Los griegos comienzan a decidir sobre su futuro en unos comicios claves para la UE

    • Cerca de diez millones de griegos están llamados a votar en los 19.449 colegios electorales repartidos por todo el país.
    • El izquierdista Syriza, liderado por Alexis Tsipras, es el gran favorito, a tenor de las últimas encuestas.
Las elecciones en Grecia transcurren con normalidad, según el ministro del Interior
Las elecciones en Grecia transcurren con normalidad, según el ministro del Interior
Luz Sela/ Elena Santorromán/ Alexia Acosta
Luz Sela/ Elena Santorromán/ Alexia Acosta

Los colegios electorales de Grecia abrieron sus puertas hoy a las 07.00 hora local (05.00 GMT) para celebrar unos comicios legislativos anticipados claves no sólo para los griegos sino también para toda la UE.

Cerca de diez millones de griegos están llamados a votar en los 19.449 colegios electorales repartidos por todo el país y a elegir entre una de las veintidós formaciones que se presentan a esta convocatoria.

El izquierdista Syriza, liderado por Alexis Tsipras, es el gran favorito, a tenor de las últimas encuestas.

Los colegios cerrarán a las 19.00 hora local (17.00 GMT), momento en el cual está previsto que los sondeos realizados a pie de urna proyecten los primeros resultados.

El voto es obligatorio en Grecia con dos excepciones; la gente que tiene más de 70 años y los que se encuentran el día de la votación en el extranjero o a una distancia superior a los 200 kilómetros de su colegio electoral.

Según las últimas encuestas, Syriza aventaja a los conservadores de Nueva Democracia entre cinco y diez puntos, y lograría entre un 30 % y un 35 % de los votos.

El partido del primer ministro Andonis Samarás, por su parte, obtendría entre el 20 % y el 26 %.

El tercer puesto se lo disputan, a mucha distancia, el partido centrista To Potami (El Río), los neonazis de Amanecer Dorado, los socialdemócratas del Pasok y los comunistas del KKE.

La campaña ha estado extremadamente polarizada entre los dos principales líderes, que han centrado sus mensajes en la salida de Grecia de la eurozona y la negociación del programa de rescate con la troika de acreedores.

En los últimos días, Syriza ha logrado ampliar su ventaja frente a Nueva Democracia y dispone de un margen de entre el 5 % y el 10 %. Realizados por los institutos demoscópicos Marc, GPO, Palmos Analysis y Public Issue, los sondeos dan a la formación que lidera Tsipras una intención de voto de entre el 30 y el 35 por ciento. La encuesta de Public Issue sitúa a los izquierdistas en el 35 % de intención de voto, a una distancia de cinco puntos respecto a Nueva Democracia, con un 30 %, y otra elaborada por el instituto demoscópico Palmos Analysis incluso da a Syriza una ventaja de diez puntos.

Mirando de reojo estos datos, ambos líderes han apurado su campaña para enfatizar los objetivos de sus respectivos gobiernos y, sobre todo, para arremeter con dureza contra los adversarios. Es el caso de Antonis Samarás, quien, en un último intento de conquistar a los electores aún no decantados y hacer frente a la amenaza electoral de Syriza, ha decidido virar su estrategia hacia los tradicionales votantes de derecha. En su último acto de campaña, el viernes, el primer ministro subrayó el hecho de que durante la última etapa de su gobierno, la economía griega haya registrado indicios de recuperación, con un crecimiento del 0'7% en el tercer trimestre del año pasado.

"Tsipras quiere convertir Grecia en Corea del Norte, no permitiremos que eso suceda. No estamos dispuestos a volver atrás", clamó un eufórico Samarás ante sus simpatizantes. En el mismo discurso han insistido varios dirigentes del partido que, en los últimos días, han alertado a los griegos sobre las consecuencias de un gobierno dirigido por Syriza. "Será como Venezuela", afirmaba esta semana la portavoz del Gobierno, Sofía Vultepsi.

