Los turcos comenzaron a votar en elecciones legislativas de alta tensión

  • Unos 54 millones de electores estaba llamados a votar este domingo en unas elecciones legislativas cruciales en Turquía, en un contexto de tensión debido a la reanudación del conflicto kurdo, la violencia yihadista procedente de Siria y un gobierno acusado de deriva autoritaria.

Los colegios electorales abrieron sus puertas a las 07H00 locales (04H00 GMT) y cerrarán a las 17h00 locales (14H00 GMT).

Los resultados se darán a conocer por la noche.

En Diyarbakir y en todo el este del país, de mayoría kurda, se notaba una fuerte presencia policial.

Desde el inicio de la votación, se observaba una afluencia masiva de electores, convocados a votar por segunda vez en casi cinco meses.

En las elecciones del 7 de junio pasado, el partido del presidente islamo-conservador Recep Tayyip Erdogan perdió la mayoría abstoluta en el parlamento y el primer ministro saliente Ahmet Davutoblu no logró formar gobierno.

Davutoglu y los jefes de los tres principales partidos de la oposición con representación parlamentaria esperan dar un vuelco a los sondeos, que pronostican resultados similares a los de hace cinco meses.

El 7 de junio, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan y Davutoglu ganó la elección con 40,6% de los votos y 258 escaños sobre 550, pero perdió la mayoría absoluta que tenía desde hacía 13 años.

Este revés terminó, al menos por un tiempo, con la ambición de Erdogan de imponer en su país una "superpresidencia" con prerrogativas reforzadas.

Los últimos sondeos otorgaban al AKP entre 40% y 43% de las intenciones de voto, cifra insuficiente para obtener la mayoría absoluta y gobernar en solitario.

"Es necesario un cambio para que nuestro país retome aliento. Turquía se ha vuelto ingobernable", dijo Ibrahim Yener, de 34 años, antes de votar en el distrito de Cankaya en Ankara, un bastión de la oposición.

En julio pasado, el conflicto armado que opone desde 1984 a los rebeldes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a las fuerzas de seguridad turcas se reanudó en el sudeste del país, enterrando así el proceso de paz iniciado hace tres años.

La guerra que arrasa la vecina Siria desde hace cuatro años alcanzó a Turquía.

Tras un primer atentado en julio, en Suruç (sur), el grupo yihadista Estado Islámico (EI) cometió el 10 de octubre pasado en Ankara un doble atentado suicida que mató a 102 personas.

Este aumento de la violencia preocupa cada vez más a los aliados occidentales de Turquía, empezando por la Unión Europea, sometida a un creciente flujo de refugiados, en su mayoría sirios, procedentes de su territorio.

"Lo único que quiero es la paz y la fraternidad. Hemos sufrido demasiado en los últimos tiempos", dijo a la AFP Mahmut Kiziltoprak, un simpatizante del Partido Democrático de los Pueblos (HDP, prokurdo) en el distrito de Sur, escenario de violentos enfrentamientos entre jóvenes armados cercanos al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y la policía.

Unos 400.000 policías y gendarmes fueron movilizados para garantizar la seguridad de las elecciones, particularmente en el sudeste.

Al término de una áspera campaña, Davutoglu movilizó el sábado por última vez a sus partidarios con la esperanza de desmentir los pronósticos.

"Turquía necesita un gobierno fuerte y hábil en este período crítico", dijo Davutoglu en Ankara.

"Vamos a eliminar definitivamente de Turquía el terror, los enfrentamientos y la violencia", dijo el primer ministro.

Aunque esta vez no hizo campaña como en las elecciones de junio, Erdogan puso en juego su influencia presentándose como único garante de la seguridad y de la unidad nacional.

"El domingo es un momento crucial para nuestro país", dijo Erdogan.

"Si nuestro pueblo se pronuncia a favor del gobierno de un solo partido, seguirá habiendo estabilidad", dijo Erdogan.

Sus adversarios denuncian en cambio una deriva autoritaria, ilustrada días atrás por la incursión espectacular de la policía en la sede de dos canales de televisión opositores.

Erdogan "se ve a sí mismo como el jefe religioso de un califato", ironizó el líder del HDP Selahattin Demirtas.

"Algunos quieren restaurar el sultanato en el país. ¡No lo permitan!", exhortó por su lado el líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP, socialdemócrata) Kemal Kiliçdaroglu.

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