Estudian renunciar a sus plazas

Los sanitarios de Madrid se mueven por el colapso del virus y preparan huelgas

Los médicos de atención primaria serían los primeros en movilizarse por la falta de efectivos y la carga de trabajo que padecen por los repuntes en la comunidad madrileña.

Manifestación de sanitarios en Madrid
Manifestación de sanitarios en Madrid
EFE

La difícil situación que atraviesan los centros de salud de la Comunidad de Madrid puede explotarle a su gobierno en medio de la segunda oleada de coronavirus. Los sanitarios llevan semanas avisando de que están al límite, con médicos atendiendo a decenas de pacientes al día y teniendo que encargarse de las labores de rastreo. Tampoco hay enfermeros o enfermeras suficientes, que son imprescindibles en la atención primaria. Y no se ha producido un refuerzo de las líneas telefónicas o del cuerpo de administrativos, cuando son clave para agilizar posibles tratamientos y evitar aglomeraciones o visitas injustificadas a emplazamientos tan delicados. Por eso ya se están preparando movilizaciones que acabarían desencadenando en una huelga, según las fuentes sanitarias y sindicales consultadas por La Información. La cual se llevaría a cabo incluso en medio de este momento tan delicada. 

Aunque la Consejería de Sanidad anuncie planes de refuerzo, los sanitarios y sus representantes no están dispuestos a esperar más. Los sindicatos y las organizaciones que les representan les han enviado varias encuestas en los últimos días para que les trasladen cómo ven el panorama y qué consideran que debería hacerse. La respuesta de la mayoría de los facultativos es clara: quieren movilizarse. E incluso se habla de una recuperación total de la figura de la Marea Blanca, el grupo que encabezó y convocó las protestas contra las privatizaciones sanitarias del gobierno de Esperanza Aguirre. Y que con su influencia lograron parar varias operaciones previstas y sumar a su causa a una parte considerable de la sociedad madrileña.

La huelga no es ni mucho menos el último recurso. Las distintas fuentes consultadas apuntan a que entre compañeros es ya una conversación habitual, y que ni siquiera la pandemia les detendría. La carga de trabajo no es la que les prometieron cuando la Comunidad de Madrid anunció sus refuerzos sanitarios. Tener que asumir tareas de rastreo y no contar con refuerzos en pleno pico, como ocurrió en agosto, es lo que ha terminado por convencerles. Por tanto, y aun con el posible rechazo social que podría generar en ciertos grupos, están dispuestos a parar. El objetivo no es otro que demostrar las dificultades por las que están pasando, al asegurar que no hay visos de que cuenten con refuerzos o se dé un giro para dar más peso a la atención primaria. 

Pero antes de los paros, la Comunidad de Madrid puede tener otro problema muy serio. Ya hay médicos eventuales que están renunciando a sus plazas por agotamiento, ya sea físico o mental, o por tener una oferta mejor en otra autonomía. Esto está provocando que haya centros de salud que están perdiendo personal sin que les dé tiempo a reponerlo a tiempo. O incluso, ni siquiera se les sustituye por otros interinos. Una problemática incipiente que se puede agravar, ya que varios grupos de doctores y doctoras se están organizando para discutir si realizar una renuncia colectiva de sus puestos, como ha podido saber este diario. Algo que sería inédito, y que abriría un nuevo frente en una atención primaria que ya está muy precarizada de por sí.

Otro de los motivos para tomar esta medida tan drástica es que advierten de que lo peor está por venir en Madrid. Como cuentan tanto los profesionales como los sindicatos, desde el 15 de septiembre tendrán que estar disponibles todos los trabajadores sanitarios en los hospitales. No habrá vacaciones, y se pondrán trabas a las libranzas y los permisos retribuidos. Una medida que ya estaba prevista, y que en principio solo iba a afectar a periodos vacacionales. Esta orden, sumada a la evolución de la pandemia en la región, ha activado todas las alarmas en un sector que asegura que aún le faltan casi 2.500 profesionales de los más de 10.000 que prometió el Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso. Un otoño que, si nada cambia, va a provocar que la presión de la primaria acabe en los hospitales.

Las otras denuncias en las que basan la futura huelga responden precisamente a esa falta de medios y de personal. Decenas de consultorios de municipios pequeños permanecen cerrados, lo que motiva el desplazamiento de miles de madrileños a otros pueblos para ser atendidos. También continúan cerrados los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP), que fueron clausurados el pasado 22 de marzo por la crisis sanitaria. Lo que ha puesto en apuros a los servicios de urgencia SUMMA, que están desbordados. Además, no hay planes para renovar a los efectivos extra que se incorporaron por la pandemia. Todos ellos finalizan contrato el 31 de diciembre, y ya empiezan a estar inquietos por si Sanidad decide no renovarles. 

Sindicatos como CCOO anunciarán sus planes a finales de la próxima semana, tras haberse dedicado los últimos días a sondear a sus afiliados. Fuentes de la organización señalan que aún no hay nada decidido. Pero que no solo los sanitarios están dispuestos a la huelga. Organizaciones vecinales, muchas de ellas vinculadas a la Marea Blanca, ya les han mostrado su disposición a apoyarles en todas las reivindicaciones que se realicen. Y si hay paros, los hospitales serán los primeros en sufrirlos. "No me gustaría ser médico de urgencias en un hospital si hay una huelga en primaria", advierte un profesional del sector. 

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