"Grecia no necesita más dinero. Ahora empezaron las inversiones y por primera vez en seis años, se incrementaron los ingresos de los griegos", afirmaba Samarás en su acto final de campaña. El dirigente se ha negado a mantener cualquier debate televisado con Tsipras, alegando su "arrogancia" y que no era posible "dialogar con los que le maldicen".

Samarás estima que "el 14 por ciento de los indecisos" votará por su partido y dará la victoria a la conservadora y gubernamental Nueva Democracia. El dirigente ha aprovechado la jornada previa a los comicios para visitar la carpa que su partido tiene instalada en la céntrica plaza Syntagma, mientras que su principal rival, Alexis Tsipras,se reunía con la prensa extranjera acreditada en Atenas.Preguntado sobre si llevará corbata cuando sea primer ministro, Tsipras contestó que la llevará "cuando haya una quita de la deuda griega".¿Salida del euro?

Tsipras ha tenido que emplear buena parte de los mítines de una campaña especialmente árida a rebatir las tesis de los que le sitúan como una amenaza para el euro y la estabilidad de la UE, ataque recurrente de sus adversarios.

"Reconocemos nuestras obligaciones frente a las instituciones europeas y los tratados europeos. Estos tratados prevén unos objetivos fiscales que deben respetarse, pero no las medidas para conseguirlos. La austeridad no forma parte de los tratados", expresó en una reciente entrevista en televisión.

"A partir del lunes no habrá derechistas, izquierdistas y centristas. Habrá sólo los ciudadanos con los mismos derechos y obligaciones", destacó en un mitin en la ciudad de Patras, "acabaremos con la humillación nacional y con las órdenes del extranjero". Tsipras ha insistido en la necesidad de una movilización electoral amplia este domingo para conseguir una mayoría absoluta que, defienden, no quieren lograr "por arrogancia, sino para romper con lo viejo y gastado".

Sus seguidores están confiados en el triunfo. Unos 10.000 acudían el jueves a escucharle en el cierre de campaña, en la céntrica plaza Omonia, en un acto en el que insistió en que, este domingo dará comienzo una "nueva era": se acabará con el "partidismo del pasado", con las "patologías que llevaron a la crisis", como la corrupción y el clientelismo de los partidos tradicionales, clamó Tsipras, reconociendo también que la tarea que espera al nuevo Gobierno es "difícil" y sobre todo necesita honestidad, decisiones claras y posiciones claras.

Algunas de las propuestas que defiende el partido favorito a dirigir el país pasan por la abolición del polémico impuesto sobre bienes inmuebles en su actual formato, el alivio de la carga fiscal de los ingresos bajos y medios, la restauración del umbral exento de impuestos de 12.000 euros anuales y un salario mínimo en el sector privado de 751 euros.

Este acto final de campaña contó con la intervención del secretario general de Podemos,Pablo Iglesias, quien mantiene una estrecha relación personal con el líder heleno. "El cambio en Grecia se llama Syriza, en España se llama Podemos. La esperanza llega. Hasta la victoria Syriza-Podemos", exclamó el eurodiputado español, en griego, haciendo estallar júbilo de los asistentes. En la plaza Omonia estaban también presentes el aún coordinador de Izquierda Unida,Cayo Lara, y el secretario general del Partido Comunista francés y presidente de la Izquierda Europea, Pierre Laurent.

Enarbolando banderas rojas y con los colores de Syriza -alguna griega- los simpatizantes de Tsipras jalearon a su líder al grito de "Ni Samarás ni Venizelos (ministro de Exteriores socialista) ha llegado el momento de la izquierda".

"Vamos a ganar. Lo importante ahora es saber por cuánto y si conseguimos mayoría absoluta", afirmaba Yorgos Katerinis, un simpatizante de Syriza, que se declaró harto de "los cinco años de memorándum (programa de rescate)".

Entre tanto, los partidarios de Samarás-5.000 se reunieron el viernes en un polideportivo de las afueras de la capital griega- confían en que un resultado ajustado de Syriza les de margen político. "En realidad, las posibilidades de que gane Nueva Democracia son muy escasas, a pesar de que creo que ha hecho un buen trabajo con las reformas económicas que tenía que hacer", analizaba un joven simpatizante. "En cuanto a Tsipras, creo que es como otros políticos que ha tenido este país. Ya veremos cual es su cara real".

