La extrema derecha arrasó en 2019

El 'feudo' de Vox en el Madrid rural se divide: "Los hosteleros votan a Ayuso"

De la Sierra Norte a la comarca de La Sagra. El sur, colindante con Toledo fue territorio de los de Abascal en las elecciones generales 2019, pero la pandemia ha dividido el voto de cara al 4-M.

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Simpatizantes de Vox durante un mitin del partido durante la campaña del 4-M
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Cooperativa de aceite de oliva Recespaña, en Villarejo de Salvanés. Fue uno de los escenarios elegidos por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, para hacer campaña el pasado jueves. Casi dos semanas antes, Santiago Abascal y Rocío Monasterio, candidata de Vox en las elecciones autonómicas de la CAM, daban uno de los pistoletazos de salida de la campaña con un mitin en la plaza de Colmenar de Oreja. El Madrid rural, dedicado a la agricultura, la ganadería -y, en menor medida, al turismo- se tiñó de verde en las elecciones generales de noviembre de 2019. 

De la Sierra Norte a la comarca de La Sagra, al sur, colindante con Toledo; de la zona más rural del Corredor del Henares a las vegas del Jarama y el Tajuña. Navacerrada, Becerril de la Sierra, El Boalo, El Molar, Valdetorres del Jarama, Horcajuelo de la Sierra, Garganta de los Montes, Paracuellos, Daganzo de Arriba, Griñón, Navalcarnero, Valdemoro, El Álamo, Casarrubuelos, Colmenar de Oreja, Chinchón, Villaconejos... Así hasta 62 localidades de la Comunidad de Madrid. Son 'territorio Vox', zonas en las que la formación de Abascal se convirtió en un 'tsunami' el 10 de noviembre de 2019 y ganó con un porcentaje de votos superior a menudo al 30%

Todas estas poblaciones tienen dos características comunes: se dedican principalmente a la agricultura y a la ganadería y en ellas hay una importante población inmigrante. Además, en los últimos tiempos, ha surgido un fenómeno nuevo: la ocupación de fincas y viviendas.

Este miércoles 28 de abril, Iñigo Henríquez de Luna, diputado de la Asamblea de Madrid ,y la portavoz de Vox en la localidad se reunían con los agricultores para conocer de primera mano el estado de La Vega de Chinchón, que “está siendo sometida a una explotación urbanística ilegal sin precedentes y al abandono más absoluto. Nuestros agricultores, cansados de esta situación y de que el Ayuntamiento (donde gobierna el PP) no atienda sus peticiones, nos trasmiten su preocupación por el daño ecológico que se está ocasionando a La Vega de la cuál dependen directamente sus puestos de trabajo”, sostienen desde Vox Chinchón. "Aquí se está generando un gran asentamiento ilegal en este suelo, que es rústico y no urbanizable. Construcciones ilegales, piscinas, vertidos... no podemos pasar por los caminos para ir a nuestras tierras, hay inseguridad... Esto se está convirtiendo en una nueva Cañada Real y los grandes perjudicados somos los agricultores de la zona. Y solo Vox nos hace caso, ¿a quién vamos a votar?", cuenta un agricultor de la localidad.

Chinchón (5.230 habitantes) es famoso por su preciosa plaza mayor, su conjunto monumental, el anís, los productos agrícolas de su Vega y su gran tradición taurina - "otro motivo" para votar a Vox, dicen en el pueblo-. “Chinchón ha sido siempre de derechas y es lógico que votemos a Vox porque es el único partido que dice lo que nosotros queremos escuchar”, dice un jubilado sentado en un banco junto a la rotonda del convento, uno de los puntos de entrada a la localidad.

Es viernes, víspera del puente, y la actividad bulle a las 11 de una soleada mañana en la monumental plaza mayor de Chinchón. Decenas de restaurantes y bares ya tienen montadas sus terrazas, a estas hora todavía con poca gente, mientras los camiones de reparto, aparcados en medio de la plaza, distribuyen bebidas, alimentos, barriles de cerveza y los operarios de limpieza salen con sus enseres del Ayuntamiento. “Casi estamos trabajando más que nunca ahora”, dice el propietario de uno de los restaurantes del pueblo. “Al estar cerrada la Comunidad de Madrid y no poder salir, los madrileños de la capital vienen aquí a pasar el día y a comer los fines de semana y eso nos beneficia. Esto se pone a tope”.

El propietario del restaurante repite uno de los argumentos más escuchados de boca de los hosteleros durante la campaña del 4-M. "Aquí también lo hemos pasado muy mal con la pandemia, pero gracias a la presidenta de la Comunidad hemos podido tener los negocios abiertos y trabajar. Chinchón vive del turismo y la hostelería y del campo y hay una cosa clara: los hosteleros vamos a votar masivamente el martes al PP, y los agricultores a Vox", dice. La izquierda, destaca, "no tiene mucho que hacer aquí". A pocos metros, una gran pancarta roja con el lema ‘Vota PSOE’ preside la entrada a la plaza.

En la localidad contigua a Chinchón, Colmenar de Oreja (7.902 habitantes), las apreciaciones de los vecinos son parecidas. Sorprende a quien llega de la gran urbe el trasiego de tractores por las calles de un pueblo plagado de bodegas y viñedos. Aquí, Vox también fue una ola imparable el 10 de noviembre de 2019, cuando pasó de tener solo un concejal en las municipales de mayo a ser la primera fuerza, con el 32,2% de los votos, unos meses más tarde. Sin embargo, por esas cosas de la política y en un pacto antinatura, el voto del concejal de Vox permite gobernar al alcalde del PSOE en coalición con Ciudadanos. “Algo inexplicable”, dice una señora, que confiesa que votó a Vox "pero ahora, con estas cosas, mi voto irá para Ayuso”.

Abascal y Monasterio llenaron el pasado 15 de abril la plaza mayor de Colmenar de Oreja en su visita a un pueblo revuelto en los últimos meses por el problema de las casas ocupadas que originó una batalla campal hace un año entre vecinos y los ‘okupas’ de 30 casas de dos urbanizaciones, que según los primeros “las mafias usan para droga y realquilar”. Finalmente, el Consistorio, con el único voto favorable de Vox y la abstención de todos los demás partidos, aprobó la construcción de una valla para tratar de impedir la entrada de los ‘okupas’ a las viviendas. Quizás por ello, porque el problema en Colmenar de Oreja es de seguridad, este domingo visita el pueblo tratando de ‘rascar’ votos para el candidato del PSOE Ángel Gabilondo, el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska. “Lo que le decía a usted”, comenta Antonio sentado en un bar del pueblo tomando un café a media mañana, “normalmente los políticos vienen aquí sólo cuando hay elecciones. Menos Abascal, que viene muchas más veces y nos escucha más”.

Y del extremo sureste de la Comunidad de Madrid nos vamos al extremo norte, a 150 kilómetros de Colmenar de Oreja. Allí, ‘escondido’ en la llamada Sierra del Rincón se encuentra Horcajuelo de la Sierra un pueblo de 89 habitantes en el que en las últimas elecciones Vox solo necesitó 17 votos para ser la primera fuerza del municipio y alcanzar su porcentaje de voto más alto en la Comunidad de Madrid, el 37,78%. En este ‘feudo’ verde dicen que “el último político que estuvo por aquí fue Joaquín Leguina en 1995”. Por no llegar no ha llegado ni el SARS CoV-2 y Horcajuelo de la Sierra es el único pueblo de Madrid que no ha tenido ni un solo caso de contagio desde el inicio de la pandemia. “Eso es lo que nos importa ahora”, dice un vecino, “las elecciones son cosa de la capital”.

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