Los parlamentarios alemanes quieren tiempo para ser padres (al menos los domingos)

    • Un grupo de parlamentarios del Bundestag alemán ha lanzado una iniciativa para implantar la conciliación de horarios en la vida política alemana.
    • La iniciativa 'padres en política' ha lanzado una serie de iniciativas para ayudar a que los políticos germanos puedan pasar tiempo también con sus familias.
La europarlamentaria Licia Ronzulli, con su hija Vittoria
La europarlamentaria Licia Ronzulli, con su hija Vittoria

En 2013, la eurodiputada italiana en el Parlamento Europeo de Estrasburgo, Licia Ronzulli, revolucionaba las redes y los medios de comunicación de todo el mundo. Acudía a trabajar con su hija, Vittoria, al parlamento de la entidad europea. Alo largo de varios años, las imágenes del pleno le mostraban a ella votando. Y a su hija también, al unísono. Su imagen revolucionó Internet, a la vez que lanzaba un potente mensaje.

Un potente mensaje que Licia quería recalcar: el parlamento Europeo tiene una política familiar permisiva, 'family-friendly', pero que es una excepción en el ámbito de la empresa, pero especialmente en el de la política. "Quería recordar a la gente que hay mujeres que no tienen esta oportunidad", aseguraba en el momento Ronzulli, "que deberíamos hacer algo para que se hable de este tema".

Dos años después de que los medios recogieran las palabras de esta madre italiana y política, han sido los parlamentarios alemanes los que han querido lanzar un mensaje. Quieren ser padres y políticos a la vez. Para ello, un grupo de parlamentarias del Bundestag con hijos pequeños han iniciado una campaña para impulsar la conciliación familiar con sus labores públicas. Quieren, por ejemplo, poder disfrutar de bajas de maternidad y paternidad pagadas más allá de las 8 semanas que reciben. Y quieren librar los domingos.

La iniciativa 'Padres en política' ha conseguido a unir a parlamentarias de todos los espectros políticos con su objetivo de implantar medidas que faciliten su trabajo. Reconocen abiertamente que ser parlamentario en Alemania es un privilegio, con un buen sueldo y la posibilidad de elegir días libres, pero defienden también que viene con una gran carga de responsabilidades, y, a menudo, con una intensa jornada laboral que no entiende de fines de semana ni de bajas prolongadas.

No tienen, por ejemplo, bajas maternales más allá de 8 semanas. Y tienen complicaciones que no existen en otros puestos de trabajo: representantes de toda Alemania, su trabajo se divide siempre entre la capital, Berlín, donde tienen que acudir a plenos y reuniones, y la localidad o región donde han sido electos. Se espera de ellos una disponiblidad permanente. Y la política, explican, no entiende de fines de semana.

Lo que proponen son medidas sencillas, explican, que esperan, les ayudarían a mejorar la política familiar de la estructura política germana. No quieren, por ejemplo, trabajar los domingos: "debería estar libre de política", aseguran. Ni reuniones largas e ineficientes: que se cumplan los horarios, y que se impongan horas para su fin. También piden flexibilidad, un poco de comprensión si faltan a reuniones, o en las horas de trabajo. A ser posible, concentrar las horas que tengan reuniones a entresemana y durante el día.

No se quedan tampoco allí. Así, para que el centro político de la vida alemana sea realmente familiar, quieren que, si hay reuniones o eventos los fines de semana, estas sean familiares: que se pueda acudir con toda la familia, hijos pequeños incluidos. Cinco grandes peticiones que han lanzado en campaña y que, esperan unan más iniciativas concretas: permitir, como ya se hace en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, no penalizar a los padres que falten a votaciones por estar con sus hijos enfermos, por ejemplo, instalar una sala de juegos de pago en el Bundestag, junto a una sala de lactancia y permitir las reuniones por videoconferencia.

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