"Hay que tener esperanza hasta el último minuto", decía otra, mientras repartía folletos con la cara de su líder. "Ha hecho un buen trabajo y es el único que conoce cómo funciona la Unión Europea".

Mientras los dos grandes partidos miden sus últimas fuerzas electorales, el resto sigue intentando arañar el número de votos necesario para entrar en el Parlamento (un 3 por ciento).

Evangelos Venizelos, líder socialista del PASOK, aseguró en un mitin en la ciudad de Drama (norte de Grecia, cerca de la frontera con Bulgaria) que el voto a su partido es "muy útil y necesario para la patria"."Imaginad las consecuencias -dijo Venizelos- si el tercer mandato para la formación de Gobierno va para Amanecer Dorado (extrema derecha)".Según los sondeos, el tercer lugar en los comicios se lo disputarán To Potami, con entre el 5,1 % y el 7 % de los votos, y el partido neonazi, con entre el 5 % y el 6,8 %.

Stavros Theoddorakis, de To Potami, declaró en una entrevista al periódico austríaco "Standard" que su formación política pondrá en orden todo lo que no es correcto en Grecia "sin destrozar el país".El mundo financiero, pendiente de Grecia

Las elecciones de este domingo trascienden el trasfondo griego para proyectarse como un pronunciamiento sobre el modelo que los europeos quieren para Europa. En el centro de los debates, y los ataques a la formación que aspira a gobernar, ha estado la posibilidad de que su llegada al poder acabe con el euro y la estabilidad de la eurozona.

La hipótesis de trabajo en Bruselas es que se prolongue el segundo rescate ahora en vigor, pues es poco probable que Grecia haya formado un gobierno para finales de febrero, cuando se cumple el plazo, según aseguran funcionarios comunitarios.Esta es más o menos la versión oficial de la UE, y coincide en líneas generales con la percepción de inversores y analistas.

Al exponer los términos del programa de compra de bonos europeos, el presidente de Banco Central Europeo, Mario Draghi, ha dado margen a Grecia para diseñar un nuevo marco de entendimiento entre el país y la troika -Comisión Europea, BCE y Fondo Monetario Internacional-, señala Allenspach.

El BCE anunció esta semana un programa de compras masivas de bonos soberanos que pondrá en marcha en marzo de este año y se prolongará hasta septiembre a 2016 a un ritmo de 60.000 millones de euros mensuales.

Aunque en principio las compras incluyen sólo bonos de grado de inversión, lo que por el momento excluye la deuda que emita Grecia, calificada en la actualidad de "bonos basura", lo cierto es que Draghi dejó claro que aplicará criterios adicionales a la deuda de los países que están en un programa de ajuste si solicitan la renovación de los acuerdos.

"Ligar una posible salida de Grecia del euro a los resultados electorales es un salto muy grande, hay dos posibilidades según los sondeos electorales en Grecia, que gane por mayoría absoluta o por mayoría relativa. Si lo hace por una mayoría absoluta tendrá una posición de fuerza para renegociar la deuda tal y como dijo Alexis Tspiras, si lo hace por mayoría relativa necesitaría un apoyo para formar gobierno, tendría que pactar con otros partidos y ya no estaría solo para imponer su metodología de negociación. Este es un primer condicionante para las relaciones entre Grecia y la Unión Europea", señala José Candela, antiguo funcionario de la Comisión Europea y miembro colaborador de la Fundación Alternativas, informa Elena Santorromán.

Dice este experto que si no hay una mayoría absoluta del partido de Tsipras entonces tendrá que pactar con aquellos que en su día negociaron el rescate. "Muy posiblemente si hay un voto tan pulverizado las fuerzas políticas se tomarán unos meses y no habrá una solución inmediara entre la Eurozona y Grecia", razona.

