Ni recetas ni consultas

Colapso en la 'zona cero': "Al final nos van a matar las colas antes que el Covid"

La Atención Primaria madrileña lleva meses pidiendo refuerzos, mientras los vecinos se amontonan frente a los consultorios sin nadie que responda al teléfono.  

Cola a las puertas del centro de Salud Almendrales (Usera)
Cola a las puertas del centro de Salud Almendrales (Usera)
Paula María

"Al final nos van a matar las colas antes que el Covid". La hilera de vecinos que aguardaba la mañana de ayer frente a uno de los centros de salud del distrito de Usera daba cuenta de un colapso anunciado. Los especialistas de la Atención Primaria madrileña llevan semanas exigiendo un salvavidas a las autoridades regionales. Tras librar la batalla de la primavera, unas plantillas diezmadas afrontaron las consecuencias de aquellos meses en los que la Covid lo acaparó todo. La segunda ola ha llegado antes de los refuerzos. La tensión se dispara en aquellos barrios donde, desde este lunes, además de colapsados, están confinados.

En todo Usera, el segundo envión del virus ha sido demoledor. "Llevo aquí media hora y he avanzado tres pasos". A la denuncia de una mujer se une el resoplar de otra, que trata de aliviar el propio peso apoyada en su muleta. "Nadie me coge el teléfono y solo necesito pedir una cita". Una tercera se suma al coro. "Mi marido sufrió un ictus en mayo, hace dos meses le hicieron unos análisis y aún no he conseguido los resultados. Esta tarde tiene que ver al cardiólogo y, si no nos los dan hoy, es probable que pierda la cita con el especialista". El consultorio en cuestión es el de Almendrales, situado en la zona básica de salud (ZBS) homónima, que el Ejecutivo regional acordonó esta semana. Un poco más abajo, otra mujer habla por teléfono. "Ayer tuve fiebre, creo que puedo haberlo cogido". Viene solicitar una PCR y es el joven que espera justo delante quien tiene que indicarle que, para eso, sí puede saltarse la fila.

Antes de presenciar esta escena, La Información recorrió los consultorios de Las Calesas, en la ZBS del mismo nombre, y de Joaquín Rodrigo, en la ZBS de Zofío. Los tres centros se hallan en el mismo distrito y los tres forman parte de la 'zona cero' de la Covid. La tasa de incidencia del virus en las tres áreas para los últimos catorce días es casi idéntica: 1.302 positivos por cada 100.000 habitantes para Las Calesas y 1.214 para Zofío, frente a los 1.274 de Almendrales. Pero la situación de los dos primeros no puede ser más diferente. Apenas llegaba un paciente a la puerta de Las Calesas, lo recibía una sanitaria, gel desinfectante en mano. En el segundo, solo esperaban dos vecinos.

Si la semana pasada las terrazas de Usera bullían, esta apenas hay gente en sus calles. El silencio es sepulcral. Ni la aptitud de los vecinos ni la incidencia del virus, explican la diferente presión asistencial que sufren los centros de un mismo barrio. Uno de los agravantes está en la libre elección sanitaria que existe en la Comunidad desde hace una década . La cuestión no es trivial: pone en jaque el plan de aislamiento selectivo que ha planteado Madrid. De esta forma, a los traslados contemplados por la nueva orden, hay que añadir  viajes al consultorio para, sin ir más lejos, revisar  una receta o pedir cita. En teoría, el teléfono evita desplazamientos. La foto de Almendrales da fe de que no siempre es así. "He agotado el tiempo del contestador automático, el siguiente paso es que te pasen con el centro... pero no hay nadie al otro lado", lamenta una vecina sin despegar la oreja del aparato.

La Comunidad de Madrid cifra en cerca de 20.000, los ciudadanos que asisten, por elección propia, un centro de salud distinto al que les corresponde por domicilio. A esto hay que sumar todas aquellas personas no empadronadas, que reciben asistencia en la red madrileña. La propia web de la Consejería de Sanidad permite al usuario escoger el centro de salud, especialista y hospital, en función de si lo desea a 10, 20, 30 o 40 minutos caminando, en coche o transporte público desde el lugar que prefiera. En definitiva, un buffet libre sanitario que, sin una planificación exhaustiva, genera un importante desequilibrio. 

