Era el momento más esperado. La llegada de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que ha sido su mayor apuesta durante la crisis sanitaria. Sonaban tambores de protestas en los días previos al gran día. La movilización de los sanitarios más críticos con el proyecto se desfondó a última hora. Los profesionales que han aguardado a la presidenta regional a las puertas del megahospital apenas llegaban a un centenar. Menos de los necesarios para silenciar el barullo de los periodistas. Más de los que, a día de hoy, la CAM ha logrado desplegar por los pasillos del proyecto estrella.
La Comunidad no quería flecos sueltos. Los tambores de manifestación han desembocado en un despliegue policial cuyos efectivos, momentos antes de la aparición de la persidenta madrileña, superaban a los manifestantes. Con cuentagotas, más sanitarios han ido llegando al lugar y, finalmente, se han extendido a lo largo de toda la acera frente a la entrada principal. Las proclamas y pancartas dejaban claro su mensaje: 'Ayuso dimisión' y 'Vergüenza', los eslóganes más repetidos. Además de los cinco furgones policiales apostados frente al hospital de Valdebebas, la líder madrileña se ha asegurado el respaldo de su equipo y de la cúpula del partido.
Minutos antes de la llegada de Díaz Ayuso, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, ha aterrizado en Valdebebas, acompañado del vicepresidente autonómico, Ignacio Aguado. El más madrugador de la plantilla madrileña ha sido el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, que ha acudido al encuentro acompañado del viceconsejero de Salud Pública, Antonio Zapatero. Ambos han recibido las críticas más duras por parte de los manifestantes.
El hospital aún no está acabado. Varios metros detrás de la entrada principal, donde las autoridades alargan los saludos, los operarios siguen trabajando, a ritmo frenético, para poner la última piedra a una obra faraónica que la CAM asegura haber construido en tres meses. Cinco si se tiene en cuenta cuándo tuvieron lugar las primeras paladas. Más si se toma en consideración que las obra sigue en marcha.
"En nuestros hospitales hay goteras, venid a inaugurarlas". La denuncia de los sanitarios apostados frente al megahospital era unánime y exigía el desembarco de las autoridades madrileñas en el resto de hospitales del SERMAS, cuyo futuro más inmediato queda en el aire con el horizonte, cada vez más próximo, del Isabel Zendal en funcionamiento. Y es que la CAM aún no ha definido, a fecha de 1 de diciembre, cómo va a tapar los huecos que dejen en las plantillas del SERMAS el batallón de médicos, enfermeras, TCAEs, celadores... que la CAM espera trasvasar no tardando mucho.
Madrid abrió un primer proceso de reclutamiento voluntario para cubrir las 240 camas del pabellón 2, el espacio con el que el Zendal, según los planes de la CAM, empezaría a andar antes de final de año. Tras diez días de listas abiertas, la comunidad apenas logró reunir a 111 profesionales de los cerca de 600 que exige la asistencia en este espacio. A fecha de este 1 de diciembre, el gobierno regional aún no ha definido cuántos profesionales sacará de cada centro del SERMAS para blindar el proyecto estrella de la líder madrileña.
Hasta llegar a la plantilla que exige esa apertura por fases, 669 profesionales de varias especialidades, la CAM iniciará un proceso de traslado 'forzoso de los sanitarios que firmaron un contrato de refuerzo Covid para apoyar en el resto de hospitales durante la pandemia. La propuesta, además de críticas por la propia movilización a la fuerza de profesionales que no quieren salir de sus hospitales.
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