Efectivamente, los sondeos no otorgan la mayoría absoluta a Syriza.¿Cómo podría quedar conformado el escenario político griego después de este domingo? Es la incógnita que se plantean los distintos analistas.

En 2012 Nueva Democracia consiguió 129 asientos, 33 fueron para el PASOK y 17 escaños que consiguió la Izquierda Democrática, llamada Dimar. Ahora, según las encuestas, Syriza podría subir hasta los 144 asientos, de los 71 escaños que consiguió entonces. Pero el sistema electoral griego es especialmente particular y complejo. Es un sistema proporcional reforzado, con una sola Cámara, el Parlamento, compuesta por 300 escaños.

De estos escaños solo 250 se distribuyen manera proporcional (238 se reparten en las diferentes circunscripciones que forman el país y 12 forman parte de una lista única nacional). Los 50 restantes se conceden de manera automática al que haya obtenido el mayor porcentaje de los votos, sea cual sea el porcentaje.

Si tras las elecciones ningún partido consigue la mayoría absoluta, el presidente de la República pedirá al partido más votado formar un Gobierno en un plazo de tres días.

Si no lo consigue, le seguirá la segunda y luego la tercera fuerza, con idénticos plazos. Si al término de este periodo ningún partido ha conseguido formar un Gobierno, y tampoco ha sido posible la formación de un Gobierno de concertación nacional, se convocan nuevas elecciones.

Evangelos Liaras, investigador del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales (CEPC) analiza que, hasta el momento "la campaña se ha caracterizado por ser unacampaña del miedo". "Es miedo a salir del euro, y miedo también a nuevos recortes", informa Alexia Acosta.

Según Federico Steinberg, investigador del Real Instituto Elcano, "no es tan fácil que un país salga del euro. La salida del euro no se contempla en los tratados. Más allá de dificultades jurídicas es improbable un Grexit (salida de Atemas de la eurozona) porque los griegos no quieren y los socios de la zona tampoco, por la inestabilidad que eso generaría".

El propio Tsipras recurría a las redes sociales para enviar una carta abierta a los alemanes, en la que les explicaba sus objetivos y les instaba a perder el miedo a Syriza.

"La mayoría de ustedes, queridos lectores de Handesblatt, se habrá formado una idea preconcebida de lo que trata este artículo antes de que lo lean. Les estoy implorando no sucumbir a tales ideas preconcebidas. Los prejuicios nunca fueron una buen guía, especialmente durante los períodos en que una crisis económica refuerza los estereotipos, la intolerancia, el nacionalismo, incluso la violencia", comenzaba el líder griego en su misiva.

"Alemania, y en particular los trabajadores alemanes que trabajan duro, no tienen nada que temer de una victoria Syriza. Sostengo lo contrario. Nuestra tarea no es para confrontar nuestros socios. No es para asegurar préstamos más grandes o, equivalentemente, el derecho de los déficits más altos. Nuestro objetivo es, más bien, la estabilización del país, el equilibrio presupuestario y, por supuesto, el fin de la gran contracción de los contribuyentes griegos más débiles en el contexto de un acuerdo de préstamo que es simplemente inaplicable. Nos hemos comprometido a poner fin a la estrategia de 'extender y pretender " pero que no va en contra de los ciudadanos alemanes, pues tiene el fin de las ventajas mutuas para todos los europeos", continuaba.

Syriza ha recogido el voto del griego profundamente afectado por el paro y los recortes y desencantado con una forma de hacer política. Pese a que el país se encuentre ahora en superávit primario- diferencia entre los ingresos del Estado y sus gastos, incluida la devolución de la deuda, pero sin tener en cuenta el pago de intereses y otros costes financieros- tiene que asumir aún un 175% de deuda, más de 321.000 millones de euros. No es el único problema de la economía y el modelo productivo heleno, que acusa elevadas tasas de morosidad-en torno al 33%, la debilidad de sus instituciones y una tasa de desempleo del 25%, el más alto de la eurozona. En los últimos cinco años, Grecia ha perdido un 25% de su PIB.

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