Los partidos belgas, entre alabanzas y peticiones para el fin de la monarquía

  • La mayoría de los partidos belgas destacaron hoy el papel "estabilizador" que ha ejercido el rey Alberto II de Bélgica para su país, con excepción de algunos partidos flamencos, que achacaron su abdicación al escándalo de su hija ilegítima y pidieron una "monarquía protocolaria".

Bruselas, 3 jul.- La mayoría de los partidos belgas destacaron hoy el papel "estabilizador" que ha ejercido el rey Alberto II de Bélgica para su país, con excepción de algunos partidos flamencos, que achacaron su abdicación al escándalo de su hija ilegítima y pidieron una "monarquía protocolaria".

La abdicación de Alberto II es el momento perfecto para poner fin a la monarquía, opinó el partido ultraderechista flamenco Vlaams Belang, para el que la familia real belga se ha posicionado durante los últimos veinte años demasiadas veces del lado de los francófonos y por ello el monarca se ha erigido como el "rey de los valones"

Este partido acusó además a la Casa Real belga de "numerosas malversaciones" de fondos.

Los ecologistas flamencos Groen alabaron la solidez con la que el monarca belga ha ejercido sus funciones, sobre todo en los últimos años para calmar las aguas en momentos de tensiones políticas previas al acuerdo sobre la sexta reforma del Estado, pero consideró que su abdicación debe servir para optar por una "monarquía protocolaria", dijo su presidente, Wouter Van Besien.

El líder de los independentistas de la N-VA, Bart De Wever, fue más suave en su reacción al admitir que no siempre ha estado de acuerdo con Alberto II, pero subrayó su "respeto por la persona del rey" y consideró que a su edad tiene "todo el derecho de retirarse".

"Nos damos cuenta de hasta qué punto la función de un rey pesa en un país democrático dividido y bloqueado" por las diferencias entre las diferentes regiones.

El partido socialista flamenco sostuvo por su parte que si Alberto II se hubiera mantenido en el trono, "se habría arriesgado a perder su credibilidad en el escándalo Delphine Boël", la presunta hija ilegítima del monarca belga, señaló Willy Claes, ex viceprimer ministro de Bélgica durante el primer Gobierno de Jean-Luc Dehaene, en los años noventa.

Por otro lado el también exsecretario general de la OTAN consideró que el momento es el adecuado para la abdicación, dado que el presupuesto está "en orden" y en el plano político hay un espíritu "constructivo" entre las regiones.

"El año que viene será relativamente tranquilo, así que el nuevo rey podrá adaptarse fácilmente", señaló el ex hombre fuerte de los socialistas flamencos, quien sostuvo que él pertenece a "esta pequeña minoría que siempre ha pensado que (el príncipe heredero) Felipe estaba preparado" para ascender al trono.

Los democristianos flamencos (CD&V) dijeron comprender la decisión del rey, basándose en la fatiga física de un jefe de Estado que ha servido de "refugio" en las difíciles negociaciones entre las regiones y la formación de un Gobierno, dijo el presidente del partido, Wouter Beke.

Ese partido sostuvo que una vez que la sexta reforma del Estado está prácticamente lograda, era el momento adecuado para que el rey de los belgas abdique, al tiempo que subrayaron que Felipe de Bélgica está preparado para suceder a su padre el próximo día 21 de julio, día de la fiesta nacional belga.

El presidente de la región belga de Flandes, Kris Peeters, apreció la actitud "positiva" que Alberto II siempre ha mostrado con respecto a las reformas de Estado y su participación e interés en Flandes, además de haber tratado a las entidades federativas con gran respeto.

Los democristianos francófonos (CdH) vivieron la decisión del monarca con una "gran emoción personal", según la viceprimera ministra Joëlle Milquet (CdH), quien "comprende y respeta" los motivos de su abdicación.

También el eurodiputado, exviceprimer ministro y líder de los liberales francófonos MR, Louis Michel, ha alabado la figura de Alberto II afirmando que "no ha dejado de enviar el mensaje de que había que tomar en cuenta las aspiraciones de todo el mundo en Bélgica, incluyendo las necesidades más apremiantes de Flandes".

Michel destacó, en declaraciones a la agencia Belga, que el monarca ha reinado durante los veinte años "más sensibles de la política belga" y ha sido el rey que "mejor ha entendido lo que quería la gente".

También dio un consejo al príncipe Felipe, de quien dijo que está de sobra preparado para asumir las tareas de un jefe de Estado, y al que recomendó que "no copie" a su padre, al igual que Alberto II no lo hizo con su hermano Balduino.

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