Transparencia y acción conjunta. El encuentro entre los líderes de Madrid y las 'Castillas' ha logrado limar asperezas y se ha saldado con un acuerdo que mira a la máxima claridad para que los tres territorios salgan airosos de la segunda ola. La Covid no cede en España y las autonomías ya valoran todos los escenarios. Este lunes, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se ha reunido con los presidentes de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, y Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page. Sobre la mesa pesaban una vuelta al 'cole' incierta y un flujo continuado de personas de un territorio a otro que pone en jaque la contención del virus.
"Hemos acordado un flujo diario de información sobre la evolución del curso escolar", ha informado al término de la cita García-Page. La falta de mando único urge a la cooperación entre CCAA para atajar la transmisión del virus en una cascada de rebrotes que ha llegado antes de lo esperado. El mantra de la "unidad" ha trascendido desde La Moncloa y ha calado en los gobiernos regionales. Así, los tres presidentes han acordado compartir también información sobre el rastreo y la seroprevalencia en sus respectivos territorios, donde el tránsito de personas obliga a un acercamiento.
Todo apunta a que los encuentros como el que han protagonizado Page, Ayuso y Mañueco serán la tónica común para gestionar unos meses que, atendiendo a la evolución de la curva en el país, tendrán en vilo a las autoridades españolas. El balance de este lunes ha revalidado la necesidad de remar en la misma dirección. Y es que este fin de semana se ha saldado con 26.560 nuevos positivos, cerca de 8.000 casos diarios según el análisis de Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES).
La foto que han dejado los tres presidentes este lunes sella el cruce de acusaciones que inició el líder manchego hace unos días, cuando tachó a la región madrileña de una "boba vírica radioactiva", de la que habían salido "el 80% de los casos" registrados en Castilla-La Mancha. El Gobierno madrileño con mesura -"un desacierto total"- y Díaz Ayuso optó por un acercamiento con García-Page a quien indicó que estaban "en el mismo barco", y tendió la mano a la colaboración.
"Las decisiones de cada CCAA puede perjudicar a otras"
El temor a un efecto dominó sirve de acicate para el entendimiento. "Una decisión en una comunidad autónoma puede perjudicar a otra", ha sentenciado Ayuso. La líder 'popular' ha detallado que las tres regiones firmarán protocolos en materias como sanidad, educación o transportes. Sobre el papel, todas ellas compartirán experiencias para conocer como la autonomía limítrofe actúa frente al coronavirus.
El documento en el que ha fructificado la reunión de este lunes es toda una declaración de intenciones que aplaza la polémica de los últimos días. "Las tres comunidades centrales de España, que en su conjunto suman más de 11 millones de habitantes, consideramos que la expansión del COVID19 y sus consecuencias no conocen de fronteras, por lo que estamos dispuestos a hacer tantos esfuerzos conjuntos como sean necesarios para limitar sus efectos", reza el comunicado conjunto.
Los puntos del acuerdo
Además de los elogios compartidos y las declaraciones de unidad, el encuentro ha dado lugar a una batería de medidas concretas con la transparencia como eje. Según lo acordado, las tres CCAA compartirán estudios de seroprevalencia y de rastreo, "en especial para analizar la movilidad entre las tres regiones", así como establecerán "sistemas de evaluación diaria e intercambio de información sobre la evolución de la epidemia".
Las tres regiones también tratarán de aplacar los estragos de la Covid. "Facilitaremos el intercambio de prácticas para los alumnos de Formación Profesional entre empresas de las tres comunidades, ya que el COVID-19 ha
perjudicado la celebración de estas prácticas". El acuerdo tampoco deja al margen al Gobierno. "Mantendremos la coordinación y los encuentros semanales entre las tres comunidades y el Ministerio de Sanidad", insiste el texto.
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