Aunque limita su horario nocturno

El oasis de Madrid: Ayuso rechaza cerrar la hostelería frente al resto de las CCAA

La autonomía madrileña rechaza tomar medidas como las de sus vecinos de Castilla-La Mancha y Castilla y León para contener la expansión del virus. El sector insiste en que se le está culpabilizando. 

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea de Madrid
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en la Asamblea de Madrid
Agencia EFE | Víctor Lerena

El aumento constante de los contagios ha provocado que las autonomías hayan decretado restricciones que son más severas con el paso de las semanas. Uno de los sectores que más está sufriendo estas limitaciones de horarios, que incluso pueden implicar que no puedan levantar la persiana, es el de la hostelería. Gran parte de las comunidades han optado por ordenar el cierre de los bares y restaurantes, alegando que son lugares en los que el virus puede expandirse por la concentración de personas y la falta de ventilación en algunos de ellos. Una línea que siguen todas las CCAA... menos una. La que se ha autodescartado de la clausura de estos negocios es la Comunidad de Madrid, que se mantiene como el 'oasis' de los hosteleros, a los que por ahora solo limita el horario nocturno. Política que contrasta con la de los territorios vecinos, dado que en Castilla-La Mancha y Castilla y León estos espacios ya están cerrados

La decisión de no sumarse a esta política en la lucha contra el virus la asumió personalmente la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Esta misma semana, la responsable del Ejecutivo regional aseguró que no iba a adelantar el toque de queda para perjudicar al sector. Y por supuesto, aseguró que no iba a decretar el cierre de la actividad aunque esté considerada como no esencial. Dos días después, su consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ha anunciado que los negocios de restauración perdían una hora de apertura, al confirmar que ordenarían por decreto su cierre desde las 21 horas. Una medida que va acompañada de un adelanto de las restricción de movilidad nocturna, que desde el lunes 25 comenzará a las 22h y se extenderá hasta las 6h del día siguiente. Y es que es la única aplicada por el momento.

Quitando la vinculación de la hora del cierre con el toque de queda, Madrid es la única autonomía que no ha diseñado un plan por el que los bares y restaurantes tengan que cerrar a partir de unas tasas de contagios determinadas o en función del municipio en el que se encuentren. Esa es la fórmula por la que han optado País Vasco, Andalucía o Extremadura, que ordenan clausuras cuando en determinadas localidades se registra una incidencia acumulada que supere ciertos valores. Aunque hay otros valores que se tienen en cuenta, como el número de habitantes en esas ciudades o pueblos. Lo que supone un golpe para el sector, pero mucho más suave de lo que podría ser.

En otras CCAA, las autoridades sanitarias han optado por ser más restrictivas e impedir directamente la apertura de cualquier local que se dedique a servir bebida o comida. Castilla y León y Castilla-La Mancha han sido las primeras de esta tercera ola en clausurar el sector. Decisión que han tomado 'imitando' lo que hizo Cataluña a finales del año pasado, que fue la única región que optó por esta restricción por afrontar una etapa muy complicada debido a que los contagios estaban disparados. Que es lo mismo que ocurre ahora en todo el país. La Rioja y la Comunidad Valenciana son los otros territorios que se han sumado a los cierre. Y hay otras que no cierran del todo, pero sí impiden que abran los interiores (como Asturias) o han impuesto horarios mucho más limitados. 

Con este panorama, la Comunidad de Madrid destaca por ser la más permisiva con esta actividad. Algo que Ayuso ha llevado a gala desde que se les permitió reabrir tras el confinamiento domiciliario de marzo. Desde entonces, y como demostró también en la segunda ola, ha insistido en defender que los locales continuaran abiertos y a no limitar que sirvan comidas o cenas. Este último caso, que es el que más ingresos suele reportar a los negocios, estará mucho más complicado tras el último adelanto del toque de queda. Pero el resto de horas podrán abrir con normalidad. Lo que sí tendrán que cumplir desde ahora es que tan solo haya cuatro personas por mesa. Y tendrán permitido que en sus interiores o terrazas se reúnan ciudadanos que no conviven en casas, lo cual estará prohibido desde el lunes dentro de los domicilios. 

Los cierres son eficaces, según los expertos

Aunque Ayuso argumenta que las medidas más restrictivas a la hostelería implican "arruinar aún más a muchas familias", los expertos consultados por esta redacción aseguran que es una de las medidas que más ayuda para reducir la curva de contagios. De hecho, aseguran que solo el confinamiento domiciliario está por encima en efectividad. Argumento que ha compartido en público en varias ocasiones el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), Fernando Simón. Y que ha despertado las iras del sector, que ha reclamado la destitución de Simón y ha exigido que se les deje de culpabilizar por la difícil situación epidemiológica que vive el país.

Las últimas medidas de la Comunidad de Madrid que restan una hora de actividad a los hosteleros está previsto que duren al menos dos semanas. Pero el consejero de Sanidad regional ya ha avisado de que el momento de la pandemia es de una gravedad tan extrema que puede que las restricciones de las autonomías puedan no ser suficientes para contener al virus. Por lo que ha abierto la puerta a que apliquen decisiones que impidan aún más las actividades no esenciales. Como es el caso de los bares y restaurantes. Los cuales han reconocido a Isabel Díaz Ayuso que les haya apoyado durante toda la crisis sanitaria. 

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