Entrevista a Guillermo Hita, presidente de los alcaldes madrileños

"El Gobierno se ha quedado corto; tiene que haber más restricciones en Madrid"

El también regidor de Arganda del Rey, del PSOE, critica la gestión de Isabel Díaz Ayuso y reclama que se anteponga la cuestión sanitaria a la económica.

Guillermo Hita, alcalde de Arganda del Rey y presidente de la Federación Madrileña de Municipios
Guillermo Hita, alcalde de Arganda del Rey y presidente de la Federación Madrileña de Municipios
José González

Las restricciones de movilidad que ya están en vigor en diez ciudades de la Comunidad de Madrid han sido el resultado de una lucha política más en plena pandemia de coronavirus. Ni siquiera el Grupo Covid acordado por Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso ha podido evitarlo. Uno de los que forma parte de ese órgano de trabajo es Guillermo Hita (Madrid, 1966), alcalde de Arganda del Rey y presidente de la Federación Madrileña de Municipios (FMM), en la que representa a 179 localidades. Un 'peso pesado' dentro del PSOE madrileño que ha de combinar su rol institucional con las reclamaciones al gobierno madrileño para su localidad, que tiene registrados más de 800 positivos en los últimos 15 días. Algo que achaca a la "gran movilidad entre nuestra ciudad y Madrid". 

Hita atiende a La Información en uno de los salones del consistorio que lidera, desde el que se muestra preocupado por la evolución de un virus que padeció cuando entró en vigor el estado de alarma. Una enfermedad que ha dejado la economía de su pueblo "tambaleándose" y que ha colapsado los centros de salud, para los que pide más medios. "Este 5 de octubre ha reabierto un consultorio que fue cerrado durante la pandemia. Han tenido que pasar más de seis meses", lamenta el primer edil argandeño, que durante la charla reitera que la economía no se puede anteponer a mejorar la situación sanitaria. También se queja de que haya quien diga que no se producen contagios en el transporte público. "Decir eso es algo arriesgado", apunta.

Usted representa a todos los alcaldes de Madrid. ¿Hay entendimiento en esa federación tras la tensión política de las últimas semanas?

Las federaciones de municipios siempre han intentado trabajar con el principio de la unanimidad, pero la pandemia ha tensado todo mucho. Los criterios han dejado de basarse en ciencia y ahora se basan en política, que llevan al no entendimiento entre fuerzas políticas. Hay alcaldes que reprochan ciertas inacciones a ciertos partidos, y otros contra otros. En los últimos días estamos trabajando para hacer un documento que aune las peticiones de todos los alcaldes y alcaldesas de Madrid. Pero nos está costando que el PP llegue a ese consenso. Nos está costando acordar un texto que dice que hay que mejorar los centros de salud o que los ayuntamientos necesitan que alguien les resarza por los gastos de limpieza de colegios. Pero hay quienes piensan que solo hay que hacer peticiones al Gobierno central.

¿Cree suficiente la instrucción de Sanidad de cerrar Madrid y otras nueve ciudades?

Creo que se han quedado un poco cortos. Las medidas se aplican a ciudades de más de 100.000 habitantes con una tasa de más de 500 contagios. Arganda se queda lejos con sus más de 50.000 habitantes, pero más de 800 contagios en los últimos 15 días. Esas restricciones también se podrían haber tomado en ciudades perimetrales de Madrid como la nuestra aunque tengamos menos población. Además, en Londres, París o Nueva York están tomando decisiones mucho más drásticas con muchos menos contagios.

¿Cómo encajan esas restricciones con la actividad económica?

Hay que ser claro: primero la salud, luego, la economía. Si los trabajadores enferman, nada funciona; si lo hacen los empresarios, tampoco. Si no hay medidas extraordinarias para mitigar los contagios, se tendrán que tomar cuando estos crezcan más. Y eso será otro golpe para la economía. Lo digo desde un sitio con gran movilidad laboral con Madrid, de un lado para otro

¿Cuáles son las medidas que propone?

Una mayor limitación de movilidad en las propias ciudades, entre unas y otras y ajustar los aforos y la capacidad de negocios para evitar juntar gente. Cuando hay transmisión comunitaria es que la gente se contagia en diferentes espacios. Si la movilidad se reduce, descenderá la curva, sin que tengamos que ir a confinamientos como el de marzo. Creo que esto habría que haberlo hecho antes.

¿Aboga también por cerrar negocios no esenciales?

Vamos a tomar primero las medidas que limiten la movilidad extraordinaria. Después veremos si hay que abordar el cierre de determinados locales. Si esto no mejora, habrá que plantearse el ‘sacrificio’ de ciertos negocios. Y luego estableceremos las ayudas económicas para esos establecimientos que tengan que cerrar.

Pero a los trabajadores que van y vienen de Arganda no les afectarían esas restricciones.

Limitar cuestiones como las visitas a familiares ya es eliminar movilidad. No hablamos de lo ocurrido en semana santa, con la prohibición de movimiento total. Ahora no pido eso, sino una reducción factible para reducir esa tasa de contagios.

Virólogos como Margarita del Val apuntan a que los bares y restaurantes son muy inseguros. ¿Cómo se combina esa advertencia con el mantenimiento de esos negocios?

Hay que aunar los consejos de los virólogos, que siempre tienen mucha razón, con lo que expongan los agentes económicos. Bares y restaurantes son complicados por la ausencia de mascarilla para comer y beber. Pero si estamos en tasas de 800 a 1000 contagios por 100.000 habitantes, el riesgo es inasumible. Si estas medidas se hubieran tomado con menos contagios, no habría que pensar en posibles cierres drásticos. Y quienes no han tomado decisiones se ven abocados a hundir la economía para reducir los positivos.

