Los ultraotodoxos y Netanyahu ganan el pulso y Kadima sale del Gobierno

  • El partido Kadima anunció hoy su salida del Gobierno, que podría adelantar las elecciones en Israel, tras no lograr un acuerdo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre la incorporación de los ultraortodoxos al Ejército.

Ana Cárdenes

Jerusalén, 17 jul.- El partido Kadima anunció hoy su salida del Gobierno, que podría adelantar las elecciones en Israel, tras no lograr un acuerdo con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sobre la incorporación de los ultraortodoxos al Ejército.

La mayor coalición gubernamental de la historia de Israel, que agrupaba a 94 de los 120 diputados, no ha superado los 70 días de vida: las diferencias entre el centrista Kadima y el derechista Likud en torno a la igualdad en la prestación del servicio militar han acabado con un pacto que se anunciaba hace poco más de dos meses como una garantía de estabilidad política hasta finales del 2013.

La decisión de abandonar la coalición, aprobada esta tarde por los parlamentarios del Kadima, podría llevar a la celebración de elecciones generales en el país, cuya convocatoria fue esquivada en mayo con el anuncio sorpresa de la nueva coalición.

"Lamentándolo mucho (...) no queda más remedio que decidir salir del Gobierno", dijo a sus diputados el presidente del Kadima y actual viceprimer ministro y ministro sin cartera, Shaúl Mofaz, en una reunión de emergencia a la que convocó al grupo.

Las relaciones entre Mofaz y Netanyahu se han deteriorado gravemente en las últimas semanas por el debate de la incorporación al servicio militar obligatorio (de tres años para los hombres y dos para las mujeres) por parte de los judíos ultra ortodoxos, hasta ahora exentos por una ley que el Tribunal Supremo anuló recientemente al considerarla discriminatoria.

Los dos partidos mayoritarios establecieron un comité encabezado por un diputado del Kadima para diseñar una norma alternativa que cumpliese con el criterio de igualdad pero el jefe del Gobierno, descontento con sus conclusiones, decidió disolverlo e ignorar sus recomendaciones, que el presidente del comité hizo públicas una vez disuelto.

"Lamento la decisión de rendirse ante una oportunidad para hacer un cambio histórico. Después de 64 años, estábamos muy cerca de hacer un cambio sustancial en la división de la carga. Te di una propuesta que habría llevado al reclutamiento de los ultraortodoxos y árabes desde los 18 años, te expliqué que la única forma de implementarlo es de forma gradual y sin romper la sociedad israelí", señaló Netanyahu a Mofaz en una carta difundida hoy por su oficina.

El Kadima, votado por un público mayoritariamente no religioso, no ha cedido en su exigencia de imponer sanciones individuales a los insumisos y de que toda la población fuese llamada a filas a los 18 años, sin permitir excepciones hasta una edad más avanzada, en la que muchos ultraortodoxos podrían eximirse de servir por estar ya casados.

"La cuestión del reclutamiento para todos es muy importante para Israel. Mofaz no ha visto ningún progreso en las negociaciones para esta ley, aunque esta fue el principal motivo por el que entró en el Gobierno y era parte del acuerdo de coalición", señaló a Efe Adar Avisar, portavoz de Mofaz.

Según él, "había demasiadas diferencias entre las dos partes, especialmente la edad de reclutamiento: el comité aceptaba hasta 21 o 22, pero Netanyahu quería prolongarlo hasta los 26, y a esa edad ultraortodoxos ya tienen varios hijos".

Los dos principales partidos han tratado de negociar un punto medio, pero el Kadima anunció hoy en un comunicado el fracaso de las conversaciones.

"No fue fácil entrar (en la coalición liderada por el primer ministro Benjamín Netanyahu), pagué un precio político personal, pero este asunto es fundamental y no hay otra opción más que abandonar la coalición. Cualquier concesión dañaría la imagen del Kadima", señaló Mofaz a sus compañeros.

El viceprimer ministro aseguró que "ha hecho todo lo posible por lograr un nuevo tratado social para la igual distribución de la carga (el Estado). Estaba preparado para hacer concesiones, pero también teníamos líneas rojas".

En un país en el que la seguridad es uno de los asuntos más cruciales de su agenda pública, el debate sobre el alistamiento no se ha quedado solo en la esfera política.

Hace diez días, unos 20.000 israelíes se manifestaron en Tel Aviv para exigir la llamada a filas de los judíos ultraortodoxos y el fin de la política de exenciones de la que se benefician desde la creación de el Estado de Israel, en 1948.

El lunes, unos cinco mil haredim (temerosos de dios) tomaron las calles del barrio ultraortodoxo de Mea Shearim, en Jerusalén, para protestar contra su alistamiento, advertir que de ninguna manera dejarán de lado los textos sagrados y asegurar que la dedicación a tiempo completo de sus varones al estudio de la Torá es su mejor aportación a la sociedad.

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