Los rebeldes musulmanes suspenden el diálogo en el sur de Tailandia

  • La insurgencia musulmana del sur de Tailandia anunció que suspende las negociaciones de paz, que debían reanudarse el 18 de agosto, hasta que el Gobierno tailandés acepte sus condiciones, informó hoy la prensa local.

Bangkok, 9 ago.- La insurgencia musulmana del sur de Tailandia anunció que suspende las negociaciones de paz, que debían reanudarse el 18 de agosto, hasta que el Gobierno tailandés acepte sus condiciones, informó hoy la prensa local.

El viceprimer ministro tailandés, Pracha Promnok, admitió que Malasia, país que facilita el diálogo, informó de que el Barisan Revolusi Nasional (BRN) suspende la próxima ronda de conversaciones hasta que Tailandia "responda positivamente a sus demandas", según el "Bangkok Post".

El BRN exige que Tailandia acepte a Malasia como mediador y no solo como facilitador, y que se permita la participación como observadores de otros miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste de Asia y del Consejo de Organizaciones Islámicas.

También piden la liberación de todos los presos y la cancelación de las órdenes de búsqueda y captura de forma incondicional, y que el Gobierno tailandés reconozca al BRN como movimiento de liberación de Pattani y no como grupo separatista.

Pracha indicó que el Consejo de Seguridad Nacional, presidido por la primera ministra, Yingluck Shinawatra, se reunirá la próxima semana para decidir las medidas a adoptar.

El Barisan Revolusi Nasional (Frente Nacional Revolucionario, en malayo) es uno de los grupos que encabezó la rebelión musulmana a finales de los años 60 pero según expertos en seguridad la organización y su negociador, Hassan Taib, no forman parte del núcleo duro de la actual insurgencia.

La organización musulmana y el gobierno de Tailandia firmaron en febrero en Kuala Lumpur un acuerdo para iniciar conversaciones de paz para poner fin a la violencia en el sur del país.

Desde entonces, ambas partes se han reunido en diversas ocasiones sin lograr que remita la violencia de un conflicto armado que ha causado unos 5.500 muertos desde que rebrotó en 2004.

Según la organización independiente Deep South Watch, 29 personas han muerto y otras 105 han resultado heridas en 86 ataques cometidos durante el Ramadán a pesar de que el Gobierno y grupos musulmanes habían acordado evitar actos de violencia durante este mes.

Los atentados con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos en Pattani, Narathiwat y Yala se repiten casi a diario a pesar del despliegue de unos 40.000 efectivos de las fuerzas de seguridad y la declaración del estado de excepción desde 2005.

Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre estas tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.

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