Jornadas de ocho horas con un paciente cada cinco minutos

La crispación llega más allá de estas grietas. Este diario ha tenido acceso a varias agendas de los especialistas de la Atención Primaria madrileña -de Familia y Pediatría-, que reflejan jornadas de ocho horas con una cita cada cinco minutos. A esto hay que sumar la asistencia telefónica, el rastreo de los contactos convivientes -que en un principio asumiría Salud Pública y después recayeron en Primaria- y unas urgencias que no siempre lo son. La situación es límite y hace días que las consultas llamaron a los especialistas a una huelga "completa e indefinida" que, si la Comunidad no da un giro, se iniciará antes de final de mes.

La tarde de ayer, el Ejecutivo regional se comprometió ante la Mesa Sectorial de Sanidad a aplicar el 'Plan de Mejora Integral de la Atención Primaria'. Varios sindicatos presentes en el encuentro y consultados por este diario, afirman que lo apalabrado no pasa de un "acuerdo de mínimos, insuficiente para parar la huelga". Entre los compromisos adquiridos, se cuenta una ampliación de 571 plazas de Primaria en tres años, 150 antes de que acabe 2020. Ayuso reconoció el lunes que España entera sufre la falta de sanitarios. Queda en el aire desde dónde traerá la presidenta 'popular' estos refuerzos en apenas tres meses. El Ejecutivo autonómico cifró el coste de ese 'plan de choque' en 82,67 millones. Madrid recibió en julio 1.495 millones del primer tramo del 'Plan Covid-19', que el Gobierno central ingresó, a fondo perdido, para blindar la Sanidad madrileña.

Ni los vecinos señalan a los profesionales ni los profesionales a los vecinos. "La violencia aumenta en las consultas y, en ningún caso es justificable, pero cuando a uno se le anula una cita detrás de otra porque no damos abasto... es más fácil que perder los nervios". "Yo misma me estoy planteando plantarme en la puerta de mi oftalmólogo. Me han cancelado dos citas y temo que a la siguiente me presente ya ciega", comparte con este medio una especialista de Primaria.  Si a esto se le suma la noticia de un nuevo aislamiento que, en muchos casos, vuelve a dejar el medio de vida de estos madrileños en la cuerda floja, los barrios cuentan con todos los ingredientes para convertirse en una olla a presión

Son casi las dos de la tarde. Una pareja de sanitarias sale del centro de Almendrales. Con paso rápido y agarradas del  brazo, ambas dejan atrás la interminable cola. "Han acabado su turno, los médicos no tienen la culpa", reflexiona una vecina. Las profesionales charlan mientras se cubren con una suerte de delantal de plástico fino. Todas las miradas están fijas en ellas y lo saben, pero mantienen la vista al frente y no se detienen. Las respuestas que quieren los vecinos, ellas no las tienen.

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"Al final nos van a matar las colas antes que el Covid". La hilera de vecinos que aguardaba la mañana de ayer frente a uno de los centros de salud del distrito de Usera daba cuenta de un colapso anunciado. Los especialistas de la Atención Primaria madrileña llevan semanas exigiendo un salvavidas a las autoridades regionales. Tras librar la batalla de la primavera, unas plantillas diezmadas afrontaron las consecuencias de aquellos meses en los que la Covid lo acaparó todo. La segunda ola ha llegado antes de los refuerzos. La tensión se dispara en aquellos barrios donde, desde este lunes, además de colapsados, están confinados . En todo Usera, el segundo envión del virus ha sido demoledor. "Llevo aquí media hora y he avanzado tres pasos". A la denuncia de una mujer se une el resoplar de otra, que trata de aliviar el propio peso apoyada en su muleta. "Nadie me coge el teléfono y solo necesito pedir una cita". Una tercera se suma al coro. "Mi marido sufrió un ictus en mayo, hace dos meses le hicieron unos análisis y aún no he conseguido los resultados. Esta tarde tiene que ver al cardiólogo y, si no nos los dan hoy, es probable que pierda la cita con el especialista". El consultorio en cuestión es el de Almendrales, situado en la zona básica de salud (ZBS) homónima, que el Ejecutivo regional acordonó esta semana. Un poco más abajo, otra mujer habla por teléfono. "Ayer tuve fiebre, creo que puedo haberlo cogido". Viene solicitar una PCR y es el joven que espera justo delante quien tiene que indicarle que, para eso, sí puede saltarse la fila . ✍️ Consulta la noticia completa de @paula_malvarez en el link de la biografía . #confinamiento #coronavirusEspaña #médicos #sanitarios #sanidad #medicinas #pcr #hospitales #usera #coronavirusmadrid #sanidadpublica #atencionprimaria #colapso #centrodesalud #Henneo #LaInformacion #Periodismo #NoticiasDestacadas #NoticiasEspaña

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