Compite con Londres, París, Barcelona o Lisboa

Madrid busca hacerse un hueco en la liga europea de distritos financieros

La iniciativa anunciada por Martínez Almeida no es algo nuevo: existen en toda Europa, son sinónimo de negocios y sus regímenes urbanísticos, jurídicos y hasta fiscales difieren mucho en cada caso. 

Aprobado por unanimidad Madrid Nuevo Norte
Madrid busca hacerse un hueco en la liga europea de distritos financieros

Madrid llevaba años queriendo jugar en la liga de los rascacielos, pero hasta que levantó las Cuatro Torres fue incapaz de hacer sombra a sus homólogos europeos, capitales que por su historia o condición, desarrollaron entornos dedicados a la actividad económica y financiera. La operación Chamartín, ahora renombrada como Madrid Nuevo Norte, ha generado unas expectativas y condiciones que, a priori, facilitarán la ubicación de multinacionales y grandes empresas en un entorno diferenciado de la capital, con las ventajas e inconvenientes que conlleva un ámbito así.

El alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida, anunció esta semana la creación administrativa de un distrito financiero en Madrid aprovechando este nuevo desarrollo urbanístico -del cual todavía no se ha movido una piedra- y el área financiera de las Cuatro Torres, que ahora suma una quinta tras la reciente inauguración de la IE Tower. Lo hizo a un año de las elecciones, en un debate sin grandes anuncios y sumido en un momento político complicado. ¿Es factible crear este distrito?

Almeida se enumeró las "ventajas extraordinarias" que este nuevo distrito "va a generar marca para Madrid", que permitirá "individualizar y singularizar" los servicios públicos de la zona, que tendrán "particularidades distintas" a las del resto de la ciudad. Para poder establecer esta nueva "demarcación administrativa" será necesario modificar el reglamento orgánico del pleno del ayuntamiento de Madrid -donde se ordenan los distritos y sus competencias-, con el fin de establecer "una administración a su servicio". Fuentes municipales afirman a La Información que su concejal estará dedicado a la "atracción de inversores" internacionales "pero también del resto de España", además de incentivar la innovación y gestionar las tareas propias del ámbito. 

El futuro distrito financiero madrileño comparte con sus análogos europeos esa condición de ser un proyecto de regeneración urbana sobre un área con mucho potencial, pero diverge con éstos en otros aspectos que dificultan su implantación: su delimitación geográfica es más compleja y las peculiaridades jurídicas, fiscales o políticas de los downtowns del continente tienen un encaje difícil en la legislación española. Estas son algunas de las capitales que, de una forma u otra, consiguieron impulsar su Manhattan local:

Lisboa: la ciudad que recuperó su río

La capital de Portugal aprovechó la celebración de la Exposición Universal de 1998 para iniciar la rehabilitación de unos antiguos terrenos industriales y portuarios situados a las afueras de la ciudad. El proyecto supuso la conversión de un total de 340 hectáreas a lo largo de 5 kilómetros en el “parque de las Naciones”, una nueva centralidad y fachada urbana que abría la ciudad al río Tajo. En dicho parque se ubicaron espacios como el pabellón Altice Arena, el centro comercial Vasco da Gama o el Oceanario, segundo mayor museo de biología marina de Europa. El ámbito se completó con la construcción de la estación de Oriente o el Puente Vasco da Gama. 

Grandes empresas, servicios y administraciones se han ido instalando en la que a la postre se ha convertido en el área financiera de la capital lusa. La segunda urbanización se saldó con el traslado del recinto ferial de la ciudad o la instalación de grandes empresas que situaron sus cuarteles generales en el entorno, como Vodafone. También permitió la reapertura o reutilización de espacios como la Marina náutica, la instalación del Casino de Lisboa en un antiguo pabellón o la construcción de un hotel de lujo junto a la torre Vasco da Gama, símbolo de aquella Expo con sus 145 metros de altura, que ahora acoge un restaurante.

La Ley de reorganización administrativa de Lisboa puso la guinda a la zona de moda de la capital: permitió la creación de la nueva parroquia (distrito) del Parque de las Naciones y la dotó de recursos económicos vinculados a sus nuevas competencias. La investigadora Patricia Pereira, de la Universidade Nova de Lisboa y que trabajó sobre el impacto social de la propuesta, criticó la inversión del Estado "realizada en favor de los intereses privados”, pero reconoció cómo el cambio ha permitido generar espacios públicos heterogéneos y utilizados por "individuos de diversa procedencia socioeconómica" que acuden a la zona incentivados por la diversidad de servicios y alternativas de ocio.

París: La reinvención de La Defénse

La Défense siempre había sido un suburbio parisino hasta que Citibank y el consejo general de Seine (el órgano administrativo del entorno) decidieron instalar sus sedes en el entorno del monumento que da nombre este barrio de negocios. Hoy es el principal distrito financiero de la Unión Europea y acoge a veinte de las cien empresas más grandes del mundo, además de la sede social de la mayoría de grandes empresas francesas. Su urbanismo, tal y como lo conocemos hoy, fue desarrollado a mediados de los años 60 con el fin de ampliar el eje de los Campos Elíseos y desconcentrar el empleo del casco histórico.

