Arriate (Málaga).- Los padres de la niña de 13 años María Esther Jiménez Villegas, hallada muerta en Arriate (Málaga) con un golpe en la cabeza, han informado hoy de que en su casa se recibieron dos cartas que terminaban con la frase "ten cuidado, te voy a matar" dos meses y una semana antes de desaparecer la menor.
Los progenitores, Juan Isidoro Jiménez y Carmen Villegas, han asegurado a Efe que llegaron tales amenazas anónimas, que ellos mismos encontraron en el buzón del domicilio familiar escritas a mano en hojas de libreta y cuyo resto del contenido han eludido precisar.
Las cartas fueron puestas en conocimiento de la Policía Local, aunque no presentaron denuncia, ya que restaron importancia al hecho tras preguntar a su hija si tenía algún problema o enemigo, a lo que ésta respondió que no sabía nada al respecto.
Lo ocurrido también lo comunicaron al instituto de secundaria donde estudiaba la niña y los padres creyeron que se trataba de una chiquillada.
La existencia de tales misivas la dieron a conocer a los investigadores de la Guardia Civil los progenitores cuando prestaron declaración al respecto y han comentado que las cartas pueden tener que ver con lo sucedido o no y ser una casualidad o coincidencia.
Los padres insisten en que el instituto armado no les está comunicando nada sobre el transcurso de la investigación y que no quieren saber cosas poco a poco, sino su resultado.
Por otra parte, el juez del caso ha acudido a una reconstrucción del suceso realizada con los guardias civiles durante la jornada de ayer, según han informado hoy fuentes del caso, que han precisado que los investigadores aguardan los resultados de los numerosos análisis de ADN efectuados en el entorno de la menor.
Unos treinta agentes del instituto armado se han desplazado desde Madrid para investigar lo ocurrido, aunque los responsables de la Guardia Civil no han querido decir que vaya a producirse pronto alguna detención, han indicado las fuentes.
La autopsia confirmó la muerte violenta de la chica, desaparecida el pasado 19 de enero y cuyo cadáver fue encontrado con la cara cubierta al día siguiente a doscientos metros del pueblo, en una caseta contigua a una piscina, donde los investigadores encontraron muchas huellas.
El delegado del Gobierno en Andalucía, Luis García Garrido, afirmó ayer que esta muerte es un caso "aislado" que no compromete la seguridad ciudadana en el municipio, por lo que pidió tranquilidad y sosiego a la población, y destacó que la Guardia Civil trabaja "con rigor" y "eficacia" y la mejor tecnología.
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