1.084 colegios electorales en la CAM

Colas el 4-M: "No todos pueden darse el lujo de irse hasta dos horas del trabajo"

Más de un centenar de personas aguantan en un día caluroso hasta el momento para emitir su voto para la presidencia de la Comunidad de Madrid, con más o menos distancia de seguridad. 

Votantes esperan su turno para ejercer su derecho al voto en el Colegio Pinar del Rey en Madrid
Votantes esperan su turno para ejercer su derecho al voto en el Colegio Pinar del Rey en Madrid
EFE

El sol brilla sobre las frentes de los ciudadanos que hacen cola en las primeras horas de la tarde del 4 de mayo, el día señalado para  las elecciones por la presidencia de la Comunidad de Madrid. En algunos casos, las muchedumbres superan el centenar de personas, gente de todas las edades, con perros y niños, que llegan a pasar más de media hora a las puertas de algunos de los 1.084 colegios electorales de la Comunidad.

"Los principios de semana tienden al desastre", admite Vicente, que tiene el día libre por ser profesor de un instituto. Lleva 25 minutos en la cola esperando para entrar en el IES Juan de la Cierva, durante los cuales esta se ha alargado. Algunas de las ideas que tiene para mejorar la situación de los votantes incluyen sombrillas y botellas de agua, por lo menos para los de tercera edad. "Que yo tengo 30 años y me la suda", dice riendo. La apertura de otros puntos para votar también podría haber aligerado la carga del instituto, en su valoración.

No todos comparten su opinión. Según Jon, que logró entrar en el centro a votar tras más de 30 minutos de cola, "hacerlo en otro sitio es más trabajo, porque es mejor llegar a un lugar cerca y tardar media hora que viajar media hora y votar en cinco minutos", explica a La Información. 

Avelino, que espera con una sudadera encima de su cabeza, es más tajante. Además del costo económico que representan todas las horas perdidas por la gente que va a votar, señala el riesgo de contagio por Covid-19 en las colas, que se vuelve mucho mayor en el caso de los miembros de mesa, incluso si reparten mascarillas en las entradas. "Lo mejor habría sido no haber convocado las elecciones, que tienen que ser libres y cómodas", afirma. 

La mayoría de los votantes coinciden en que lo ideal hubiera sido celebrar las elecciones otro día, incluso en situaciones muy distintas. Pedro y Ángela, que fueron juntos al IES San Isidro, observaron que es la primera vez que no hay colas en el lugar. "El único problema es que no hay nadie", dice Pedro riendo. Ángela, por su lado, juzga que se perdió la oportunidad de hacer las elecciones en un día festivo "como han hecho siempre". "No aprovecharon sábado, ni domingo ni ayer, que era fiesta, para convocar", exclama. Su marido le da la razón. "Por muchos derechos que tengas, no todo el mundo puede darse el lujo de irse dos horas del trabajo", opina.

Otros ven positivamente este desarrollo, especialmente en comparación con los centros más frecuentados. "Aquí no había nada porque este centro es mucho más grande, hay dos patios", explica Joseba, que pasó cerca de otro colegio mucho más concurrido en su camino. "En el colegio de allá también hay dos, pero son mucho más pequeños. Imaginaba que iban a estar haciendo cola ahí, pero no tanta".

Se refiere al CEIP Sant María, al que llegan votantes después de rodear el Parque Casino de la Reina. Cientos de personas hacen cola, con mayor o menor consideración por la distancia de seguridad para no contagiarse, un factor que, si bien no influye en el tiempo de espera, incide en la desesperación que sienten algunos. "Deberían poner más mesas, utilizar los espacios abiertos", opina Alfredo, que admite estar harto de esperar. "Este centro tiene un patio tremendo donde podrían haber puesto más mesas, pero no lo están utilizando", dice.

Julio, que avanza con dos muletas de antebrazo, se lo toma con más calma, a pesar de haber esperado casi media hora. "Me han ofrecido pasar antes, pero prefiero estar acompañado", dice, señalando a su pareja. "Me podría explicar la espera por el tema Covid. Pero lo que no entiendo es que a quienes organizaron esto no les importen los niños, que se han perdido un día lectivo". Antes de entrar, su compañera exclama que la longitud de la cola es una vergüenza, "La cola llega a la glorieta de Embajadores", dice. "Podrían haberlo convocado el lunes sin ningún problema". No se puede observar desde el punto de entrada al colegio, pero si uno se asoma por la Ronda de Toledo, la cola se pierde en la distancia y el estruendo de los coches.

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