Los talibanes atribuyen la decapitación de civiles a "lugareños borrachos"

  • Los talibanes afganos negaron hoy cualquier implicación en la decapitación de 17 civiles, incluidas dos mujeres, que iban de boda en el sur del país, y responsabilizaron de la matanza a "lugareños armados borrachos".

Kabul, 28 ago.- Los talibanes afganos negaron hoy cualquier implicación en la decapitación de 17 civiles, incluidas dos mujeres, que iban de boda en el sur del país, y responsabilizaron de la matanza a "lugareños armados borrachos".

"Los muyahidines no conocían el incidente y obtuvieron la información a través de los medios de comunicación", dijo a Efe por teléfono un portavoz insurgente, Mohamed Yusuf Ahmadi.

Ahmadi reconoció que el lugar donde fueron hallados ayer lunes los cuerpos -en el distrito de Zamin Babur de la provincia sureña de Helmand- "está bajo control" de los talibanes pero subrayó que la acción no fue perpetrada por este movimiento integrista islámico.

"Unos lugareños armados que estaban borrachos forzaron a dos niños a vestir ropa de mujer y a bailar en la fiesta de una boda, tras lo cual se inició un tiroteo entre ellos", agregó la fuente.

La versión de Ahmadi difiere notablemente de la ofrecida por las autoridades afganas, que sostienen que los civiles fueron decapitados por los insurgentes supuestamente por participar en una celebración con música y baile.

Diversas fuentes oficiales afganas han confirmado además que dos de las víctimas eran mujeres, mientras que los talibanes se refieren a menores con vestimenta femenina.

Los insurgentes suelen ofrecer casi de inmediato información sobre acontecimientos relevantes, aunque a menudo su versión no coincide plenamente con la realidad.

Los talibanes luchan desde hace más de una década por derrocar al Gobierno afgano y forzar la salida de las tropas extranjeras del país para volver a instaurar un régimen fundamentalista islámico.

Durante su estancia en el poder, en la segunda mitad de la década de 1990, los talibanes ejecutaron castigos basados en una interpretación ultraortodoxa de la "sharía" (ley islámica), algo que ahora también hacen en territorios bajo su control.

La decapitación denunciada por las autoridades no desentona con otras prácticas habituales de los insurgentes, que prohíben actividades como escuchar música o contactos entre hombres y mujeres no vinculados por matrimonio o familia.

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