Los 'indignados' británicos son la nueva atracción turística de Londres

  • Los acampados de la catedral de San Pablo se han convertido en una atracción turística más de Londres. Visitantes de todo el mundo se acercan a este espacio ocupado junto al mayor templo de la ciudad, y se hacen fotos con ellos:

En sus tiendas de campaña, o tocando el viejo piano de la carpa de la cafetería, o ante la placa de 'Tahrir Square' colgada en una esquina en homenaje a la revolución egipcia. Algunos desconocían la existencia de la acampada, pero la mayoría vienen expresamente para conocer a los 'indignados' de Londres.

Se sientan en la escalinata de la catedral para escuchar los parlamentos o se pasean por entre los iglús y las carpas mezclándose con los 'indignados' y conversando con ellos.

'No sé si cambiarán algo, pero el capitalismo es un gran problema y al menos ellos están consiguiendo atención', apunta un psiquiatra indio que se ha parado a leer las reivindicaciones y panfletos colgados en las columnas del pórtico lateral. Participa en una conferencia en Londres y ha aprovechado su tiempo libre para visitarlos.

Roberto, italiano, ha venido a visitar a su hija, que estudia aquí. Observa el lienzo que un pintor está dibujando. 'Me inspira el diálogo entre la catedral y los acampados', susurra el pintor. 'Me gusta encontrar gente discutiendo y protestando, con espíritu rebelde, porque creo que necesitamos esta actitud', añade Roberto. 'Esto no tiene nada que ver con ser de izquierdas o de derechas'.

En cambio, para Alain y Michelle, un matrimonio francés, esto no lleva a ningún lado. 'Somos una sociedad demasiado individualista', lamenta ella. 'Pero me gusta la foto', añade después de haber tomado un recuerdo con su cámara.

Acampada espejo del 15My 'Occupy Wall Street'

El centro del asentamiento que recuerda vivamente al de la Puerta del Sol del movimiento 15M (aunque los 'indignados' londinenses se han inspirado más bien en los de EEUU) es la 'City Tent University', la universidad de campaña. Es la carpa donde políticos, ecologistas, economistas o periodistas vienen a dar conferencias sobre la crisis, sobre el sistema político y financiero y trazar posibles alternativas. Por aquí han pasado, entre otros, la periodista y escritora británica Polly Toynbee o el documentalista australiano John Pilger.

También hay una enfermería, un centro de atención psicológica, una tienda de meditación, otra destinada a tejer jerseys de lana para el invierno que acecha, y la cocina, donde contínuamente entran ciudadanos con bolsas llenas de productos. Este pequeño y bullicioso poblado de 300 habitantes sobrevive gracias a las donaciones de anónimos ciudadanos en medio del frío barrio financiero de Londres.

Una abogada londinense de 27 años, que trabaja en un gabinete de abogados de la City y quiere saber quiénes son los 'indignados'. 'No estoy muy de acuerdo con lo que hacen, pero me parece interesante porque estuve en la Puerta del Sol hace poco y me parece un movimiento global', cuenta. 'Quiero preguntarles qué quieren, porque no se pueden eliminar los impuestos, y qué alternativa al capitalismo proponen'.

Interés despertado

'Yo soy miembro de la clase media capitalista y acomodada inglesa, pero creo que nos dirigen capitalistas y no gobernantes. Esto es un gran error porque es la gente de abajo la que está pagando el precio', admite una madre de familia que ha venido del sur de Inglaterra para darles su apoyo. No quiere entrar en la catedral de San Pablo, sólo pasar el día con los 'indignados'. 'Sentía que tenía el deber de venir aquí'.

Turistas de todas partes se llevan a casa fotos de una Londres reivindicativa y anticapitalista, algo que gusta a Rob, un londinense de unos 50 años que quería conocer en persona a los acampados. 'Como londinense me siento orgulloso', reconoce. Pasea con su hijo, de 8 años. 'Quería que [mi hijo] conociera la realidad detrás de la realidad que nos imponen en las noticias'.

'Creo que esto es una honesta representación de lo que está pasando en nuestra sociedad y en el mundo entero', afirma Michael, de 54 años, que ha venido desde Leeds para solidarizarse. 'Son 300, pero representan a mucha gente'. No en vano, el lema de 'Occupy London', igual que en EEUU, es: 'Somos el 99 por ciento'.

Un grupo de turistas se detiene frente a la plaza de Paternoster, cerrada al público, y forman un círculo alrededor del guía que les empieza a hablar: 'En esta plaza está la Bolsa de Londres, era el lugar que querían ocupar al principio [los indignados], pero la Policía les echó y fueron a parar a la explanada de la catedral'.

Recuerdos de la acampada 'indignada'

El ajetreo es constante. Los turistas recorren los caminos improvisados entre las tiendas. La curiosidad les mueve y los acampados no tienen ningún problema en dejarse fotografiar o hablar. 'Es parte de la ocupación: establecer contacto con la gente, conversar', reconoce uno de ellos.

'¿Es aquí donde vendéis las máscaras?', pregunta un turista inglés a uno de los acampados. Se refiere a la máscara que lucía el protagonista revolucionario de la película 'V de Vendetta', la que emula a Guy Fawkes, el primer anarquista inglés, que intentó volar el Parlamento en 1605. Ahora ha pasado de ser el símbolo de 'Anonymous' a pertenecer también al movimiento 'Occupy London'.

El acampado, M., se esconde tras esta máscara. 'Lo siento, pero se nos han acabado', contesta . 'Estamos pendientes de que nos lleguen más'. Importaron 1.500 máscaras de China, a través de una compañía de comercio justo. Las venden por 3 libras. 'No obtenemos beneficio', asegura el joven enmascarado.

Un joven reparte el 'Evening Slander' ('La calumnia de la tarde'), sátira del diario del grupo de Murdoch 'Evening Standard'. 'Londres será evacuada', reza el titular de hoy. Empieza una conferencia sobre 'reforma financiera' en la carpa universitaria. Repican las campanas de la catedral y los acampados siguen recibiendo visitantes.

Daniel Postico, Londres
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