripollet (Barcelona), aunque no se plantean recurrir el caso de Alicante.

Los empleados de Fibrocementos aplauden la condena a Uralita pero no recurrirán
Los empleados de Fibrocementos aplauden la condena a Uralita pero no recurrirán

Alicante.- La Asociación de Enfermos del Amianto de la extinta fábrica de Fibrocementos en San Vicente del Raspeig aplaude de la condena a Uralita por la exposición al polvo de amianto en la planta de Cerdanyola y Ripollet (Barcelona), aunque no se plantean recurrir el caso de Alicante.

Así se ha pronunciado a EFE el presidente de la asociación, Francisco Martínez, tras conocer la sentencia que condena a Uralita a pagar 3.918.594,64 euros a medio centenar de vecinos de Cerdanyola y Ripollet por los daños del amianto en la fábrica que la empresa tenía entre ambas localidades.

El juicio en Alicante por las enfermedades que causaron, al menos, ocho muertos y una treintena de lesiones graves se celebró durante dieciocho sesiones en julio de julio de 2006, ocho años después de la denuncia, y acabó con la libre absolución de los dos médicos y dos jefes de personal acusados.

Pese al varapalo, los demandantes no recurrieron la sentencia dictada por el juzgado de lo Penal número 3 de Alicante por el riesgo de que la instancia superior ratificara el fallo, que había sido "muy contundente" a favor de la empresa.

Esto habría hecho que todas las costas de abogados recayeran en los ex trabajadores, lo que a su vez habría supuesto su "ruina", en palabras de Martínez.

"Fuimos los pioneros en plantar batalla por el amianto y todo salió mal. Me alegro por lo ocurrido ahora en Barcelona pero no dejo de comprender cómo la Justicia nos dio la espalda hace cuatro años", ha comentado.

Martínez ha añadido que aún siente "cabreo" cada vez que recuerda lo ocurrido, aunque pasados tantos años no se plantean recurrir, pese al antecedente del fallo contra Uralita.

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