¿Usted teme que si las medidas no funcionan vayamos a un confinamiento como el de marzo?

Espero que no lleguemos a ese punto. Fue durísimo psicológicamente, económicamente… Reitero que si la cosa no funciona, habrá que tomar medidas más duras hasta que se rebajen los contagios. Y aunque creo que el confinamiento total es la última de las medidas, vuelvo a decir que hay que tomar medidas mucho más duras si no bajan los positivos.

¿Cómo han sido las reuniones del Grupo Covid entre Gobierno central y Comunidad de Madrid?

Podrían haber funcionado mucho mejor. Este lunes deberíamos haber tenido una reunión de ese grupo territorial del que formo parte junto al consejero de Vivienda (David Pérez) o el alcalde de Madrid (José Luis Martínez-Almeida), y no se ha convocado. Allí he pedido más información para los alcaldes y que estos pudieran transmitir la suya. Pero hay muchos problemas para que la información fluya. En Madrid, los ayuntamientos hemos sido los grandes olvidados y abandonados por falta de información.

¿Le han llamado otros alcaldes para quejarse de la gestión de la Comunidad de Madrid?

Las medidas de Isabel Díaz Ayuso no funcionan, eso es evidente. Hay alcaldes del PP que me llaman diciendo que se podían haber tomado mucho antes para que fuesen más efectivas. Haber demorado la decisión de aplicar restricciones varios meses, y en octubre aún nos resistimos. Y eso tiene que ver con algo objetivo: muchos alcaldes ven cómo crecen los contagios de manera desmedida, y no tienen competencias suficientes para asistir a sus vecinos. Necesitamos que la Comunidad y el Estado tomen medidas.

¿Se ha reunido últimamente con la presidenta Ayuso?

La última vez que nos reunimos fue hace dos meses. Es algo que he pedido reiteradamente, no solo por mi papel en la Federación, sino por los alcaldes y alcaldesas. Hay alcaldes en zonas hoy confinadas que aún no se han reunido con ella desde que es presidenta.

¿Cómo ha vivido esta guerra entre la Puerta del Sol y Moncloa?

Es un sinsentido. Cuando se inició el Estado de alarma, la Comunidad de Madrid decía que el gobierno español no era competente sobre la comunidad autónoma. Cuando se levantó, Sol empezó a tomar las riendas. Y a las dos semanas ya decía que era el Estado el que tenía que tomar medidas y unificar criterios. Ahora, cuando el gobierno central quiere medidas unificadas, otra vez la Comunidad de Madrid cambia de criterio y dice que cada autonomía es libre de hacer lo que quiera. Estos cambios de 180 grados no tienen que ver con otra cosa que no sea la guerra política.

¿Qué opina de las palabras de Díaz Ayuso sobre "no confinar al 100% para salvar al 1%"?

Hay quien piensa que hay personas que se pueden sacrificar en aras de la economía. Me suena a jugar a la ruleta rusa, donde para divertimento de unos ha de morir gente. En esto de la pandemia y la economía, parece que la presidenta Ayuso piensa así. Parece que el 1% de la población es sacrificable por la economía. Cada vez que aplicamos un número a estas cuestiones, hablamos de personas. Con los habitantes que tenemos en Arganda, ¿sacrificamos a esos 550 personas que son el 1%? ¿Decimos que son mártires? Soy de los que piensa que tiene más razón el vicepresidente Aguado, que el trabajo común salva vidas, que quienes dicen que no hay que cerrar la comunidad para salvar a unos pocos.

¿Cómo ve el ambiente de posible moción de censura a Ayuso?

Es algo que se habla desde el principio de la legislatura. La gestión ha estado paralizada antes del coronavirus, porque hay un gobierno rehén de la ultraderecha. No se ha sacado ninguna ley hasta hace una semana, con una reforma de la ley del suelo que tiene que ver más con la especulación que con la necesidad. La moción de censura la ponen más encima de la mesa quienes están fuera del gobierno o aquellos que están dentro y piensan que es inevitable.

¿Qué opina del papel de Ciudadanos y de sus relaciones con el PP?

No entiendo cómo Ciudadanos tiene tanto aguante para que una y otra vez se le ningunee. Sobre todo, a su vicepresidente, alguien que dice que está orgulloso del acuerdo con el ministro de Sanidad y que se entera por la prensa de que su consejero de sanidad va a votar en contra. O que se presente un gran acuerdo con empresarios y no se llame al consejero de Economía. Esto es el PP diciéndole a Ciudadanos que son de segunda categoría, y que siempre ha habido clases.

¿Cómo se ha desempeñado Ángel Gabilondo como líder de la oposición?

Ha sido muy criticado por quienes piensan que la oposición se hace de otro modo. Y la oposición no se hace gritando, sino contrastando. La propia presidenta lo ha manifestado, que Gabilondo iba criticando y a la vez ofreciendo alternativas. Pero la oposición no se hace solo dando gritos, y negándose a lo que hace un gobierno. Gabilondo y su grupo parlamentario han dado ejemplo, de criticar y dar alternativas.

¿Es posible un escenario en el que el PSOE apoye a Ignacio Aguado como presidente para sacar a Ayuso de Sol?

Lo mejor es que el que gobierne sea el más votado. Que haya entendimientos de gobierno en los que mande el más votado. En la derecha, el más votado ha gobernado. En el caso de que no fuese así, lo lógico es que gobernase el más votado del otro círculo, y ese es Ángel Gabilondo. No solo ha sido el más votado en la izquierda, sino el más apoyado en las elecciones. Lo más lógico es que Gabilondo fuera presdiente si prosperase una moción de censura.

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