Los partidos arrancan curso político en clave de campaña

    • Los emergentes miden su músculo y el bipartidismo, su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos.
    • Desafío territorial, recuperación económica y derechos sociales serán los ejes.
Vista general del Congreso de los Diputados.
Vista general del Congreso de los Diputados.

El que viene será, sin duda, un curso político inédito. A pocos meses de las generales, el escenario que se perfila avanza también la necesidad de buscar los grandes acuerdos. A la vista de la incertidumbre de las encuestas, sólo las urnas decidirán finalmente el color político del nuevo Gobierno, pero parece claro que, en la ausencia de mayorías, se impondrá un Ejecutivo de pactos.

Será una legislatura del diálogo y de los consensos en el Parlamento más fragmentado que se conoce y que dará entrada a dos nuevas fuerzas, Podemos y Ciudadanos. Partidos emergentes que han provocado ya una ruptura sustancial con la dinámica política establecida y que han movido al resto de formaciones a asumir un mayor compromiso de transparencia y lucha contra la corrupción. El votante, más informado y crítico que nunca, ha hecho valer también su poder de decisión obligando a las formaciones a adaptarse a los nuevos tiempos salidos de la crisis.

Ya en clave de clara campaña-un tono que se ha mantenido en el último año-los partidos apuran estas semanas para diseñar campañas y perfilar mensajes. Los adversarios se han diversificado y también las prioridades. La financiación, la reforma de la ley electoral, la eficiencia de la administración, la tolerancia cero contra los corruptos o los derechos sociales ocuparán un lugar estratégico para todos los partidos. Antes de las generales, las catalanas serán barómetro para que las formaciones comprueben su músculo electoral y redefinan sus estrategias.PP

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha ido dando pistas rotundas en sus últimas intervenciones de hacia dónde quiere orientar la campaña.El rival político para los 'populares' ya no es Podemos, como así fue en los meses posteriores a la irrupción de Iglesias en la escena política. Ahora, se asume que el trasvase de votantes se juega sobre todo en un centro ideológico más diluido que nunca. El enemigo vuelve a ser el PSOE. Esta vez, el de Pedro Sánchez. Un partido que, insisten desde el PP, se muestra radicalizado y que ha facilitado la formación de gobiernos extremistas, al pactar con las plataformas municipalistas.

Los populares han rescatado también para la campaña el argumento de la "herencia recibida". La tesis, ya manida en otras citas electorales, se utiliza ahora para reactivar los temores a que la vuelta a un Gobierno socialista dé al traste con las señales de la recuperación que en el PP atribuyen a sus reformas. No es momento para el cambio, insisten, sino para la estabilidad.

Así, el objetivo prioritario para los de Rajoy es insistir en los datos económicos. El presidente del Gobierno se ha fijado una cifra que en cada acto se repite como lema: 20 millones de personas trabajando en la próxima legislatura, 600.000 nuevos empleos al término del año, que los populares asumen como eslogan de campaña.

Otras cuestiones, como la reforma constitucional, generan más diferencias. Aunque a principios de agosto el propio Rajoy aceptó hablar de ello en la próxima legislatura, "con consenso" y en especial en lo relativo a las competencias del Estado, en el partido se ha dado por enterrada la idea. Se considera que no existe ahora ese acuerdo y que cualquier modificación podría ser empleada por el independentismo para dar alas a sus tesis.

Las únicas reformas, al menos las ahora previstas, afectarán al reglamento de Congreso y Senado, a la financiación local y autonómica, la reforma de las administraciones públicas y la ley electoral municipal.

Las 'píldoras' que el PP ha ido avanzando sobre sus medidas inmediatas en caso de volver a gobernar incluyen una rebaja del IRPF, aún sin cuantificar, la devolución de la paga extra a los funcionarios con una subida del salario del 1%, o más inversión en políticas sociales.

Otra cuestión pendiente sigue siendo cómo afrontar el desafío soberanista en Cataluña, que pasa por el próximo 27-S. Las últimas encuestas sugieren una caída de la proyección de voto de Junts pel Sí, la candidatura del president Artur Mas, al tiempo que Catalunya Sí que es Pot, en la que se integra Podemos y Ciudadanos se disputan la segunda plaza. La plataforma defiende el derecho de los catalanes a decidir sobre su futuro, mediante una consulta que recoge una eventual independencia.PSOE

Un mayor compromiso con las medidas sociales-aumento del 7% del PIB en educación en dos legislaturas, bajada del IVA cultural al 5% y renta mínima para 740.000 hogares-es el eje para los socialistas.

El secretario general Pedro Sánchez ya avanzó la pasada semana, en su intervención en la sesión de debate de los Presupuestos, algunas de sus prioridades en caso de gobernar, y que pasan por revertir muchas de las medidas aprobadas en los últimos años por el PP. Entre ellas, un nuevo estatuto de los Trabajadores, que priorice la estabilidad y conciliación familiar, y la recuperación del pacto de Toledo. Sánchez ha fijado otro de sus objetivos en la lucha contra la violencia de género, para lo que buscará un gran pacto de Estado. En materia anticorrupción, se descartan las amnistías fiscales.

