Los inspectores avivan la 'guerra de las contrataciones' en el Banco de España

  • Un acto de conciliación celebrado el pasado mes de enero entre la dirección de la entidad y los sindicatos acabó en fracaso
Linde
Linde

La guerra abierta entre los inspectores del Banco de España y la dirección de la entidad que encabeza Luis María Linde se recrudece. El choque tiene al menos dos frentes: la contratación de nuevos inspectores y las acusaciones contra la dirección por no haber actuado para evitar la crisis financiera pese a las advertencias.

En diciembre pasado, la Asociación de Inspectores del Banco de España (AIBE) presentó en los juzgados un escrito para mantener viva la posibilidad de una demanda por los cambios en la oposición a inspectores. Además, y con el mismo motivo, en enero se celebró un acto de conciliación en el marco del convenio colectivo del supervisor bancario que acabó en fracaso, según fuentes de los inspectores.

El clima de enfrentamiento se registra cuando está próximo el nombramiento de un nuevo gobernador. En teoría el nombramiento de nuevo gobernador y subgobernador deberá estar resuelto en junio. Tradicionalmente se ha respetado un pacto no escrito según el cual la elección del máximo responsable de la entidad era cosa del Gobierno mientras el subgobernador lo proponía el primer partido de la oposición. Pero el mapa político ha cambiado mucho.

Un mal ambiente

Lo cierto es que en el Banco de España no hay buen ambiente. La comparecencia de inspectores en la comisión del Congreso encargada de analizar lo sucedido en la crisis financiera enconó el enfrentamiento. En la comisión de investigación, el secretario de la asociación de inspectores, José Antonio Delgado, apuntó entre las responsabilidades del Banco de España "la captura del supervisor ante la influencia de las propias entidades supervisadas" que se ha traducido en "apartar de la inspección de determinadas entidades a los que destapaban irregularidades".

A ese caldo hirviendo se han añadido los cambios en la convocatoria para ampliar la plantilla de la institución en 45 inspectores y 21 especialistas en supervisión bancaria. Sin medias tintas, la asociación de inspectores sostiene que la dirección de la entidad ha modificado las condiciones de la oposición. Ha introducido, dicen, criterios de valoración subjetiva- méritos- que relajan los requisitos de acceso a la función pública y facilitan la incorporación de personal afín a la cúpula.

Contra la decisión de la cúpula del Banco de España, la AIBE anunció en noviembre la interposición de un recurso contencioso administrativo. El plazo para presentar la demanda expiraba a principios de diciembre y la asociación ha presentado escrito para mantener la puerta abierta a la demanda, según fuentes de los inspectores.

En la prueba para incorporar a nuevos inspectores, según los sindicatos, se eliminan los exámenes de Derecho y de Estadística y cálculo financiero y se introduce, por primera vez, una entrevista personal como criterio diferenciador en la selección final.

Entrevistas de una hora

Lo mismo sucede, aseguran, con las plazas -21- de especialistas en supervisión bancaria. "Se selecciona a candidatos mediante la entrevista de una hora, sin constatar mediante ninguna prueba objetiva, salvo el conocimiento de inglés, su capacidad y su mérito" sostenía en octubre en un comunicado el Sindicato Autónomo de Trabajadores.

El Banco de España niega que haya rebajado el nivel de las oposiciones para incorporar inspectores de su agrado. Por el contrario, sostiene que en la oposición se refuerzan las demandas de conocimiento de idiomas (a nivel C1) y se mantienen pruebas importantes como el examen GMAT -una prueba tipo test- que en EE UU da entrada a escuelas de negocios y a las universidades privadas importantes.

El último capítulo de enfrentamiento entre la cúpula del Banco de España y los inspectores está escrito en la carta enviada por el consejo del Banco de España a la comisión de investigación del Congreso. En la carta, el consejo del supervisor bancario carga contra la asociación de inspectores y su secretario general cuyas declaraciones, señala "son inaceptables y deben calificarse de graves".

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