Máxima igualdad para el 4-M

El empate de bloques en Madrid aboca a una economía paralizada otro año más

La posibilidad de una Asamblea ingobernable dificultad que se puedan aprobar unos nuevos presupuestos, que serían los primeros desde 2019. Las empresas y sectores clave insisten en reclamar ayudas directas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso
Agencia EFE | Zipi

La Comunidad de Madrid arrastra casi dos años de pocos movimientos en su economía. Las cuentas públicas madrileñas acumulan dos años de prórrogas, después de que la presidenta, Isabel Díaz Ayuso, no haya logrado aprobar unas propias. La convocatoria electoral anticipada del 4 de mayo que decretó la jefa del Ejecutivo provocó que se enterrara toda posibilidad de impulsar la actividad y las reformas que llevan años pendientes. El acuerdo de Presupuestos que firmó con su entonces socio, Ciudadanos, acabó en un cajón. A estas cuestiones se añade ahora la posibilidad de que los partidos de derecha e izquierda empaten en la suma de sus escaños. O que el reparto de diputados ofrezca combinaciones que dejen una Asamblea ingobernable. Lo que puede provocar una repetición electoral. Y otro año más de parálisis económica. 

El apoyo similar que recibirían los bloques de derecha e izquierda que pronostica el CIS preelectoral publicado este lunes es el que puede mantener el marasmo económico. El empate a 68 escaños que augura el departamento que dirige José Félix Tezanos (y que ha sido puesto en cuestión por expertos en demoscopia) pondría a la autonomía en una situación límite. Salvo en el caso de que un diputado de la derecha o la izquierda se cambiara de banda o se abstuviera, la situación provocaría que se repitieran las elecciones. Un pronóstico que se produce justo un mes antes de que se pongan las urnas. Y que deja a la izquierda más cerca que nunca de recuperar Madrid

Hasta ese 4-M, las tendencias pueden sufrir cambios sustanciales. Está por ver cómo evolucionan las expectativas de Ciudadanos, al que numerosos sondeos señalan como fuerza extraparlamentaria. El otro partido que tendrá que estar pendiente del escrutinio es Vox. El empuje de Ayuso les puede restar un apoyo elevado que puede traducirse incluso en que no obtengan representación por no superar el 5% de los votos que se exige como mínimo en la cámara madrileña. Lo que puede provocar que el éxito de la 'lideresa' del PP se lleve por delante a sus socios potenciales. Y también la mayor parte de sus opciones para gobernar. 

Unas cuentas de Garrido... cuando estaba en el PP

Los últimos Presupuestos autonómicos son de 2019. Fueron aprobados a finales de 2018 bajo la presidencia de Ángel Garrido, que aún estaba en el PP antes de pasarse a Ciudadanos. Quien le apoyó fue precisamente el que luego sería su jefe en las filas naranjas, Ignacio Aguado. En aquel momento, Isabel Díaz Ayuso aún era una desconocida para el gran público y era una diputada rasa que ya empezaba a aparecer por las televisiones nacionales. Podemos todavía era un solo partido, ya que Más Madrid no existía. Vox aún ni siquiera había despuntado en Andalucía, donde comenzó su camino de éxitos. De aquel año, solo 'sobrevive' Ángel Gabilondo. Por lo que el panorama político ha dado un giro radical. Al contrario de lo que ha sucedido en el ámbito económico.

Esas cuentas pensadas para poner fin a dos años de prórrogas incorporaban numerosas medidas para cambiar el panorama económico e inversiones para paliar las consecuencias de la crisis del coronavirus. Unos de los grandes paquetes que incorporaba el proyecto que 'populares' y naranjas estaban negociando con Vox era un 'rescate' de hasta 1.000 millones de euros para empresas, pymes y familias. El plan, diseñado por la Consejería de Economía que dirigía Manuel Giménez (Cs), contemplaba que 600 millones se destinaran a las compañías golpeadas por la pandemia. Los otros 400 estaban pensados para autónomos, pymes y el resto de ciudadanos. Del total, 85 millones eran para inyecciones directas a la hostelería. El adelanto electoral enterró esas medidas. Al menos por el momento.

Desde ese pacto para las cuentas de 2019, en la Comunidad de Madrid apenas se han producido cambios en el esquema económico. En el año y medio en el que PP y Ciudadanos compartieron Consejo de Gobierno, solo lograron que la cámara madrileña les aprobara una ley. Se trataba de una reforma de la ley del suelo, cuya aprobación además fue recurrida a los tribunales por la oposición. La izquierda de PSOE, Más Madrid y Podemos denunció que no hubo 'quorum' suficiente en el hemiciclo para que saliera adelante. Ayuso y Aguado también lo intentaron con una reducción de impuestos que iba a beneficiar a varios colectivos, como los jóvenes. En este caso, fue Vox quien tumbó la medida, en lo que fue todo un aviso de Rocío Monasterio a la presidenta para que contara más con ella. 

El paso del coronavirus tampoco ha ayudado a que la economía madrileña se dinamice. La Comunidad cerró 2020 con una caída del Producto Interior Bruto del 10,3% con respecto a 2019. Es decir, su PIB se redujo hasta los 215.397 millones cuando en el anterior ejercicio alcanzó los 240.219 millones. Una caída que se espera puedan paliar el respaldo que llegue de los fondos europeos, los cuales tendrá que gestionar casi al completo el nuevo Ejecutivo regional que salga de las urnas. Pero aunque el golpe ha sido severo, estas cifras no han impedido que Madrid continúe como el motor español. Además, es de las que mejor soportó el paso de la crisis sanitaria, dado que Cataluña perdió en el año del Covid-19 un 11,4% de un año a otro.

Lo que está por ver es si los resultados del 4-M permiten al PP mantener sus planes o si se puede producir un vuelco que dé el poder a la izquierda. Una circunstancia que supondría un cambio radical en las políticas económicas de la Puerta del Sol en los últimos 26 años. Desde Alberto Ruiz-Gallardón y pasando por Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes, Madrid ha llevado a cabo una estrategia que los indicadores muestran que ha sido beneficiosa para sus intereses. Esa dinámica de impuestos bajos cambiaría por completo con Ángel Gabilondo, Mónica García y Pablo Iglesias. Cambios que, con Presupuestos o no, aun tardarían en notarse sobre una economía que lleva sin alternaciones dos años largos. 

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