Los socialistas proponen además una "reforma profunda" del sistema fiscal para que "la riqueza contribuya de manera efectiva en el sistema impositivo" y se cumpla la progresividad prevista en la Constitución. Por una parte, mediante el incremento de los tipos de IRPF para los tramos más altos e imponer una tributación mínima del 15% sobre el resultado contable en el Impuesto de Sociedades. La subida de pensiones mínimas (un 2%) y el salario mínimo interprofesional (5%), son otras de las medidas que dibujan el programa del partido de Sánchez.

Los socialistas trabajan además en una propuesta de reforma de la Constitución que priorice el modelo federal, refuerce el papel del Senado como Cámara territorial y defina un sistema de financiación al estilo de los conciertos vasco y navarro. El líder socialista presentó a principios de julio el equipo de expertos que ya trabajan en las propuestas que, tras ser sometidas a debate en el partido, formarán parte del programa electoral.

La campaña de Ferraz pilota en dos mensajes claros. El primero, dirigir a Rajoy y a sus políticas la pérdida de derechos sociales y laborales de los últimos años. El segundo, los escándalos de corrupción que han azotado al partido de Gobierno.

Sobre los pactos, lo único que se descarta es que sean con el PP. Los socialistas asumen que es posible que necesiten de la suma de Podemos para desbancar a los populares y dar paso a un gobierno de izquierdas. Pero, al mismo tiempo, se marcan las distancias: ellos son la izquierda moderada, la del centro. Sánchez ya afirmó tener ciertas "coincidencias" con los de Iglesias en lo referido a la regeneración de la vida política democrática en España, pero al mismo tiempo aseguró discrepar de los instrumentos. En este sentido, el líder socialista ha afeado la improvisación del partido emergente, con medidas "que van modificando mes tras mes" y también su visión más extrema. En las últimas semanas ha sido recurrente el símil de que la situación en Grecia "ha dejado sin argumentos" a Podemos.Podemos

El partido de Iglesias, que irrumpió como un huracán en el escenario político, ha visto desinflarse en las últimas semanas sus opciones electorales. Los sondeos reflejan un progresivo agotamiento de la formación que, en cambio, se resiste a abandonarse al papel de 'bisagra'. El objetivo, repetido por todos sus dirigentes, es salir a ganar las generales. "Sabemos que va a ser un partido difícil, pero queremos jugarlo", dijo el secretario general en su primera intervención tras la vuelta de vacaciones.

En el partido se trabaja, no obstante, para diseñar un 'plan B'. Aquel, más probable, en el que la formación no gane los comicios pero sí pueda resultar clave para gobernar. Los dirigentes no dejan clara la postura: "Va a haber necesariamente acuerdos", ha considerado el número dos, Íñigo Errejón. En cualquier caso, esos acuerdos dependerán del proyecto político de los socialistas, que, a día de hoy, no convence a Iglesias. "Están más cerca de la derecha", apostilló este lunes el líder de la 'morada'.

Para Podemos, las soluciones a la 'emergencia social' son la prioridad, por encima de cualquier reforma institucional o de la propia lucha contra la corrupción, también sus ejes. Las medidas pasan por la garantía de suministros básicos y la paralización de los desahucios. Otras, como la renta básica, generan aún notables desacuerdos.Ciudadanos

El partido de Rivera, como Podemos en pleno proceso de consolidación territorial, se enfrenta también a su propia definición. A la formación 'naranja' se le ha criticado en numerosas ocasiones su falta de precisión ideológica y su reticencia a posicionarse. El partido, que defiende un modelo económico liberal conjugado con medidas sociales, ha jugado para muchos al despiste tras los comicios autonómicos y municipales siendo llave tanto para populares como para socialistas.

Rivera insiste, en cambio, en representar la nueva política. "Yo sólo quiero independizarme del PP y del PSOE", clamó en uno de sus últimos actos. La formación ha convertido la lucha contra la corrupción en una de sus principales vértebras de programa. No en vano, los compromisos en este sentido son los más amplios en los acuerdos suscritos tras los comicios.

En materia económica y fiscal, Ciudadanos propone, por ejemplo, un IVA general del 18% y reducido del 7% y un complemento salarial anual, variable por tramos de renta. Otra de sus medidas es una especie de "seguro contra el despido", un "depósito" en el cual el empresario pueda hacer aportaciones a una cuenta individual de cada trabajador, por la cuantía de un 1% de su salario y al que el empleado podrá acceder en caso de pérdida de trabajo o en el momento de su jubilación.

El partido ha encargado también a un grupo de expertos el diseño de su propuesta de reforma constitucional y que, en palabras de Rivera, no se limitará solo al texto de la Carta Magna, sino que incluirá cambios de calado en la dinámica política actual, por ejemplo, con la obligación de primarias. El presidente de la formación 'naranja' no se muestra partidario de blindar competencias, y afirma que más importante que cambiarla es cumplirla.

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