Con más de 3 millones de metros cuadrados, alberga a cerca de 3.000 empresas, 180.000 trabajadores y unos 20.000 habitantes que residen en 71 rascacielos, además de zonas comerciales, 2.600 habitaciones de hotel y amplias zonas verdes. Su desarrollo estuvo controlado desde el principio por una figura pública encargada de la gestión del ámbito que en 2006 propuso una segunda regeneración para evitar la degradación del entorno. Este plan fomentó la construcción de 300.000 m2 de oficinas, la renovación de inmuebles, nuevas viviendas, la reconversión del bulevar central en una inmensa explanada peatonal o el cambio en el modelo de gobernanza, que pasó a ser público-privado.

Société Générale, Total, Aventis, Arcelor, Saint-Gobain, AIG o EDF son algunas de las multinacionales ubicadas en el ámbito, coronado por la torre First, propiedad de AXA que alcanza los 231 metros de altura. La Défénse es hoy un distrito lleno de rascacielos que comparte con los usos residencial y comercial. Su éxito reside en una apuesta por devolver el espacio público a los peatones (el 85% de los trabajadores acuden en transporte público) y generar una oferta cultural y medioambiental que complementan la actividad diaria.

La ‘City’ de Londres que se basa en un régimen del pasado

Aunque el Brexit ha dejado tocado su título de capital financiera europea, Londres sigue teniendo un importante dinamismo económico que obligó a sus instituciones a plantear proyectos de remodelación para dar encaje a nuevos centros financieros. El primero fue Canary Wharf, un complejo de negocios impulsado bajo el gobierno de Margaret Thatcher que reconvirtió la antigua industria portuaria en un entorno que acoge dos de los edificios más altos del Reino Unido.

Sin embargo, la verdadera reconversión fue la de la City de Londres, uno de los centros globales del mundo financiero. El ocaso del Reino Unido como potencia industrial hizo que su gobierno reconvirtiera su economía hacia el sector servicios y financiero, teniendo como máximo exponente todo este barrio pleno de rascacielos que apenas ocupa dos kilómetros cuadrados. La importancia de la City se demuestra con sus cifras: acoge a más de 500 entidades bancarias, genera el 2% del PIB británico y aunque apenas hay 9.000 residentes, cada día acceden a ella más de 350.000 trabajadores.

Su régimen jurídico es, al mismo tiempo, peculiar. La política local se rige por una ley vigente desde 1435 que reconoce el derecho a sufragio de las empresas y otorga votos en función del número de empleados, con el cual controlan de facto al Lord Mayor, el alcalde de esta área de negocios, cargo que se renueva anualmente, no tiene salario y que se dedica a representar los intereses de la City. Tampoco sus sistemas fiscal ni jurídico están sujetos a las leyes británicas, lo que le ha valido la consideración de "paraíso fiscal" a los ojos de buena parte del mundo. Es, a efectos prácticos, una isla jurídica y política.

22@ de Barcelona: la ciudad mixta

Un modelo más cercano al londinense es el del distrito 22@ de Barcelona, una iniciativa del ayuntamiento de Barcelona en el año 2000 para transformar 200 hectáreas de suelo industrial en el barrio de Poblenou y convertirlo en una centralidad tecnológica y terciaria. El plan inicial pretendía crear más de 3,2 millones de m2 de edificabilidad y alojar hasta 130.000 empleados, que pertenecían a varios clústeres: TIC, comunicación, tecnologías médicas, energía y diseño. Unas 4.500 empresas se han instalado desde entonces, convirtiendo a la capital catalana en el principal motor del mercado inmobiliario de oficinas en España: concentró el 71% de las operaciones durante 2021 y duplicó las de Madrid. 

Sin embargo, su concepción como distrito de oficinas no está exenta de problemas. El plan inicial facilitó la construcción 5.200 viviendas de protección oficial, que Ada Colau quiso extender hasta las 9.500 al llegar a la alcaldía a cambio de diseñar una ampliación del distrito hacia el norte. Los vecinos mostraron su rechazo: pedían menos hoteles y oficinas y más vida en la calle. Tras tres años de "escucha mutua" se presentó la alternativa: el plan 22@ Norte sería un nuevo modelo urbano basado en una “ciudad mixta” que compagine la vida cotidiana con la actividad económica y la protección del patrimonio. Incluye 15.800 nuevas viviendas (el 60% protegidas) y mantiene su idea de construir un millón de m2 de terciario que acogerán hasta 60.000 empleos “de calidad y alto valor añadido” que buscarán generar sinergias y "equilibrar el ecosistema productivo".

El plan de Barcelona pasa por equilibrar el carácter productivo con el concepto residencial, mezclando empresas consolidadas con startups, pymes y comercios locales, sin beneficios fiscales ni regímenes jurídicos diferenciados más allá de fomentar un modelo de ciudad distinto. La única excepción es la creación de la “Oficina 22@”, una ventanilla única de atención al ciudadano y a las empresas que trata de incentivar y generar la actividad en el entorno. El 22@ pretende atraer por su forma de ser, por contener ejes verdes y culturales o convertirse en el distrito de la innovación que atraiga universidades, centros de investigación y organismos que fomenten un ecosistema propio.

De Madrid Nuevo Norte sólo se conoce lo que se ha presentado en renders, planes urbanísticos y anuncios políticos. Poco se sabe de su afección al territorio, de las dinámicas internas que generará en la ciudad o de si estará a la altura de los modelos de ciudad que se plantean para las sociedades pospandémicas: sólo el tiempo dirá si su implantación ha permitido afrontar los retos que dice perseguir. 

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