El debate económico en Madrid

La izquierda discrepa con los impuestos y Ayuso se alinea con Vox para bajarlos

Iglesias insiste en subir IRPF, Patrimonio y Sucesiones a las rentas altas pero no consigue atraer a Gabilondo. Ayuso promete ayudas directas y pide "manos libres" para aprobar unos Presupuestos rápido.

Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid antes del inicio del debate que se celebra hoy miércoles en los estudios de Telemadrid.
La izquierda discrepa con los impuestos y Ayuso se alinea con Vox para bajarlos
Agencia EFE | Juanjo Martín

Los dos candidatos con posibilidades de gobernar la Comunidad de Madrid salen del único debate electoral a seis de la campaña con dos modelos económicos y fiscales diferentes. Dos formas de encarar la recuperación. Mientras Isabel Díaz Ayuso insiste en una política de impuestos bajos para todos, alineada en cierta medida con Rocío Monasterio, aunque con algún pero, la izquierda no se pone de acuerdo. Mónica García y Pablo Iglesias quieren subirlos, pero es Ángel Gabilondo quien piensa que no es el momento. Hay una novedad, y no es menor, el candidato del PSOE ha levantado el veto al líder de Unidas Podemos y le ha tendido la mano a ganar para intentar dar "el golpe". "Pablo, tenemos doce días para ganar las elecciones", le ha dicho, aunque más tarde lo ha matizado sugiriendo que el apoyo sería externo.

El debate económico, o sucesión de monólogos más bien, ha sido plano, en general, sin apenas confrontación. Nadia quería fallar, especialmente Díaz Ayuso, que venía advertida de que iba a ser un todos contra ella. La candidata que lidera las encuestas no entró en este área en el cuerpo a cuerpo, sólo lo hizo al confrontar por la pandemia, y echó mano de argumentario popular: prometió continuar aplicando "las recetas económicas del PP", apostando por "la colaboración público-privada" e impulsando su "vivir a la madrileña" que va a repetir sin cesar hasta el 2 de mayo. 

La propuesta del PP es "una nueva bajada del IRPF" de medio punto en todos los tramos, medida en la que coincide con Vox. Monasterio la apoya, pero acometiendo una ambiciosa reducción del "despilfarro político". No es un asunto menor. Ambos partidos, junto a Cs, estaban negociando acabar con determinadas subvenciones en Madrid y por eso no pudieron cerrarse los Presupuestos antes de que Ayuso disolviera la Asamblea madrileña. Y eso es lo que ha intentado precisamente la candidata del PP reclamando "manos libres" para aprobar unas cuentas públicas urgentes sin depender de nadie.

Pero aprobar unos presupuestos dependientes de Vox, si gobierna el PP, no va a ser sencillo para Ayuso. Monasterio dejó claro durante el debate que pondrá sobre la mesa una reducción del número de diputados y de consejerías. Ayuso quiere dejarlas en diez y Monasterio en siete. Ambas candidatas se han dispensado un trato de guante blanco durante toda la contienda. 

En la izquierda las divisiones son más claras y evidentes. Tampoco se han puesto muchas zancadillas y salen algo más unidos de cómo entraban. El gesto, a medias, ha sido de Gabilondo con sus teóricos aliados, pero el tropezón ha venido al hablar de impuestos. Se repite la tensión que ya vivieron PSOE y Unidas Podemos cuando negociaron el Gobierno de coalición. Mónica García e Iglesias quiere subir impuestos a quienes más tienen. A saber, IRPF, Sucesiones y Patrimonio. Y el socialista ha vuelto a replicar que no es el momento. Esta actitud es una novedad, pero Iglesias ha tenido que saltar: "Pero Ángel, es razonable". El líder morado, por cierto, ha sido el único que ha tenido un gesto con los artistas al proponer bajar el IVA al 10% y un paquete especial de ayudas directas.

Iglesias ha repetido una serie de propuestas que para el PSOE serían difíciles de encajar para el PSOE, como la banca pública o la limitación del precio de los alquileres. Ha sido el único que ha hablado de vivienda, por ejemplo. García, por su parte, ha puesto sobre la mesa una Ley de Cambio Climático más ambiciosa que la estatal y un pacto por la Ciencia.

Mención aparte merece Edmundo Bal que en el terreno económico se ha desenvuelto con nota. Sus puntos fuertes: destacar que el exconsejero de Economía era de Ciudadanos -Manuel Giménez- y que hay que aprobar ayudas directas a las empresas. El candidato ha intentado erigirse en la opción de centro, moderada y pactista e incluso ha propuesto ayudar fiscalmente a los tratamientos de fertilidad. 

Ha sido, en definitiva, un debate económico previsible y en el que ha habido temas que han brillado por su ausencia. Por ejemplo, nadie ha hablado del paro juvenil, de Madrid Nuevo Norte o la situación del transporte público.

Mostrar comentarios