Los escolapios de Alcañiz investigan supuestos abusos de un cura en 1983

  • Con motivo de la congregación que se está celebrando en el Vaticano contra los abusos en la Iglesia, los afectados han empezado a hablar.
Alcañiz
Alcañiz

La congregación de los Padres Escolapios está investigando supuestos abusos sexuales cometidos por un cura y profesor de las Escuelas Pías de Alcañiz (Teruel) en 1983, el padre Enrique Latorre, quien falleció en 1990, según ha confirmado a Efe el director provincial de la Congregación de Escuelas Pías, Jesús Elizari. La noticia, de la que se hace eco 'Heraldo', ha sido corroborada este jueves por una de las víctimas, que en una llamada a la Cadena Ser ha denunciado los abusos a los que supuestamente el sacerdote le sometió cuando tenía seis años.

Elizari ha explicado que hace algún tiempo que tenían conocimiento de los abusos de este sacerdote sobre dos víctimas, que ahora han aceptado sacar su caso a la luz, probablemente animadas por la celebración en el Vaticano de un encuentro de obispos de todo el mundo convocado por el papa para tratar los casos de pederastia en el seno de la Iglesia, ha considerado.

Además, la congregación cuenta con un protocolo de actuación y transparencia ante las denuncias, que incluye un correo electrónico, conocerlavedad@escolapiosemaus.org, donde las víctimas de este y otros religiosos pueden remitir información libremente para ayudar a desvelar situaciones similares que es preciso reconocer "por muy dolorosas que sean", según un comunicado hecho público por la congregación.

Gracias a las denuncias recibidas en el este correo se están investigando otros abusos cometidos por otros curas en los años 70 y 80, pero ninguno en la actualidad, según Elizari, quien insiste en que actualmente esas actitudes están erradicadas en el centro educativo y que las que se investigan ocurrieron hace treinta años. Actitudes, agrega, por las que siente dolor y que son "una aberración", mucho más en un ambiente "educativo y cristiano" como las Escuelas Pías, que son lugares "donde los chavales son felices" y son educados en la justicia.

Por eso se dispone de ese protocolo que ante cualquier caso que se pudiera detectar, ha explicado Elizari, establece la remisión de toda la información a la Fiscalía. Ha reconocido que hay que estar "alerta" y que la transparencia y la asunción de responsabilidades es lo que la sociedad pide hoy día a la Iglesia. En el comunicado, se manifiesta la "absoluta solidaridad y empatía" con las víctimas y se les ofrecen "todos los medios" al alcance de la congregación para "paliar en lo posible su sufrimiento", al tiempo que se hace una "inequívoca autocrítica" hacia los procedimientos que en aquellos años se adoptaron ante estos casos.

En el caso concreto de Enrique Latorre, la única medida fue apartarlo de los menores y pedir perdón a las víctimas y sus familias. En el comunicado, la congregación renueva el compromiso de garantizar "lugares seguros" donde el alumnado pueda crecer y aprender en libertad y se compromete a redoblar su "actitud de escucha, atención, apertura y prevención".

Eso les permite, concluye, reconocer todas las actitudes y hechos acontecidos en el pasado y que "no deberían haber ocurrido nunca", así como garantizar que puedan volver a ocurrir. Desde el Arzobispado de Zaragoza se han limitado a precisar a Efe que el único conocimiento de los hechos lo tienen a través de los medios de comunicación y que la Congregación Provincial de Escuelas Pías no se ha puesto en contado con ellos.

Mostrar comentarios